Capitulo 8

4K 260 4
                                    

DIANA

-Anoche incendiaron un bote en el muelle turístico y nuestras fuentes afirman que un cargamento de cocaína entró a la ciudad por los manglares. Que sabes de eso?-. Camilo se escuchaba molesto.

Respire profundo.

Así que de eso se trataba todo el asunto de la llamada y la misteriosa salida de Dante y Fabrizio.

-Solo se que Alonzo recibió una llamada durante la cena, la atendió en la piscina así que no pude escuchar nada. Luego Fabrizio y Dante desaparecieron-. Farfulle. Se que no le iba a gustar ni poquito.

-¡En tus narices Diana!. En tus narices se llevo a cabo una venta de droga y ni por enterada te das-. Me grito.

ME GRITO.

Pero... ¿que es lo que esperaba?. ¿Que llegara a la ciudad e inmediatamente todos los negocios ilegales cayeran por arte de magia?.

-Estaba ocupada con Alonzo y su familia. No podía salir sin ninguna excusa. ¿Que es lo que quieres, que me descubra yo misma, eso es lo que quieres?. Recuerda que la que se juega la vida aquí soy yo-. Fui tajante. Me harta la sola idea de que crea que pueda gritarme cuando se frustra.

Pedazo de cretino.

Escuché su resoplido al otro lado de la línea.

-Esta bien. Pero quiero que estes alerta. Necesito pruebas contra Alonzo, o cualquiera de la familia De Luca. Que no se repita-. Colgó.

"O cualquiera de la familia De Luca"...

Extrañamente en el primero que pensé fue en Dante y no me gustó la sensación de opresión que tuve en el pecho.

¿Pero que carajos pasa conmigo?. Es un narcotraficante. Aunque muy guapo. Pero insufrible. Y bastante sexy. Y un bandido. Punto. Se merece ir a la cárcel. Ya está bueno de tanta pendejada.

Tengo que centrarme en obtener las pruebas que quieren Camilo y Aguado, y dejar de estar pensando en las musarañas.

La siguiente semana me la pase con más de lo mismo. Ir a la universidad, hacer trabajos y almorzar con Carmina en la cafetería de nuestra Alma Mater. Traducción: ningún avance.

Es sábado y no hay clases en la universidad, por lo que ni esperanzas de ver a Carmina. Me pase parte del día estudiando - porque tenía que interpretar un buen papel - y después fui a nadar un rato a la playa, solo porque tenía que parecer una persona normal, para nada porque me encantara tener la playa al cruzar la calle. Nótese el sarcasmo. En la noche baje al centro comercial y cené en uno de los restaurantes de la plazoleta de comida. Sola, como los últimos tres años. No, peor, porque ahora ni hablar con mi hermano por teléfono podía. Estaba jodida.

Cuando subí al ascensor para ir al apartamento, mi teléfono empezó a sonar. Me lleve la mano al bolsillo trasero de mi pantalón y lo saqué. El nombre de Carmina me hizo sonreír inconscientemente. Pulse el botón verde en la pantalla.

-Ho... na... va... ilar...-. La señal estaba perdida. Lógico estaba dentro de un ascensor. No entendía nada de lo que decía.

-Espera. Espera. Estoy en un ascensor y no escucho nada. Te llamo-. Colgué y empece a mover el pie con impaciencia.

Cuando el ascensor paró en mi piso. Me lance a las puertas y una vez fuera, le marqué a Carmina.

-Hello, Hello-. Canturreo al descolgar. Se escuchaba igual de feliz que siempre.

-Hola Carmina. ¿Cómo estás?-. Saque las llaves de mi bolsillo y empecé a abrir la puerta del apartamento.

-Bien, y mejor ahora que nos vamos a bailar-. Hablaba como si acabara de esnifarse una línea de coca.

Los De Luca: El Alter EgoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora