51: Lo mejor que me ha pasado.

453 30 2
                                    

Dejé que Simón me guiara por la casa hasta las habitaciones mientras mi cabeza seguía trabajando sin parar. Me sorprendió ver que nos había llevado hasta la habitación que Helen me había asignado cuando había llegado. Desde que me había mudado, pasé todas las noches durmiendo con Simón en su habitación. Sin embargo, estaba necesitando mi espacio y Simón haberlo entendido.

—Dejaré que te des un largo baño tranquila —Tomó mi rostro entre tus manos para asegurarse de que lo mirara cuando me hablaba—. Todo lo que nos enteramos no cambia nada entre nosotros Valery. Sigues siendo la persona más importante que tengo en este momento y espero que no te queden dudas de ello.

—Gracias. —Murmuré sintiendo como un nudo se instalaba en mi garganta, casi impidiéndome hablar.

—Iré a preparar un chocolate caliente para que tomes. Te quiero preciosa. —Sonreí apenas cuando Simón me dio un beso en la frente antes de retirarse.

—Yo también. —Murmuré mientras lo veía salir de la habitación.

Elegí la ropa que me pondría luego de la ducha. Una camiseta de Simón y unos shorts cómodos habían sido mi elección. Solo quería acurrucarme en los brazos de Simón y sumergirme en el único lugar donde los problemas no me llegaban. Sería mi mejor consuelo mientras terminaba de asimilar toda la información que acababa de recibir.

Cuando estuve en la ducha, dejé que el agua sacara todas las tenciones que había experimentado en las últimas horas. Me puse a pensar en todo lo que me había enterado. Mis padres me habían amado, me cuidaron hasta que un camión se cruzó en su camino literalmente y no salieron vivos. El pensar en eso provocó que las lágrimas volvieran a caer, como si todas las que había derramado no hubieran sido suficientes.

El tiempo trascurrió sin que me diera cuenta, mientras las lágrimas se perdían en el agua que caía sobre mi cuerpo. Fue en ese preciso momento que la realidad me golpeo. Esta era mi vida, así había crecido y me había convertido en la mujer que era. Mi único deseo ahora sería que mis padres estuvieran orgullosos de la persona en la que me había convertido.

Sentí como un calor se apoderaba de mi pecho y una sonrisa surgía en mis labios al comprender que una parte de mis padres vivía dentro de mí. Me encantaba saber que mi pasión por la pintura tenía que ver con mamá y que la locura por las carreras que tenía mantenía a mi padre conmigo. Ahora podía decirle a la gente que era hija de John Smith y Cassie Wilson. Me bastaba con saber que habían sido personas respetadas y queridas por sus amigos para sentirme orgullosa de poder presumirlos.

Vestida y con mi pelo en una trenza, salí del baño para acostarme a dormir. Simón estaba sentado en el centro de la cama con cara de concentración en unos papeles. Había fotos a su alrededor también. Cuando me senté a su lado, levantó la vista y me obsequió una radiante sonrisa. Por Dios, cuanto lo quería.

— ¿Te sientes mejor? —Asentí. Simón me tomó entre sus brazos dejando que enterrara mi rostro en su pecho— Todo va a estar bien cariño, yo siempre estaré aquí para ti. Lo prometo.

—Lo sé y lo agradezco —Giré mi rostro para dejar un beso en su pecho—. Solo necesito un tiempo, en este momento todo es muy reciente y duele mucho.

—Solo quiero ver a la Valery sarcástica y risueña de siempre, sabes —Susurró mientras posaba su barbilla en mi hombro—. Aunque podría acostumbrarme a esta Valery que necesita que la contenga, es lindo tenerte entre mis brazos.

—Siempre voy a necesitar que me contengas y me apapaches mucho...

—Es bueno saberlo, tomaré nota para cuando me pidas que me aleje —Me reí de su comentario. Como si eso fuese a ocurrir alguna vez—. Te terminaras cansando y me dejarás solo y abandonado, ya lo estoy viendo.

—No tienes idea. —Murmuré pensando en todos los sentimientos que despertaba en mí.

— ¿Qué no tengo idea? Bueno, me gustaría que me abrieras los ojos entonces. —Simón sonreía de lado.

Me tomé un momento para ordenar lo que diría a continuación. Cerré los ojos con fuerza mientras dejaba salir todo lo que había estado guardando.

