Capitulo 27

3.5K 236 26
                                    

DIANA

Oh. Por. Dios.

Acababa de ver como la chica que había llegado a considerar inapropiadamente mi amiga, mato al novio que la engañó y utilizó. No lo podía creer. Simplemente... no podía sentir ni pensar nada, estaba como adormecida.

Respira Diana... solo, respira.

Adentro... afuera. Adentro...

No se porque la vez que asesine al hombre que quería dispararle en la cabeza a Dante, no me costó tanto asimilarlo, como ahora me estaba costando asimilar el hecho de que Carmina le voló la cabeza a Juan Esteban. Quizá porque lo conocí. Lo vi besarla, salí con ellos muchas veces y nunca pensé que pudiera ser capaz de hacerle semejante canallada a Carmina.

¿Que si la culpo?. Mentiría si dijera que si. Quizá yo en su lugar hubiera hecho lo mismo, que se yo.

Ademas, ¿Enzo?... ¿de verdad?. No quiero ni imaginarme cómo pueden estar Carmina y Dante.

Que fuerte.

Mire a Dante. Creo que nunca antes lo había visto de la manera en que estaba ahora, pálido, con una expresión ilegible y conduciendo como en piloto automático. Luego mire atrás, Carmina había dejado de sollozar, tenía la cara sumergida en el cuello de Bayron y éste la abrazaba como si se tratara de su bien más preciado.

¡Oh!.

Fue como recibir iluminación divina.

Bayron está enamorado de Carmina. ¿Como no lo vi antes?. El pobre chico la ha estado llevando de un lado para el otro para encontrarse con Juan Esteban y todo ese tiempo ha estado guardando un amor imposible por ella. Que romántico. En ese momento el chico que había estado cuidándome desde afuera del edificio durante tantas noches, se ganó mi cariño sin buscarlo.

Se que estoy demente por pensar en esto, pero creo que la pobre familia va a pasar por muy malos momentos en los próximos días. Como si no hubiera sido suficiente dolor con lo de Malena. Definitivamente no me gustaría estar en sus zapatos.

-¿Quieres que te deje en tu casa?-. Me pregunto Dante con su expresión impertérrita de los últimos minutos.

-No-. Susurre negando con la cabeza. Mire a Carmina. -Ella va a necesitarme-.

Me pase los siguientes dos días con Carmina encerradas en su habitación, viéndola llorar, pidiéndole que comiera, haciéndola bañarse y cepillando su cabello. Llegue a pensar que no iba a salir de su estado de aturdimiento, pero esa mañana, después de llorar hasta la media noche y de jurarme que jamas volvería a enamorarse, se despertó con tanta energía que parecía haberse bebido toda la planta de Red Bull y me pidió que la acompañara al centro comercial. Creí que estaba bromeando, pero cuando emergió del vestidor completamente arreglada y como si no hubiera pasado nada supe que hablaba en serio.

¿Que le sucede a esta chica, pasa de la depresión a la euforia en un segundo, será bipolar?.

-Bayron, quiero que nos acompañes a Luna y a mi al centro comercial-. Paso por en frente del chico, hecha una bala humana y se subió a la BMW.

Creo que es su auto. Solo que ella no lo conduce.

Él me lanzo una mirada interrogativa, que solo pude responder con un encogimiento de hombros. Parecía asombrado pero feliz de verla igual que siempre, siendo ella misma, la Carmina fashionista que le encanta ir de compras al centro comercial. Lo único raro en medio de todo fue que se subió en el asiento del copiloto en lugar de atrás.

-¿Quiere que la lleve a algún lugar en especial señorita De Luca?-. Le pregunto Bayron, con la misma formalidad con la que siempre le hablaba.

Los De Luca: El Alter EgoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora