El emperador no tolera sotanas a su alrededor,a menos que conozcs personalmente al que la lleva. La entrada principal y las laterales estan vigiladas por una escolta que acompaño al emperador desde Viena. A los forasteros les niegan la entrada-dijo el mendigo,soltando una risita-si deseais esperar,padre,al menos os encontrais en buena compañia: diplomaticos extranjeros,barones del reino,legados papales,enviados del rey...., en Hradschin todo el mundo espera
No quiero esperar-dijo el padre con suavidad. La risita del mendigo se interrumpio-
Decid que habeis sido llamado por los doctores Maier y Ruland para resolver una disputa. Cuando se trata de curar,Maier cree en esas tonteroas de los rosacruces y Ruland solo cree en los baños,ek sangrado y las ventosas,pero ambos suelen dedicarse a discutir con eruditos eclesiasticos para demostrar sus teorias. Vos pareceis un erudito,padre. Intentad poner cara de inteligente y tal vez os franqueen el paso
-El dominico se agacho y recogio la moneda-
Yo tambien elijo la segunda opcion-dijo y arrojo la moneda en el gorro de cuero. Despues se incorporo y contemplo el rostro enmascarado,observando una gota de sudor que se deslizaba por debajo de la venda y desaparecia bajo el cuello de su interlocutor. El rumor de unas botas irrumpio en el silencio matutino de la plaza-
¿Hay algo mas que casi olvidaste contarme y que se te acaba de ocurrir?-pregunto-
Evitad el ala de los criados-dijo el mendigo. El padre Xavier estabs convencido de que,de quitarle la venda,lo habria visto parpadear-
¿Algo mas?
Idos al diablo,padre
Que Dios te bendiga,hijo mio-el padre Xavier se alejo tranquilamente-
¿Cual hubiera sido vuestra primers opcion,padre?-grito el mendigo a sus espaldas-
-El dominico señalo el grupo de guardias armados con lanzas y ballestas que recorrian la plaza y de cuyas botas provenian el rumor,pero no se giro y no volvio a mirar al mendigo. Sl entrar en una de las oscurss callejuelas, comprobo con satisfaccion que volvia a oir aquello de <<¡una limosna,uns limosna para el ciego!>>
-Durante un tiempo,el castillo de Viena habia sido la morads del padre Xavier. Cuando atraveso el puentr levadizo y la puerta principal vigilada pero no asegurads y entro en el primer patio del castillo de Hradschin, los guardias lo observaron con escaso interes y entonces supo que el emperador Rodolfo se sentia como en casa en ese lugar. En Viena,el emperador en aquel entonces solo era el archiduque de Austria no habia dejado de lamentarse de la estructurs irregular y asimetrica del centro del poder imperial: el estrecho castillo, el patio con soportales completamente separado del castillo al que acabo destinado a albergar las caballerizas. Incluso empezo a aborrecer su propio intento de hacerse construir un edificio adecuado a su persona al este del viejo castillo en cuanto vio la extraña planta en forma de trapecio. Tres edificios repartidos en una inmensa llanura entre chozas,cuadras y casa destinadas a la servidumbre y sin ninguna muralla protectors,construidos en la planicie vienesa con las manifiesta intencion de alcanzar una solucion intermedia siguiendo el dictado del pragmatismo estetico. Y alli en Praga ocurria exactamente lo contrario: un castillo cerrado,apartado de la ciudad circundante por profundod terraplenes naturales,al oeste por un foso artificial y sl este protegido por la escarpada ladera de una montala. El Hradschin se extendia de oeste a este por encima del lomo de la gran rocs,como la corona de espuma de una ola petrea formada por sillares,tejados,almenas y torres eternamente asomados a la ciudad de Praga y,junto con las sombras proyectadas por la ola a lo largo del dia,la enfermedad de su habitante imperisl y la corrupcion de su corte tambien se derramaban en la ciudad
Estar al corriente de ello no impedia que uno de impresionara,que al pasar del segundo al tercer patio del castillo reconociers que la inmensa catedral de San Vito solo era una ruina,un edificio iniciado por muchod hombres geniales y que ninguno de ellos acabo,y tampoco impedis inclinar la cabeza hacia atras y maravillarse;uno podia cerrar los ojos y percibir los monumentos preñados de grandeza arquitectonics y seguridad en si mismos sin dejar de sentirse pequeño y al mismo tiempo protegido. Aquello que tuvo el poder para mandar construir semejantes edificios tambien debio de haber tenido el poder de adelantarse s la cristiandad e impulsar al observador hacia la beatitud
El padre Xavier,que tenia idea bastante orecids del poder del imperio y de las intenciones del actual emperador, no sintio nada parecido. Deambulo hasts la entrada del palacio real,expreso sororesa cuando los guardias lo detuvieron,recito la cantinela acerca de los doctores Maier y Ruland,y aquellos,tras un minimo titubeo,le franquearon la entrads. La mania del emperador de convertir el Hradschin en una fortaleza cerrada s cal y canto tambien era el mismo tiempo su punto debil.
Si se consideraba que la esperanzs de no lograr nada durante el primer dia no suponia un plan concreto,entonces el dominico habia acudido al castillo sin un plan concreto. Incluso en el interior de un inmenso edificio como el Hradschin, las lenguas sueltas no solian susurrarle secretos al primero que encontraban;tambien entre los miles de almas serviciales que pululaban por las salad,primero habia que encontrar a aquellas a quienes dirigir las preguntas correctss y aparentemente inocentes. Puede que includo emprendiera la busqueda de los dos hombres que utilizo como coartada y entablara una discucion con ellos. Tras un par de dias,los guardias lo reconocerian y lo dejarian pasaf sin hacerle preguntas; tras un par de dias mas,ya habrian olvidado su cara y si se topaban con el en un archivo o una bibliotecs,su presencia no les parecia ilegal y no se les ocurriria que se encontraban frente a un espia dedicado a su tarea.
El padre Xavier bajo por una estrecha escalers de caracol que conducia a la muralla del castillo y que segun su experiencia era lo bastante oscurs como para llevarlo hasta las dependencias del servicio. Los criados circulaban por todas partes y ersn los mas faciles de dejarse imoresionar por el havito del dominico; buscaria a sus primeros aliados entre ellos y,al igual en Viena,trataria de informarse de los pecados no confesadod del emperador. Cuando era archiduque,Rodolfo habia demostrado una aficion por la carne no conforme a su rango: todas las criadas,tanto las jovenes como las viejas,corrian peligro. El padre Xavier se permitio una sonrisa despectivs en medio de la oscuridad y ls soledad de la larga escalera de faracol,y aun sonreia cuando choco contrs un hombre muy gordo a la altura de la pequeña ventana en forma de tronera
Tras el choque,el dominico se vio wnvuelto en un olor s sudor,pescado y carne asada,y percivio el roce viscoso y pringoso de la seda y el brocado. Se detuvo y el gorso retrocedio un paso,permitiendo que el padre recuperara el aliento.
El hombre era el hermano mellizo de Leviaan:mas alto que el padre Xavier, rechoncho y fofo,una bola de grasa de mejillas rojas como manzanas y un cuerpo en forma de barrics. El esfuerzo y la sorpresa hicieron que mantuviers la boca abierta y revelara unos dientes que el monje dominico que poseia una dentadurs perfects hubiers preferido no ver. Por encima de esa boxs pendia la punts carnosa de una gran nariz ganchuda que se acercaba al labio inferior,humedo en medio de la barba ruvia y hendido por un profundo hoyuelo. Si no se huviers visto sorprendido por el inesperado encontronazo puede que los ojos del indibiduo hubiesen permanecido ocultos en medio de pliegues grasientos,pero estaban muy abiertos. En ese rostro poco agraciado,el inmaculado azul de loa ojos enmarcados poe largas pestañas,perfectsmente iluminados por la luz que penetraba a traves de la ventana,eran lo unico bello. Parpadearon como los de los herejes cuyos brazos dislocados colgaban a sus lados mientras gemian y abjuraban del protestantismo y sus herejias pero su mirads los traicionaba. El padte Xavier clavo la vista en esos ojos y, con la conmocion que a ambos les produjo el cruce de miradas,reconocio la culpa permanente,el miedo perpetuo y la mala conciencia. Los ojos eran los mismos que recordaba el padre Xavier, pero el rostro se habia convertido en una desfigurada mueca del desenfreno mas absoluto. El alquimista habia llevado a cabo la transmutacion en su propio cuerpo y,como siempre, la mierda habia aumentado y el oro no habia aparecido....
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la biblia del diablo
HorrorLa enigmatica historia de la iglesia catolica en sus años Basada en el libro del enigmatico autor Richard Dubell ningunos de los personajes son mios son basados en el derecho del autor Todo es ciencia ficcion nada realidad