-Capítulo 30- Ronroneo.

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Ronroneo al verse envuelto en el acogedor calor del cuerpo más pequeño entre sus brazos; con su rostro hundido en el pecho ajeno tomando bocanadas de aire tratando de calmarse, inhalando el aroma tranquilizador que desprendía el peliverde.

El dolor punzante en su cabeza había disminuido gradualmente hasta transformarse en una simple molestia, Izuku no había podido cerrar las heridas pero había hecho lo posible para cubrirlas.

Ahora reposaban en la cama que compartían, con Izuku acariciando sus cabellos entre sus dedos con la mirada perdida viendo a la nada, mientras él, se encontraba batallando con su estúpido instinto. Y es que, Izuku olía como el rubio molesto y en verdad se estaba molestando, pero su conciencia insistía en recordarle que debía comportarse, controlarse por el bien de Izuku.

Lo estaba logrando, debía felicitarse por eso, es decir, el olor tan agrio estaba impregnado en el otro y no había tratado de arrancar las prendas eh impregnar al otro con su aroma; Ahora simplemente trataba de ocultar el olor sin alterarse, permitiendo mezclar su esencia con la del peliverde.

El suave tarareo del otro resonaba como único sonido en la habitación, asilados de todo ruido exterior con la ventana cerrada y las persianas juntas.

—Shouchan —Llamo repentinamente Izuku rompiendo el silencio.

—¿Hm...? —Murmuro mientras se acomodaba en el pecho del otro.

—Tus heridas... ¿Por qué las hiciste? No me dijiste... —Pregunto en un suave murmullo continuando con su suave caricia en su cabello.

—Te herí... —Fue la vana respuesta que dio, el otro parecía no estar conforme con aquella respuesta.

—No es motivo para hacerte eso ¿te quedaste todo el día en la entrada? —Cuestiono un poco más serio, deteniendo su caricia, dejando los dedos reposar entre sus hebras bicolores.

—Lo es, es suficiente motivo —Volvió a responder en un murmullo —Te dañe, no puedo solo perdonármelo, estas lleno de heridas por mi culpa, tu mano esta lastimada por mis celos, por el instinto que no puedo controlar, soló...soló no pensé, dolía...

—Shouchan —La voz conmovida del otro resonó en sus orejas, un suave beso cayo entre sus cabellos —No te dañes, no lo hagas de nuevo por favor, no soporto verte herido...

—Yo tampoco y aun así yo...

—Basta —interrumpió en un tono más demandante —Es complicado para ti, lo sé Shouchan, Fuyumi-san me explico lo más que podía; pero haces lo que puedes —Dejo escapar una suave risa que para sus oídos fue una hermosa melodía, tan cálida y bella —Pero también se que haces lo que puedes, no creas que no me eh dado cuenta Shouchan, estas tenso a pesar de todo, puedo sentirlo ¿te estas controlando, cierto? Tengo el aroma de Kacchan encima de mí después de todo.

—¿Soy demasiado obvio? —soltó un leve gruñido, ahogándolo como pudo sin mucho éxito, otra carcajada de Izuku resonó en el cuarto.

—Lo estás haciendo bien Shouchan —Le felicito reanudando sus caricias en sus cabellos, tan cálido —Se que es difícil, pero también se que puedes hacerlo Shouchan, confió en ti.

—No deja de molestarme —Recordó tratando de mantener su voz plana.

—Eso también lo sé, realmente no tengo idea porque simplemente lo odias, recuerdo que desde que llegaste has detestado su olor ¿por qué? —Ahora más calmado sin el nudo que les presionaba podían charlar con calma.

—No sabría decirte Izuku —Se sincero en un suspiro —Probablemente sea instinto, probablemente lo siento como una amenaza ¿eso tiene lógica?

Hybrid Pet -Tododeku-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora