Capitulo 6

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DANTE

No se porque, la pequeña barbie ha venido a mi mente con más frecuencia de la que quisiera estos últimos tres días. Tal vez porque papá le pidió a Carmina que no tuviera mucho contacto con ella hasta que sus contactos no le dieran luz verde - traducción: la estaban investigando para saber si podíamos involucrarnos con ella, o no. Lo que quiere decir que si un familiar lejano suyo tiene algo que ver con las leyes o la política, está vetada-.

Y como dicen por ahí... lo prohibido... ustedes ya saben.

El hecho es que la condenada, que además tiene el peor genio que hubiera conocido, después del de Enzo, claro está, no se me ha salido de la cabeza, por lo que tuve que ir al bar, para exorcizarla de mi sistema.

Me baje del auto. Ese día decidí llevarme el Audi TT y lo dejé al cuidado de uno de mis escoltas. En esta ocasión debía llevar protección, no porque fuera a ocurrir algo, sino porque iba a salir prendo y con alguna nena exótica, y aunque sea uno del clan De Luca, nunca se sabe si los enemigos de la familia pueden aprovechar un momento de flaqueza, o ebriedad que seria mi caso. Así es este negocio. Aunque hasta con una botella entera de whisky en mi sistema, le daría al corazón de una uva sobre la cabeza de algún fulano.

Entre al bar como Pedro por mi casa. Porque era mi casa. Y me fui directo a la barra. Oscar, el barman, ya sabía lo que siempre tomaba y solo fue ver que me acercara, y ya estaba sirviéndome un whisky doble. Le di un sorbo grande y lo salude chocando el puño. Luego me fui al área VIP, me lance en el sofá frente al mar y me bebí el trago lentamente. Tenía que tener un poco de alcohol en mi sistema antes de completar mi misión.

Cerca de una hora después, le di un vistazo al área VIP, a ver que nena aguantaba para la noche. Había una rubia con pinta de prepago cerca de la barra... paso. Una morena exuberante con demasiados pechos, podría ahogarme con ellos... paso. Entonces la vi, una nenita rica que me miraba con atención. Llevaba un vestido blanco, corto y escotado, mostrando unos pechos moderados. Estaba de pie con la cadera apoyada en la reja que da al exterior. Bastó un movimiento de mi mano y la tenía sentada sobre mis rodillas.

¡Que fácil!.

Por eso nunca me siento mal por dejarlas al día siguiente sin siquiera pedirles número de teléfono. Porque casi nunca repito. Me resulta aburrido. Y ellas mismas se lo buscan.

Una botella de Don Perignon fue lo que me costo llevarme a... Katy?. Katia?. Katherin?. Ni se... a la cama. Después de follarmela como un poseso y de que cayera dormida, producto del cansancio, la observé detenidamente. Su cabello reposaba sobre la mullida almohada de la cama del motel al que siempre llevaba a mis nenitas, porque me permiten tener la guardia en la puerta. Su cabello es... cobrizo y ondulado... Casi me caigo de culo de la cama. La analice mejor. Tenía la misma estatura y contextura delgada, pero le faltaba un poco de curvas en el pecho y la cadera, y no tenía las pecas que adornan el dorso de la nariz y la parte alta de las mejillas de... ella.

Me levante de un salto y me puse el bóxer a toda velocidad. Me coloqué el pantalón y busqué la billetera en el bolsillo trasero. Saque un billete de 50 y lo dejé sobre la mesita de noche. No es una prostituta, de hecho, creo que dijo algo a cerca de trabajar en una tienda de autos, pero no estoy seguro. Lo cierto es que al menos debía dejarle dinero para el taxi.

Salí con el pantalón y la camisa sin abrochar. Tenía que huir de las imágenes que se repetían una y otra vez en mi mente. La imagen de ella sobre mi, debajo de mi, besándome. Solo que no era ella, Kathy, o como sea que se llame. Era Luna a la que me follaba anoche.

Demonios.

Tenía que olvidarla. Es solo una chica más. Es solo una chica... insolente y mal hablada en la que no parezco tener efecto.

Los De Luca: El Alter EgoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora