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Ahora

La primera reacción de Niall al verme en el parque es ponerse de pie y observarme con expectación. Imaginé que podría estar aquí cuando viniera, pero no creí que estaría sentado, literalmente esperando al momento en que yo apareciera. ¿Ha hecho esto durante cuatro días seguidos?  

Me detengo a poco menos de un metro de él.  

—Hola —digo. Meto mis manos en los bolsillos de mi sudadera y miro mis pies.  

—Hola. 

—Podríamos... Ir a mi apartamento. Tal vez. 

—Sí —dice, asintiendo enérgicamente con la cabeza.  

Asiento lentamente y comienzo a caminar, aún mirando hacia abajo. Niall camina a mi lado en silencio hasta que entramos en el edificio. 

—Este lugar es muy lindo —dice.  

—Sí, nos mudamos aquí hace algunos días. 

—¿Se mudaron? 

—Tom y yo —aclaro.  

—Me alegro mucho por ustedes —dice, sonriendo genuinamente.  

Aunque estemos teniendo esta conversación casual y calmada, sigue sintiéndose incómodo, como cuando apenas conoces a alguien y buscas temas de los cuales hablar. Pero con Niall es un poco distinto, porque mi estómago sigue todo revuelto y mi corazón acelerado.  

Aunque seguramente no cualquier persona lo reconocería al verlo, estoy demasiado asustada de que alguien tome el ascensor antes de que lleguemos a nuestro destino y vea que es él y llame a la policía o algo. Han pasado dos años y las personas que no conocen a Niall podrían haber olvidado esta gran noticia del chico que escapó, pero quién sabe.  

Al fin llegamos al piso 25 y me apresuro a abrir la puerta y meternos dentro. 

—¿Quieres beber algo? —le pregunto, poniéndome en las puntas de mis pies para alcanzar el mueble sobre el mostrador de la cocina y sacar vasos.  

—No, gracias —dice, mirándome de pies a cabeza por un segundo.  

Tomo sólo un vaso para mí y lo lleno de agua.  

—Estás delgada —dice—. Digo, en el buen sentido. 

—Gracias, hago mucho deporte ahora. 

—Sí, se nota. 

Necesito encontrar una manera de cambiar de tema antes de comenzar a sonrojarme. Ni siquiera sé si está dándome un cumplido, pero me siento intimidada porque él esté hablando sobre los cambios de mi cuerpo desde que dejamos de vernos. 

—Entonces —comienzo—, ¿dónde has estado? 

No quiero sonar como si estuviera presionándolo, pero tenemos que partir por algún punto. 

—No lo sé —dice, apoyándose con un hombro en el marco de la puerta—, he estado en muchos lugares en realidad, y no tengo claros cuáles fueron con exactitud. Estuve perdido la mayor parte del tiempo. 

—¿Fuera de Irlanda? 

—Sí, por supuesto —dice despacio y frunce el ceño, como si la sola idea de estar dentro del país le provocara náuseas.  

—Interesante —digo antes de tomar un sorbo de agua—. Ven, vamos a la sala. 

Niall se hace a un lado para que yo pueda salir de la cocina y me sigue hasta la sala. Tomo asiento en uno de los sillones y él en el otro, justo frente a mí. Ha tomado una buena decisión, desde que no quiero estar demasiado cerca de él si ésta conversación nos lleva a discutir o a un enfrentamiento verbal.  

Yo invito (fanfic n.h)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora