Capitulo 28

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DIANA

Un par de días después, antes de que siquiera pudiera levantarme de la cama, llamaron a la puerta. Por la mirilla vi que se trataba de Bayron, el chico me había llegado a agradar mucho, lo que no me agradaba era lo que su inesperada y temprana visita significaba.

Había llegado el día. La gran venta.

Abrí la puerta con una sonrisa y lo invité a seguir.

-Dante quiere que te lleve a su casa-. Su mirada oscura y apesadumbrada me dijo todo lo que debería saber.

Me esforcé en sonreír.

-Prepararé café, para que bebas un poco mientras esperas a que me aliste-.

Entre a la cocina casi temblando, tenía que distraer a Bayron lo suficiente como para hacer la llamada. Puse el polvo negro con olor ácido en el filtro y llené el tanque de la máquina con agua. Después busqué en la alacena pan tajado y me dispuse a preparar unos sándwich, que por lo poco que conocía a Bayron, se que nunca le dice no a un sándwich.

Le hincó el diente antes de que llegaran a enfriarse.

-Dante dice que lleves un vestido elegante pero de día-. Me hablo con la boca llena. Iba a tener que cambiar esa costumbre si quería alguna vez tener algo con Carmina.

-El viejo es bastante quisquilloso-. Se encogió de hombros y siguió comiendo.

Así que un señor mayor. Quizá otro gran capo caiga hoy junto con Alonzo De Luca.

Y con Dante. No puedo olvidarme de eso.

-Voy a alistarme. Espérame aquí y... buen provecho-. Salí de la cocina fingiendo estar alegre.

En mi habitación, lo primero que hice fue tomar mi nuevo celular. Este lo había comprado en una tienda común, sin localizador. Me negué a aceptar el que me daba Camilo, advirtiéndole que los De Luca son muy desconfiados y pueden tomar mi celular para espiarme. Recuerdo muy bien lo que le dije... "¿quien te dice que quien robó mi teléfono no es un enviado de De Luca?". Eso lo tomo por sorpresa y gane esa pequeña batalla. En ese momento no estaba segura de entregar a Dante y su familia, ya ni se porque. Tal vez porque estaba bajo el hechizo de los ojos de Dante, pero estos días que ha permanecido lejos de mi, me han servido para liberarme de su poderosa fuerza enredadora. Ahora tengo todo más claro que nunca.

Debo entregar a la familia De Luca.

Debo cumplir con el trabajo para el que me enlistaron.

Entre al baño y prendí la llave de la ducha, fue entonces que llame a Camilo. No respondió de inmediato, el teléfono sonó y sonó, hasta que se fue a buzón.

¿Que demonios estás haciendo Camilo?, ¿porque no me contestas?.

Volví a timbrar y esta vez respondió al tercer timbre.

-Estoy en una reunión, Diana. ¿Que es lo que sucede?-. Me hablo en voz baja y entre dientes.

-La venta será hoy-. Me apresuré a decir.

-¿Como hoy?. ¿Ahora?-. Susurro.

Dios... ¿que acaso no fui lo suficientemente clara?.

-Si. Ahora-. Volví a susurrar.

Creo que esta es la ducha más larga que jamas hubiera tomado.

-Pero... estoy en Bogota. ¿No puedes retrasarla un poco?-. Titubeo.

Ok. ¿Acaso cree que yo tengo la autoridad para decirle al gran Alonzo De Luca como y cuando hacer sus negocios?.

-No. Toma un avión de la base. Prepara todo. Por lo que creo, la venta se hará antes del medio día-. Colgué antes de que se atreviera a sugerir otra barbarie.

Los De Luca: El Alter EgoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora