1: Valery Smith

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Muchos pueden juzgar mi mal carácter, cuestionar mi locura o acusarme de mal agradecida. Sin embargo, ¿Alguno sabe lo que tuve que vivir? ¿Sabe el calvario que atravesé desde que me "adoptaron"? Sinceramente, no creía que alguien fuera capaz de comprender todo lo que atravesé en mis años de vida y, mucho menos, que intentara hacerlo.

Era preocupante notar que la gente no tenía vida propia o no le bastaba con sus problemas como para interesarse en cosas que no les debería importar. Estaba cansada de lidiar con eso metidos que no pueden concentrarse en lo que está sucediendo en sus narices. ¿De dónde sale tanto odio o rencor hacia este tipo de gente? Fácil, odio que todo el tiempo me cuestionen, cuestionen mis decisiones, lo que hago o dejo de hacer. Cosa que me pasaba a menudo, todos y cada uno de los lugares en los que he estado lo han hecho.

¿Y de qué sirve ser alguien cuando a nadie le importas?

A veces el deseo de ser invisible era tan fuerte como el de nunca haber nacido. Era extraño de explicar, pero me sentía como una molestia para cualquiera que trata conmigo. Hubo un tiempo en que no se sintió así, pero después las cosas cambiaron y comprendí que este era mi destino, pasar de un sitio a otro sin trabar relaciones era la mejor opción.

Tenía esa sensación de estar sola en el mundo. Lo único que me habían dicho de mis padres era que habían muerto, no conocía a nadie que pudiese ser parte de mi familia, no tenía recuerdos, ni fotos, ni nada que me diera un poco de que formar mi identidad. Sólo la sensación de que había arruinado la vida de mis padres, al igual que lo estaba haciendo ahora con la mía.

Lo único que me quedaba, y que ya no estaba segura de tener, eran todos los recuerdos del orfanato. Tenía amigas allí, el trato de las seladoras era bueno hacia mi persona y muchas de mis compañeras aseguraban que me trataban mejor de lo que deberían. Había ganado el odio de un par de compañeras, pero nada de eso me importaba mientras estaba junto a las chicas que si eran mis amigas en aquel entonces.

Pero eso ya no importa. Había perdido todo eso en cuanto me habían adoptado.

Todas teníamos la ilusión de que, algún día, llegaría una familia en busca de una niña grande y no un bebé, como solía ser la costumbre. Pues eso me ocurrió a mí. El sueño de la familia feliz, unida y cariñosa se había esfumado cuando lo conocí a él. Anthony Williams parecía la mejor opción para mi, para cualquiera de las chicas que estábamos en la misma situación. Pero las cosas no salieron como cualquiera de mis ex compañeras hubieran imaginado.

El tipo no tenía familia, no quería compartir tiempo conmigo, no había manera de que me mirara son tratarme como algo a lo cual menospreciar. Toda su arrogancia junto a la obviedad de que se trataba de un hombre con dinero me hacía cuestionar cual era la verdadera razón por la que me había adoptado. Él ni se molestó en informarme que no me quedaría en la primera casa a la que me llevo. Esa era una gran mansión, su gran mansión, en la que se suponía que yo debía vivir y, en la cual, únicamente pasé cinco horas antes de que me llevara a otro sitio.

Tener esta extraña relación con la persona que estaba encargada de mi, a la cual sólo veía un par de horas cuando decidía que era hora de que me cambiara de sitio, era lo peor que me pudo haber pasado. Muchas veces desee volver al orfanato, donde la directora se comportaba mucho más humana con todas y cada una de nosotras. Era extraño desear volver a eso cuando siempre había soñado con ser adoptada. Sin embargo, no era así como lo había imaginado.

Williams nunca me dijo que lo relacionaba con las personas con las que me hacía quedar, ni cuánto tiempo pasaría con ellos, sólo me dejaba en aquel lugar sin despedirse ni preocuparse por lo que sería de mí en el tiempo que estuviese fuera.

Esas cosas hicieron que me cerrara, que evitara entablar relaciones con las personas que se encontraban cerca o interesadas en hacerlo. Ya me había sucedido que, en cuanto llegaba a crear el menor vinculo posible con alguien, el idiota de Williams llegaba para trasladarme a otro lugar en el que debía comenzar de nuevo. Era algo que jamás podría perdonarle, algo que me había hecho odiarlo de tal manera que nunca podría tratarlo como un ser humano.

Él se había encargado de llevarme a sitios en los que me trataban de sirvienta o de niñera de los niños que ni sus propios padres soportaban. Yo era el trapito que a nadie le importaba. Era como un objeto más de su colección, algo que podía llevar de un lado hacia el otro porque no era de importancia. Yo era la huerfanita que se había quedado sin padre ni madre, la que debería estar agradecida por lo que Williams había hecho por mí. Lo que lograba molestarme aún más.

Había llegado al punto en que quería asesinar a cualquiera que insinuara que Williams había hecho un bien en mi vida cuando, en realidad, era todo lo contrario. Me había convertido en una persona cuidadosa y fría con respecto a las relaciones, no podía confiar en nadie porque sabía que, tarde o temprano, nunca llegaría muy lejos. Estaba harta de esa situación y estaba decidida a tomar cartas en el asunto.

Después de comprender que mi tutor jamás cambiaría y sería la persona que yo necesitaba que fuera, tomé la decisión más importante de mi vida. Sabía desde una edad muy temprana que, en cuanto cumpliera la mayoría de edad, me alejaría de todo lo que tenía que ver con Williams. Me escaparía mientras él se encontrara en uno de sus viajes, ocupado por gastar su fortuna y no de la huerfanita que tenía quedándose con alguno de sus amigos ricachones.

No había manera de que le informara a Williams de mis planes así como él no me informaba sobre los suyos. Lo único que le diría, si fuese completamente necesario, sería un "Vete a la mierda" junto a mi dedo medio para que terminara de entender que lo único que había logrado en este tiempo era conseguir mi repudio y odio.

Y esta soy yo, Valery Smith, una simple joven que lidia con mucho más de lo que puede soportar, que intentaba encontrar su camino en la vida como puede, que le hacía frente a cualquier dificultad que pudiese presentarse. Una chica que planeaba escapar, huir de todo lo que conocía, en busca de algo mejor, algo que valiera la pena.

Ya no estaba dispuesta a dejar que la gente me pasara por encima, que me humillara o abandonara. Ya no era la niña que alguna vez fue, ahora era una mujer con miles de barreras que me protegían de cualquier mal que me quisieran hacer. Sólo tenía una idea fija en mente y esa era la de comenzar de cero, costara lo que costara. No creía en los finales felices pero si deseaba algo mucho mejor a lo que ya tenía.

Nada ni nadie era importante para mí, hasta que algunas personas se cruzaron en mi camino y todo dejó de ser como lo creía. Tal vez si me importaba alguien que no fuera yo misma.









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Buenas a todos. Es muy probable que está historia le sea conocida a muchos, sin embargo, hay mucho que cambio sin modificarla.

Estoy contenta de poder decir que me está gustando como está quedando y espero que sea de su agradado también. Recuerden que pueden preguntar, comentar y hacer sugerencias de cualquier tipo y que intento contestar todos los mensajes.

Espero lo disfruten. ¡Un beso grande para todos!

R. G. G.

Lonely Soul.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora