29: El regreso de Smith.

529 33 2
                                    

El grito de júbilo que salió de los labios de Emily en cuanto la moto comenzó a adquirir mayor velocidad fue algo impresionante. Jamás me hubiese imaginado que a mi amiga le gustaría algo así, mucho menos que lo disfrutaría como lo estaba haciendo. Los chicos habían quedado atrás hacía un largo trecho y en lo único por lo que me estaba preocupando era por encontrar el camino al taller. Sabía que Simón intentaría mantener mi ritmo, pero no era muy sencillo que digamos. En la primera oportunidad los habíamos perdido y no me estaba importando demasiado.

Por un momento deseé no estar usando el casco para poder sentir el viento en la cara, ese que te carga de adrenalina aún más de la que ya llevas en tu sistema. Diablos, lo había extrañado demasiado. Pronto comencé a reconocer el camino que debía tomar y, en un abrir y cerrar de ojos, la calle que desembocaba en la entrada del taller estaba delante nuestro. El sonido de otro motor se oyó en cuando comencé a aminorar la marcha para no frenar de golpe. Simón había conseguido seguirme. Sonreí con satisfacción al notar la persiana del taller levantaba pese a que no se encontraba ninguno de los chicos esperando.

En cuanto le puse un alto al paseo, Emily bajó rapidísimo y comenzó a saltar en su lugar como una niña pequeña que había tenido un paseo más que genial. Su actitud e intento por hablar de forma coherente sin lograrlo habían causado mi risa. El momento posterior fue aún mejor. La cara de Ian. Jamás creí que una persona pudiera reflejar tanta incredulidad como la que me mostraba el menor de los Hilton en ese momento. Mis carcajadas aumentaron hasta que reparé en Simón, que observaba a su primo de forma arrogante y completamente orgulloso de que su primo tuviera esa expresión. A la mierda las formas. Las risas se transformaron en carcajadas más y más ruidosas, tanto que Simón y Emily comenzaron a reír conmigo.

—No puedo creerlo... Tú... Lo que hiciste... Eso fue... —Pero Ian no estaba encontrando las palabras para hilar una idea.

— ¡Alucinante! ¡Riesgo! ¡Increíble! ¡Y completamente divertido! —Emily volvía a saltar en su lugar, esta vez riendo— ¡No puedo creer que lo ocultaras por tanto tiempo! ¡Esto es algo que debes presumir, Val!

—No es de extrañar... —La sonrisa que la chica de melena rubia y ojos miel era amplia y conocida— Smith siempre fue bastante reservada con todo...

Las manchas de grasa en sus manos junto con su leotardo de trabajo puesto eran algo tan familiar que me dieron ganas de llorar. Tenía una mancha en su mejilla que, definitivamente, no opacaba su personalidad para nada. Cindy Wells podía parecer la cosa más tierna del mundo pero cuando su boca de camionero entraba en acción no había nada que la parara. Era unos centímetros más baja que yo pero su presencia la hacía lucir mucho más alta de lo que realmente era.

Más atrás, como si se tratara de personas tímidas, la seguían Parker y Cameron. Se notaba que habían estado bajo el mando de la gran Cindy Wells. Sin embargo, no la mayor sumisión a la que podían someterse cuando trabajan con ella le quitaba su caminar arrogante. Cameron lucía como si el mundo estuviera a sus pies, cada una de las malditas personas a su disposición; mientras que Parker era su antítesis actuando como si no le importara en lo más mínimo lo que el resto hiciera, con sus aires de superado.

En un momento, mis ojos se cruzaron con los de Cindy lo que nos permitió tener una conversación silenciosa que nadie entendió. La mirada de la chica había pasado por las tres personas que me acompañaban, intentando descifrar quien sería su víctima y con quien no debía meterse. Algo había notado en la postura de Emily que optó por enfocarse en los dos chicos. Wells estaba realizando su escaneo y nadie la detendría. Como si su presión al analizarlos no fuera poca, el contraste entre los primos le hizo la decisión mucho más fácil. Ian estaba con su suéter, como todo niño bien mientras que Simón llevaba una chaqueta de cuero. Saquen sus conclusiones. Parker, Cam y yo nos miramos fijamente, intentando contener la risa con lo que vendría.

Lonely Soul.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora