-Capítulo 29- Kintsugi.

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—¿Qué es eso mamá?

—Oh Izuku, estoy arreglando algo.

—¿Esa no es la taza que te regalo papá?

—Así es, se resbalo mientras lavaba la vajilla y se rompió.

—¿No es mejor botarla y comprar una nueva?

—Oh no podría botarla, sabes, es un regalo de tu padre. Soy incapaz de botarla, por eso pienso arreglara.

—¿Pero y las grietas, no se verá fea?

—Este es un truco que me enseño mi madre, solo hay que mezclar barniz de resina con algo de polvillo de oro, tal vez plata o platino.

—¿y eso para qué?

—la ruptura y reparación de un objeto forma parte de su historia y estas deben mostrarse en vez de ocultarse, esto lo hará ver mucho mas hermoso que antes. Sabes, recuerdo mucho a mi madre decir que esto no solo se aplica a la vajilla.

No sabe porque, pero mientras divagaba recordó aquella conversación que tuvo con su madre cuando tenia ocho años, la taza aún estaba entre el resto, su madre en verdad amaba esa taza a pesar de todo, normalmente la podía observar bebiendo té en está tomándola con cariño entre sus manos.

—No solo a la vajilla —Murmuro mientras rascaba la madera del escritorio distraídamente, los guantes amortiguaban el ruido y la sensación —Ruptura —Bajo la vista hasta su mano herida, viendo el guante que la ocultaba.

—¿Qué tanto murmuras nerd? —pregunto desde adelante Bakugou, el rubio parecía, neutral, o así lo podía definir.

—Nada en especial Kacchan —Respondió mientras desviaba la vista hasta la ventana, pronto daría la hora para marcharse a casa —¿No le dirás a la tía Mitsuki que llegaras tarde? Ya sabes, por lo de tu castigo.

—Le enviare un mensaje —Refunfuño volviendo su vista al frente.

Al final como muchas otras veces tanto su amigo de la infancia como Uraraka terminaban en un castigo, esta vez deberían quedarse a limpiar el salón ellos dos sin ayuda del resto. No le molestaba esperar a ambos pero por algún motivo necesitaba llegar a casa lo más pronto posible.

Una ansiedad comenzaba a apoderarse de su persona; no esperaba a que el día terminara para irse.

Apresuro sus pasos después de despedirse de Iida. El recuerdo de su madre se repetía constantemente, la taza con líneas en dorado que la atravesaban, su madre no mentía cuando dijo que se volvería mucho más hermosa después de repararla.

Cuando vio el complejo de apartamentos busco entre sus cosas las llaves, subía las escaleras de dos en dos mientras continuaba en su búsqueda, finalmente frente a la puerta se quedo de pie con la llave en la cerradura, dudando si darle vuelta o no.

Trago saliva, tomo aire y giro finalmente la llave.

La puerta abrió hacia atrás y repentinamente sintió un frio recorrer su espalda, como si nuevamente fuera un día lluvioso de pleno inverno. Dio un par de pasos y ahogo un grito al entrar.

Cuán rápido cerró la puerta dejo caer su mochila en la entrada y sin quitar los zapatos se acerco al cuerpo encorvado de Shouto en el suelo. Lo sacudió llamándole pero solo recibía pequeños gemidos, pudo divisar pequeñas, casi imperceptibles, gotas de sangre seca.

—¡Shouto!¡¡Shouto responde!! —Llamo ahora esforzándose en soltar el agarre que esté tenía en su cuero cabelludo —Shouchan, por favor —pidió desesperado.

Pudo, tras un rato de forcejeo, retirar las manos clavadas de Shouto de su cabeza. Siendo lo más cuidadoso que podía, reviso las heridas sangrantes del otro, pequeñas hendiduras de sus uñas que habían dejado de sangrar.

Zarandeo nuevamente al bicolor cuidadoso de no ser demasiado brusco. Con un suave gruñido los ojos heterocromáticos se abrieron con lentitud, pestañeando cansado fijo la vista a su rostro.

—¡Shouchan! Gracias a dios —Sintiendo las lagrimas naces de sus ojos, envolvió el cuerpo más alto entre sus brazos —¡¿Por qué hiciste eso?!¡¡Tonto!!

—¿Izuku? —La voz ronca apenas audible resonó suave en su oído —Yo...lo siento.

—Está bien, está bien —Murmuraba cálidamente mientras frotaba con cariño su mejilla con la del otro.

—No, espera —como pudo Shouto se arrastró alejándose de su persona —No está bien.

—¿a qué te refieres Shouchan? —Se quedo sentado viendo al otro alejarse.

—No está bien, nada está bien —Murmuro bajando la mirada cerrando sus manos en puños —Ya te eh hecho demasiado daño...

—No, no, Shouchan por favor —se arrastro queriendo acercarse pero el más alto volvió a alejarse con dificultar —Shouchan...

—Solo...solo deja de llamarme así, por favor —Adopto una pose encorvada, llevando sus rodillas a su pecho.

—Shouchan —Con cautela se acerco a gatas, llevando su mano hasta la cabeza del otro siendo cuidadoso con las heridas en esta —Esta bien —Calmo a pesar del temblor en su voz.

—¡Claro que no esta bien! —Grito dando un zape a la mano de Izuku, la voz quebrada alerto al peliverde —¡Como va a estar bien! —sollozo finalmente rompiendo en llanto frente suyo —Como va a estar bien Izuku, simplemente nada esta bien, solo te hago daño, siempre te hago daño —paso su mano por sus ojos quitando algunas lágrimas.

—Eso lo sé Shouchan —Con cuidado se acercó envolviendo sus brazos en el cuerpo del otro sintiendo el leve estremecimiento de este —Lo hecho, hecho esta Shouchan y no se puede hacer nada para cambiarlo —Sintió su propia voz romperse, un nudo en la garganta le evitaba hablar correctamente —Pero sabes, sé que no quisiste hacerlo Shouchan, se que no puedes evitarlo...aún duele, pero, tratemos de superarlo —apoyando su zurda en el hombro de Shouto y su diestra acunando la mejilla de esté con afecto, levantando el rostro del afligido felino —Tratemos de superar esto juntos, lo arreglaremos, buscaremos una forma en que puedas controlarte, no pienso dejarte solo Shouchan.

Rompiendo en llanto se abrazo al cuerpo del más alto quien no evito enredar sus brazos en su cuerpo con afecto, murmurando cual mantra disculpas a su persona, frotando su mejilla con su cuello.

Tomando cierta distancia y secando sus lagrimas con su manga, para luego hacer lo mismo con el contrario, se levantó ayudando a Shouto.

—Ahora vamos a revisar tus heridas, no queremos que algo malo ocurra —Murmuro mientras quitaba los guantes de sus manos y los dejaba a un lado.

—Creo que primero deberías quitarte los zapatos —Comento ahora más calmado el heterocromático.

—¡Oh cierto! —Con rapidez se deshizo de los zapatos rojos dejándolos desordenados en la entrada —Bien, andando, debo buscar el botiquín.

—Continuara—


Hybrid Pet -Tododeku-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora