54: Un idiota encaprichado.

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—Iré yo —Saltó Emily como un resorte—. Sí Ian logró levantarse, no va a estar contento de enterarse por su primo de mi paradero.

—De acuerdo —Me reí. No podía imaginarme a Ian molesto, mucho menos con Emily.

Me tomé ese momento para disfrutar de la pequeña brisa que corría. La primavera estaba por comenzar y el clima comenzaba a ser una buena señal de ello. El sol brillaba en el cielo, convirtiéndolo en un día precioso. Todo indicaba que podía convertirse en un día perfecto, sin embargo, la perfección no era algo que encajara con mi vida.

—Mmm... Val —Emily asomó la cabeza por el ventanal para que la escuchara— No eran los chicos por ahora y creo que será mejor que vengas.

Fruncí al ceño cuando volteé a mirar a Emmy, su tono de voz me preocupó un poco. Ella hizo un gesto con la cabeza, como para darle énfasis a lo que acababa de decirme. Sin embargo, el visitante sorpresa no me dejó ni levantarme para verlo. Detrás de Emily apareció con unos anteojos de sol negros, el cabello todo despeinado y una seriedad que no lo caracterizaba. Nunca en mi vida creí que vería a Cameron en aquel estado.

—Hola, lamento haber llegado de sorpresa —La voz ronca era una clara señal de que la resaca le duraba. ¿Qué demonios le estaba sucediendo?

—Ven, pasa. No tienes que disculparte por venir a visitar a una amiga —Le hice un gesto a Emily para que me trajera agua mientras Cam se acomodaba—. Además, debe ser urgente o al menos serio para que caigas con esas pintas.

—Creo que me enamore de alguien que no debía —No estaba para bromas, definitivamente era grave—. Y no tengo idea de lo que tengo que hacer...

—Al menos la chica no es Ashley Hilton —Intenté bromear, pero verlo tragar me dijo que no había sido para nada gracioso— ¿Cameron?

—No sé cómo paso Val... —Abrí mis ojos como plato. Eso no era lo que esperaba escuchar.

—No me jodas —Comencé a negar lentamente— ¿Al menos sabes con el tipo de persona con el que te metes, Adams?

—No empieces con esas idioteces Valery. —Se cruzó de brazos.

—Deja de dramatizar, por el amor de Dios —Puse los ojos en blanco—. Emmy...

—Estaré terminando un par de cosas adelante y esperaré a los chicos para que puedan hablar tranquilos.

—Gracias —Le sonreí a mi amiga antes de que se fuera casi corriendo del lugar.

El silencio nos rodeó por completo. El único murmullo que se oía era el de la calle, amortiguado por el edificio que teníamos a nuestras espaldas. Cameron terminó por acostarse a mi lado, ocupando casi la totalidad de la manta que habíamos extendido con Emily. No estaba muy segura de cómo podía solucionar este problema, los consejos no eran lo mío, sin embargo, podía intentar escucharlo. Estar en aquella situación con Cameron era tan surrealista que una pequeña risita se escapó de mis labios.

—No es gracioso Valery —Suspiró un Cameron abatido—. No está nada bueno esto, no todos tenemos tu suerte.

—Claro que es gracioso Cameron —No pude contener la risa—. Tu y yo, confesando sentimientos, llamándonos por el nombre ¿En serio no ves la gracia?

—Bueno, si lo pones así... —Una media sonrisa apareció— ¿Quién lo diría?

—Nadie se imaginó este momento, nadie —Paré de reír. Había llegado el momento de ponernos serios—. Sin embargo, siempre terminamos estando para escucharnos. Puedes contarme que te está pasando amigo.

Lonely Soul.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora