Ahora.
—¿Crees que no lo estoy? —pregunta, por primera vez sube un poco el volumen de su voz—. Vinka, me pasé todo un mes perdiendo la cabeza cada día, tratando de tomar la decisión de volver. Me armé de valor para venir aquí.
—¿Y crees que con eso es suficiente? —disparo—. No basta con que tengas coraje, ¡deberías ir a la cárcel! ¿A que no tienes el valor de entregarte, verdad?
Frunce los labios y me mira serio, pero no dice nada.
—Por supuesto —digo. Me dejo caer sobre el sillón y cubro mi cara con mis manos. El repentino silencio me aprisiona, y muerdo mis labios, preparándome para comenzar a llorar. Estoy temblando, no puedo controlarlo. Y lloro en silencio, mientras Niall permanece de pie, callado, junto al comedor. Sólo lo oigo suspirar una vez.
Mi teléfono comienza a sonar de súbito sobre la mesa, haciéndome dar un bote. Me obligo a dejar de llorar y me levanto a recogerlo. Es Tom.
Carraspeo con la garganta antes de contestar para sonar tan normal como me sea posible.
—Hola Tom.
—¿Estás en casa, hermanita?
Okay. Si digo que lo estoy, probablemente venga, porque seguro olvidó sus llaves, como siempre. Pero tal vez está preguntándolo para traer a sus amigos si es que digo que no estoy aquí, y para pasar el rato con ellos sin molestarme.
—Sí —digo al fin. Que sea lo que sea.
—Genial. Olvidé mis llaves otra vez, sólo quería asegurarme de que estuvieras para abrir la puerta.
Maravilloso. Jodidamente maravilloso.
—¿En cuánto? —pregunto, tratando de sonar casual y no como si realmente me importara. No se supone que venga a casa aún, debería salir como en una hora de su trabajo.
—No lo sé, como cinco minutos, ya estoy cerca. Y estoy conduciendo, así que voy a cortar ahora, nos vemos.
Mierda. Cinco minutos.
—Tienes que salir de aquí —le digo a Niall—. Tom ya viene. —Paso por su lado y abro la puerta principal.
—No hemos terminado de hablar —él dice. Me pregunto qué clase de conversación espera tener conmigo si no hemos hecho más que discutir.
—¡No puede ser ahora! —Estoy estresada, necesito que se vaya ahora mismo—. Vamos, Niall, tienes que irte.
Camino al ascensor, a sólo unos metros de la puerta y presiono el botón para llamarlo.
—Pero, cuándo hablaremos.
—No lo sé, me gustaría que nunca. —Ruedo mis ojos—. ¡Vamos! Tom va a llegar, es en serio.
Me mira con una mezcla de súplica, molestia y demanda en el semblante.
—¡Bien, otro día! No lo sé, cuando esté sola.
—¡Cómo voy a saberlo, Vinka!
—¿No tienes un teléfono? —le pregunto como la cosa más obvia en el mundo.
—¡Por supuesto que no tengo un teléfono! He estado fuera del país y no puedo tener nada bajo mi nombre.
—Pues consigue un teléfono público —espeto. Corro a mi habitación por mi libreta y anoto mi número telefónico tan rápido y tembloroso, que mi letra parece cualquier cosa, menos Futura. Arranco la hoja y se la doy—. Aquí tienes.
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Yo invito (fanfic n.h)
FanfictionDespués de la enorme tragedia que sacudió la feliz vida de Vinka Stambuk, fue muy difícil para ella seguir viviendo como una adolescente corriente, sin embargo, lo logró. A dos años del accidente automovilístico que causó su novio, ella puede consid...