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Ahora.

Me siento sobre la cama y Niall da un paso más cerca para ponerse de cuclillas frente a mí.  

—Ni siquiera quiero que vayas a la cárcel, pero no sé qué otra cosa hacer, no es como si pudieras tener una vida normal, escondido por siempre. 

—No voy a ir a la cárcel —murmura.  

—¿Qué? 

—No voy a ir, yo... 

—¿Vas a irte de nuevo? ¿Es eso? ¿Vas a volver a desaparecer y pasearte por todo el mundo mientras todos aquí siguen buscándote? —No quiero que se vaya de nuevo, no puede hacer esto. Fue suficiente con dejarme la primera vez, ¿pero esperar a que lo haya superado para reaparecer y luego volver a marcharse?—. ¡Qué es esto, Niall! ¡Qué estás haciendo! 

Bota el aire de sus pulmones y mira al suelo, luego vuelve a mirarme afligido, pero no dice nada, probablemente ni siquiera sabe qué decirme. Se pone de pie y yo lo sigo.  

—¡Qué estás haciendo conmigo, Niall! —grito y lo empujo—. ¡Sal de aquí, sal de mi maldita vida! ¡Te odio, joder! 

Atrapa mis muñecas sin dejarme empujarlo otra vez. Y aún no dice nada. Lo odio, lo odio, no puedo creer que sea capaz de hacerme todo esto.  

—¡Suéltame! ¡Eres lo peor que me pasó en la vida! ¡Deja de hacerme esto! 

Vuelvo a mirar directamente a sus ojos, ya transparentes por las lágrimas. Si se va no voy a poder mejorarme otra vez, no puedo vivir así, con él yendo y viniendo y desordenando mi vida una y otra vez. Bastó con la primera, ¿Cómo puede esperar que una persona resista tanto? ¿Cómo puede dañarme de esta manera sin siquiera importarle? 

—No quiero que te vayas —Sollozo—. No puedes irte otra vez. 

—No voy a irme. 

—¿No vas a irte? 

—No, no voy a irme, no puedo volver a estar sin ti, Vinka. 

Al fin me suelta y yo me lanzo a su pecho sin cambiar la posición de mis brazos. Él me rodea con mucha fuerza mientras lloro sin poder controlarme. —¿Qué vamos a hacer? 

—No sé —dice en mi pelo—. No sé, pero no puedo dejarte. 

—Tienes que ir a la cárcel, Niall. No puedes estar escondido. Y yo no puedo ser tu cómplice. 

No puedo ser cómplice de la persona que destruyó mi vida y la de dos familias, además de la mía. Eso no es sano para nadie, ni siquiera es lógico. 

Antes

No me toma demasiado tiempo analizar lo que está diciéndome. No soy capaz de pensarlo demasiado, entonces sonrío tímida y asiento con la cabeza. Theo deposita un beso corto en mi boca y luego en mi nariz.  

—Vamos. —Toma mi mano y nos dirige escaleras arriba, hasta el tercer piso. Hay tres puertas ahí, supongo que alguna de ellas es la habitación en que nosotros dormiremos, si es que llegamos a dormir, porque pareciera que la fiesta no va a acabar hasta muy tarde.  

Theo abre la última puerta del corredor y se voltea a sonreírme antes de entrar. No enciende la luz, pero la cortina está abierta y la ventana es lo suficientemente amplia como para que entre mucha luz desde los focos de la calle, incluso estando en el tercer piso. Hay sólo una cama para una persona, pero no espero que eso sea un problema. Dejo mi bolsa sobre la cama y me siento. Suspiro. 

Yo invito (fanfic n.h)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora