37: El incio de algo bueno.

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—Llevas un rato bastante callada —Murmuró Simón mientras me daba un beso en la cabeza. Seguíamos abrazados en la cama, en nuestra pequeña burbuja—, ¿Qué es lo que te tiene tan pensativa?

—Que es hora de levantarnos y no quiero hacerlo —Me moví un poco para poder mirarlo y sonreírle—. Quiero ir a tu casa para conocerla, pero no estaría con ganas de moverme.

—Siempre podemos instalarnos en mi habitación cuando lleguemos —Simón arqueó una ceja en mi dirección, haciendo que me riera con su sugerencia—. Queda en ti completamente.

—Aunque suene muy tentador debo rechazar tu oferta —Encogí uno de mis hombros a modo de disculpas—. Sin embargo, te pediré ayuda con algo...

—Lo que quieras, cariño. —Su seguridad hizo que siguiera firme en la decisión que estaba a punto de tomar. Tenía su apoyo y eso era muy importante.

—Primero iré a hablar con Emily y luego te diré en que necesito que me ayudes. —Le di un beso rápido antes de levantarme de la cama.

Mala decisión. El movimiento abrupto que había hecho cuando me senté en la cama lo único que había logrado hacer era revolverme un poco el estómago en una clara señal de que mi resaca seguía allí. Estaba mejor que cuando había despertado, pero no debía abusar de ello.

—Mejor te tomas las cosas con calma, no querrás seguir mala todo el día. —Simón ya se encontraba a mi lado, controlando mi estado.

—Ese fue un consejo sabio, Hilton —Arqueé una ceja en su dirección—. ¿A caso hablas con conocimiento de causa? Porque si es así quiero detalles.

—Quizás algún día te lo cuente, pero no será hoy —Simón se rió, recordando seguramente el momento que le dejó esa sabiduría—. Ahora tienes que ir a revisar a tu amiga antes de que ella venga a buscarte.

Me escapé por unos segundos al baño de Simón para lavarme la cara y enjuagarme la boca. Cuando estuve un poco más presentable, ambos bajamos de la mano por la escalera de servicio que nos llevaba directo a la cocina. No tenía intenciones de que la familia de Ian me viera saliendo de la habitación de su sobrino vistiendo sólo una camiseta de él. Me gustaba hacer mis grandes salidas, pero tampoco era para exagerar. Definitivamente era demasiado incluso para mí.

Nos encontramos con Carmen cocinando lo que parecía la comida de la familia. Mi mirada recorrió cada rincón de la cocina hasta que pude ver una bandeja con jugo de naranja y tostadas en la mesa del rincón. Era la mejor. En cuanto Carmen levantó la vista su rostro pasó de albergar una gran sonrisa al ceño fruncido que más miedo me había dado. Eso solo significaba que estaba metida en problemas.

—Valery Smith espero que esta sea la primera y última vez que lidias con tus problemas de esta forma —Carmen estaba cruzada de brazos mientras hablaba—. Te quiero como si fueses mi nieta, pero me llego a enterar que vuelves a hacer lo mismo que anoche porque Williams está de vuelta en tu vi da y haré algo al respecto.

—Lo siento, en verdad lo siento tanto —Corrí a abrazarla—. Sólo quería divertirme un poco y olvidarme de todo, Carmen. Créeme cuando te digo que lo último que quiero es tener una resaca como la que tengo en estos momentos.

—Sólo por esta vez estás perdonada —Suspiró mientras pasaba su mano por mi cabello—. Sé que puede volver a pasar, pero intenta controlarte ¿sí?

—Lo prometo —Acepté levantando una mano para que viera que iba en serio—. Ahora espero que Emily haya tenido el mismo discurso que acabo de recibir, no quiero ser la única regañada.

Lonely Soul.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora