15: Reconoce lo que sientes.

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Como si no me hubiese enterado que mi acompañante era Simón, comencé a contornear mi cuerpo al ritmo de la música, dejándome llevar por el momento. La adrenalina llenaba cada rincón de mi ser. Era una mezcla entre el alcohol en mi sangre; la cercanía de Simón, que aún me tenía por la cintura; y la contradicción constante en la que mi mente se encontraba. Las manos de Simón estaban aferradas a mi cintura, como si no pudiera apartarse de mí, haciendo que todos los nervios de mi cuerpo se despertara.

Es el alcohol lo que te está influenciando, Valery. No tiene que ver con lo que ocurrió la otra noche. La mentira más grande que me decía a mí misma, en una especie de mantra. Tal vez si lo repito termina por hacerse realidad. Pero sabía perfectamente que eso jamás ocurriría, que sería engañarme una y otra vez con tal de no reconocer lo que realmente me estaba sucediendo. Sin embargo, podrás usar la escusa del alcohol al día siguiente cuando le tengas que hacer frente.

En un arrebato de fortaleza, me obligué a girar para encararlo. Necesitaba enfrentarme a esa mirada azul mientras comenzaba a jugar con fuego. El impacto que causó en mí tenerlo tan cerca fue casi evidente. Casi. Pero debía seguir adelante, aparentar indiferencia y continuar con lo que mi cabeza estaba planeando. Me acerqué poco a poco a su oído para hablarle, estaba sobre las puntas de mis pies en un intento de no caerme de los tacones porque Simón era bastante más alto que yo.

-Me dirás que estás haciendo aquí -Susurre en su oído, con la intención de que se acercase solo un poco más-, porque si hay algo en lo que no creo es en las casualidad.

- ¿Tan mala compañía soy? Creí que la estábamos pasando bien aquí. -Sus labios amenazaban con formar una sonrisa arrogante.

-Así era, por lo menos mientras permanecías en el anonimato -Le di una sonrisa sarcástica. Si, chico, no quiero tenerte aquí-. Necesito un trago ahora mismo.

Simón me observó sin comprender, hasta que me aparté de su agarre y me encaminé a la barra sin darle tiempo a reaccionar. La confusión que cruzó por sus ojos me atormentaría durante un largo tiempo, pero no me perdería la oportunidad de disfrutar de este extraño juego que había comenzado. No dejes que te supere esta vez, por favor, tienes que ser fuerte Valery.

El barman me sonrió cuando me vio regresar y me acercó sin que pidiera algo otro trago Adams. Al parecer, por conocer al idiota de Cameron tenía privilegios. O piensa que eres la chica con la que se iré y el tipo es cómplice de Adams a la hora de emborrachar a sus víctimas. Definitivamente estaba equivocado conmigo, pero no me perdería de las bebidas rápidas. Comencé a beber tranquilamente, con la intención de reunir más fuerza o perder la conciencia. Cuando levanté la mirada de mi trago, un par de ojos azules me miraban fijamente.

-Creo que has bebido suficiente, ¿No te parece? -Cuando giré para estar frente a frente, el se situó bien frente a mí, bloqueándome cualquier salida que pudiese tener.

-Nadie me dice lo que debo hacer, chico -Me encogí de hombros mientras comenzaba a terminar mi trago-. Esta no es la primera vez que bebo ni será la última.

Sus brazos se situaron a ambos lados de mi puerto, agarrándose de la barra, impidiéndome moverme demasiado. Tenía mis piernas entre las de él, su cuerpo estaba a centímetros del mío haciendo que sintiera el momento en el que Simón respiró hondo como si quisiera captar mi aroma. Sus ojos hicieron un análisis de todo mi cuerpo antes de que nuestras miradas hicieran contacto directo mientras una sonrisa amplia florecía en su rostro.

- ¿Te gusta lo que ves? -Intenté provocarlo ante su descarada recorrida de mi anatomía. Arqueé una ceja en su dirección cuestionando su actitud.

Lonely Soul.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora