Ahora.
—Hace mucho tiempo que no hablábamos de esto —Sam dice después de que le he explicado resumidamente mi conversación con Maura esta mañana—. Sin embargo te ves mejor —sonríe.
También sonrío y bajo la mirada a mi plato de espaguetis improvisados. Ambas estamos sentadas en el pequeño comedor que Tom y yo compramos sólo un día antes de la mudanza.
—Oye V —habla de nuevo después de una pausa. No dice nada hasta que vuelvo a mirarla—. Tú... ¿tú crees siga vivo?
Me congelo por un momento. A lo largo de los dos últimos años me he hecho esta pregunta como un millón de veces, o más, pero la respuesta siempre cambia. Porque la verdad es que no lo sé, y nunca podré estar segura de una de las dos cosas hasta que encuentren a Niall, o hasta que hallen su cuerpo tirado en algún lugar, y la sola idea de cualquiera de las dos opciones sucediendo me da escalofríos.
—No lo sé, Sam. Pero para ser honesta no quiero descubrirlo.
Sam suspira y comienza a arrastrar los últimos fideos de su plato hasta la orilla, entonces comienza a hablar sobre la fiesta, pero dejo de prestar atención cuando me doy cuenta de que mi plato sigue lleno hasta la mitad, mientras ella está a punto de terminar.
—¿No crees? —pregunta al terminar.
—Sí —digo.
—Qué mentirosa eres, no me estabas escuchando.
—No, lo siento —digo riéndome.
—Sigo esperando aquel día en que dejes de tener déficit atencional. No te imaginas lo difícil que es tratar contigo a veces —dice, más por el afán de fastidiarme, que en serio. Aunque estoy consciente de lo realmente difícil que es tratar conmigo a veces, tiene razón. Hasta yo misma siento ganas de abofetearme cuando olvido las cosas importantes que necesito recordar.
—¿Ya tienes tu atuendo para esta noche? Por favor di que sí —literalmente ruega, con puchero y ojos de aflicción incluidos.
Ahí está. Mi falta de concentración otra vez.
—Lo siento —digo mordiéndome el labio—. Lo olvidé. Pero en mi defensa, encontrarme con Maura me distrajo de muchas cosas hoy.
—¿Oh, sí? —me desafía—. A que no tomaste tu pastilla de la concentración.
Tal vez haya olvidado eso también. Oh, Dios, necesito detenerme y reorganizar mi vida completa ahora mismo.
—Juro que voy a tomarla y a elegir mi atuendo en cuanto terminemos de comer.
—Sí, eso espero —dice y eleva sus cejas, pero a continuación suspira y pareciera que todo su desplante se desvanece en menos de un segundo—. Lo siento, no quiero ser odiosa, ni sonar como una menopáusica, es sólo que estoy algo nerviosa por hoy.
—¿Zayn? —trato de adivinar.
—No, Zayn irá con una cita finalmente.
—Oh.
—Vamos, V, ¿tengo que seguir insistiendo en que sólo somos amigos ahora? No me afecta que salga con otras chicas.
—¿Qué es, entonces? ¿Por qué tan nerviosa?
—No lo sé —dice. Se limpia las comisuras de lo labios con su servilleta y prosigue—. Tengo una sensación extraña. No es que algo malo vaya a suceder, es sólo... Oh, no lo sé. Estoy nerviosa, eso es todo.
Sam es un poco loca y liberal a veces, incluso pareciera que absolutamente nada de lo que sucede a su al rededor podría alterar su día a día, pero cuando tiene estas «sensaciones» habla en serio. Es esa clase de persona intuitiva que siente energías y casi puede predecir el futuro. Si Sam dice que algo extraño podría suceder, es porque así es.
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Yo invito (fanfic n.h)
أدب الهواةDespués de la enorme tragedia que sacudió la feliz vida de Vinka Stambuk, fue muy difícil para ella seguir viviendo como una adolescente corriente, sin embargo, lo logró. A dos años del accidente automovilístico que causó su novio, ella puede consid...