DIANA
¿Que estoy invitada a cenar en la mansión De Luca?. ¿Aún estaré dormida?. ¿Esto será un sueño?.
Debería estar que salto en una pata. Al fin mi misión va a despegar. Pero en cambio me estoy preguntando, ¿qué bicho le habrá picado a Carmina?.
Aunque cuando llame a Camilo para decirle que su plan había tenido éxito, me dijo que probablemente en ese momento me estarían investigando para saber si soy de fiar y que no me esperara que me aceptaran tan de repente.
El hecho es que Carmina ha estado tratándome durante todo el día como una más de sus grupies. Me ha llevado de aquí para allá detrás suyo durante toda la jornada. En realidad aún no logró comprenderla. ¿Como es posible que sea tan inteligente para ser una de las mejores de la clase y a su vez tan... fashionista?, ¿fifirisnice?. No se ni cómo llamarle.
Pero justo ahora me encuentro frente a mi guardarropa, tratando de adivinar que vestir para la ocasión. ¿Será una cena de etiqueta?. ¿Habrá alguna ocasión especial?. Debí hacer más preguntas. Mejor dicho, debí preguntarle algo. Pero estaba tan emocionada, que preferí no preguntar nada. No vaya a ser que me cancele la invitación.
Revolqué todo el ropero. Saque un vestido de gala, pero era largo hasta los tobillos y si no era nada formal, iba a hacer el ridículo. Luego enfile todos mis pantalones formales, pero si era alguna cena elegante iba a desentonar, así que deseché la idea. Solo me quedaba una opción, llevaría un vestido corto con falda de vuelo, con accesorios discretos, así no quedaría mal fuera cual fuere la ocasión.
Ahora solo quedaba ver que podía llevar a la cena. ¿Vino?, ni en sueños. Son gente estirada, que seguramente tendrán algún vino especial para cada comida, así que no. Solo quedaba llevar el postre y rogar porque no les parezca poca cosa.
Tome el teléfono y lo pedí a una repostería artesanal que vi el otro día mientras daba un paseo por el centro comercial.
A las seis de la tarde, ya estaba vestida, maquillada y lista para ir a recoger el postre. Pero antes de salir llame a Camilo. El dijo que el celular que me dio es seguro -lo que quiere decir que no podrán intervenirlo-. También dijo que lo llamara solo y exclusivamente de ser necesario. Y este es el caso. Voy a cenar en una casa llena de narcotraficantes, tiene que saber donde estoy... por si no vuelvo a aparecer. Aunque dudo mucho que saber de mi última ubicación sirva de algo.
De todas formas le llame.
Después de pasar por el postre, subí a la camioneta y tome la vía a Barranquilla. La ruta la recordaba bien. ¿Como olvidar el día que me llevaron cual cordero al matadero?. En la reja de la entrada asome la cabeza como lo hizo Mendivil aquel día, pero esta vez la puerta no se abrió, así que espere y espere. Cuando estaba a punto de meter la reversa para devolverme a mi apartamento, Mendivil apareció con un escolta que no había visto antes. Este nuevo personaje es bastante joven, quizá de la misma edad de Carmina y Dante. De piel bronceada y cabello castaño bien corto, con unos ojos grandes y oscuros, y un cuerpo bastante trabajado, que resaltaba a pesar del traje que portaba.
-Buenas noches señorita Luna-. Me saludo Mendivil.
-Buenas noches. Carmina me invitó a cenar-. No se porque sentí la necesidad de justificar mi presencia en esa casa.
El hombre sonrió.
-Lo se. Pero debo hacer una revisión de rutina, usted entiende-. Me hablo mirándome fijamente a los ojos. Seguramente evaluando mi reacción.
-No hay problema-. Sonreí tranquila. Porque no iban a encontrar absolutamente nada.
-Bájese-. Abrió mi puerta. -Bayron, revisa la cajuela-.
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Los De Luca: El Alter Ego
RomanceLa vida se ha empeñado en truncarle los sueños a Diana Mendez. Sus padres no aceptan su elección de carrera, y ahora, a causa de un superior, la expulsan de la academia de la policía. Sin esperanzas y sin un lugar a donde ir, Diana acepta la única o...