—Te metiste en mi corazón Simón, bajaste todas mis barreras y me mostraste que podía ser otra persona —Tome un poco de aire antes de continuar—. Creo que estoy comenzando a amarte y realmente tengo miedo de que rompas mi corazón y nunca vuelva a sanar.

El silencio se instaló entre nosotros, haciendo que mil inseguridades me asaltaran. No tenía idea de que hacer, si debía seguir hablando o dejar que él dijera algo. Acababa de volcar todo mi corazón delante de él y no había dicho una palabra. Quería hacerme una bolita y llorar toda la noche, no estaba para curar un corazón roto en estos momentos.

En cuanto traté de escaparme de sus brazos, Simón tensó su agarra para no dejarme ir. No podía con esto, necesitaba alejarme. No quería que me viera llorar por él. Nunca en mi vida había llorado tanto como en estos últimos días.

—Cariño, cariño espera —Susurró y dejé de querer alejarme. No tenía más fuerzas para luchar—. Dame un segundo, acabas de tomarme por sorpresa...

—Bueno, déjame ya y vete por favor —Imploré, rogando por qué las lágrimas no cayeran hasta que se fuera.

—No entiendes Valery, yo estoy total y completamente enamorado de ti —Sus palabras me golpearon de tal manera que no pude disimular la sorpresa. Simón aprovechó eso para tomarme del mentón y obligarme a que lo viera a los ojos—. Me tienes loco Valery Smith. Nunca en mi vida había sentido lo que siento por ti, eres la persona con la que quiero despertar cada mañana, disfrutar el resto de mi vida. Eres demasiado especial como dejarte ir.

—Tus palabras son lo mejor que me paso este día. —Susurré, sintiendo la primera lágrima caer.

—No llores cariño, no voy a dejar que te vayas de mi lado. No hay forma que te deje salir de mi vida —Una media sonrisa toco sus labios—. Y si todavía no estás enamorada completamente de mí, lograré que lo hagas. Me esforzaré por conseguir tu amor.

Sus labios besaron los míos con una dulzura y ternura que me llegó al alma. Él estaba enamorado de mí, me quería de tal manera que podía soportar toda la mierda que traía dentro. Comprendía lo que me pasaba y me acompañaba. No podía escapar de los sentimientos que crecían en lo más profundo de mi corazón, mucho menos ahora que me había confesado todo lo que sentía.

—He esperado tanto por decirte todo lo que acabas de oír —Sus brazos eran tan cálidos y contenedores—. Jamás pensé que este sería el momento, si tengo que ser sincero.

—Yo menos —Sonreí escondiendo mi rostro—. Estoy tan a flor de piel que la información sale sin que pueda pensarlo demasiado. Imagina que me he llorado todo lo que no lo hice a lo largo de mis diecisiete años.

—Pobre mi niña —Simón peinó mi cabello—. Descubrió que tenía un corazón blandito, blandito y no una piedra como se había empeñado en mostrar al resto.

—No me provoques que puedo traer a la Valery sarcástica si sigues por ese camino...

—Me gustaría verlo, estoy extrañando ponerla incomoda cuando intenta ser ruda conmigo. —El chico besó mis labios una vez más.

—Mmm... Creo que la dejaré escondida por un tiempito más —Estiré mi rostro pidiendo otro beso—. Me gusta ser consentida en estos momentos.

—Entonces, consentida, creo que es hora de dormir —Simón nos arrastró hasta terminar acostado en la cama—. Ha sido un día largo y creo que te vendría bien descansar un poco.

—Sólo si prometes quedarte conmigo toda la noche.

—Eso no tienes ni que pedirlo —Simón sonrió y me besó rápidamente—. Pasaré cada noche del resto de mi vida contigo.

—Eres... Eres lo mejor que me ha pasado... —Murmuré antes de acurrucarme contra él.

—Tú también cariño, ahora descansa —Besó la cima de mi cabeza—. Buenas noches Valery.

—Buenas noches Simón.

No me dormí inmediatamente, pero disfrute de la sensación de tener algo seguro en mi vida. A partir de esta noche mi lugar seguro siempre sería al lado de Simón, sin importar las circunstancias o los problemas que podría enfrentar, él sería mi refugio ante toda la adversidad.

Lonely Soul.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora