Capitulo 26

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DIANA

Camilo estaba esperándome dentro del apartamento cuando regrese al día siguiente de la entrega. Es suficiente con decir que me grito y me llamo traidora. Resultó que había encontrado mi teléfono en el Sandero y arresto al pobre tipo que insistió con ahincó que no sabía cómo el teléfono llegó a su auto. Me sentí culpable, si, pero ni loca que estuviera para admitir lo que hice. Me paré en la raya y sostuve que me lo habían robado esa misma tarde y que no había podido comunicarme.

Además, con la nueva información de la próxima gran venta y de que iba a poder atrapar al mismísimo Alonzo, logré atraer su atención y restarle importancia al asunto del teléfono. Al final el plan consistía en que yo iría a la dichosa venta, con un localizador que los llevaría hasta Alonzo y ahí terminaría mi travesía con la familia De Luca.

DANTE

Camilo Carmona estaba metiendo sus narices en mis asuntos, eso no lo iba a tolerar, esta vez iba a saber quien es Dante De Luca, le mostraría la casta de mi familia, inteligencia y astucia corría por mis venas, y ya le llevaba la delantera. Lo sabía.

Ahora tenía que concentrarme en dos asuntos importantes: la gran venta y mi querido cuñadito. Esas son las prioridades justo en este momento.

Mendivil había logrado encontrar las pruebas que necesitábamos contra Juan Esteban. Ahora sabíamos con certeza que él era quien le sonsacaba información de los movimientos de la droga a Carmina, la estaba usando y pronto se iba a enterar lo que era meterse con un De Luca. Pero no podía llegarle a mi hermana con la información sin pruebas, estaba ciega de amor por esa sabandija y necesitaba algo tangible que lo lograra bajar de su pedestal, por eso tuvimos que tomarnos nuestro tiempo para actuar, pero el momento había llegado.

Toque a la puerta de la habitación de mi hermana gemela. Adentro estaba Luna con ella. Lucía preciosa con un vestidito playero de faldita de vuelo, que la hacía verse como una princesa en vacaciones. Sacudí mi cabeza para liberarme de su magnetismo. Tenía que concentrarme en lo que había ido a hacer ahí.

-¿Puedo hablar contigo a solas?-. Le pedí a Carmina. Ignorando deliberadamente a mi Luna.

-Claro-. Vino hasta la puerta sonriente. La sostuve abierta para ella y la cerré sin ajustarla cuando estuvo afuera.

-¿Que sucede Dante?. Estás muy misterioso-. Su sonrisa no se desvanecía.

La mire detenidamente. Es mi hermana gemela, compartimos todo desde que estábamos en la barriga de mamá. La amo como a ningún otro miembro de mi familia. Es mi alma gemela, mi complemento, sangre de mi sangre, literalmente, y me iba a doler como un demonio ser yo quien le rompiera el corazón justo ahora.

-Tienes que ver algo-. Saque mi celular y le mostré la pantalla con la foto de su amada sabandija besuqueándose en la cama con una enviada de Mendivil.

La mujer astutamente puso su celular a tomar una secuencia de fotos mientras se revolcaba con el hijo de puta de Juan Esteban. El idiota estaba tan ebrio y drogado que ni siquiera se percató del celular lanzando flashes a diestra y siniestra. ¡Que idiota!. Ademas, la mujer logro sonsacarle información de la venta de drogas, de lo único que aun no sabíamos era del paradero de la mercancía que nos robo el infeliz.

El alarido que profirió mi hermana hizo que mi corazón se estrangulara. Acto seguido se abrazo a sí misma, y sus bellos ojos de esmeralda se pusieron rojos y aguados.

-Carmina...-. La llame en voz baja, tomándola de la muñeca.

-¡Suéltame!-. Grito.

-¿Porque me muestras esto?-. Se lanzó a llorar a cántaros.

Luna salió con cara de acontecimiento.

Los De Luca: El Alter EgoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora