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Antes.

—Hey —repito y sonrío cuando me acerco a su mesa—. Te dignaste a volver. 

—¿Por qué lo dices? 

—Porque no estuviste por aquí las últimas dos semanas. —Creí que era obvio. 

—Te estaba dando un descanso —bromea. 

—Sí, claro. —Me río—. ¿Vas a ordenar algo? 

—¿Pastel de chocolate? —Sonríe como un niño—. Por favor. 

Son los anteojos. Nunca lo había visto llevando anteojos antes, eso es lo que lo hace lucir diferente hoy. 

—Vale. 

Me dispongo a caminar a las mesas desocupadas para limpiarlas, pero me detengo a dos pasos de Niall, cuando recuerdo lo de mi fiesta. Si no se lo digo ahora, después lo voy a olvidar. 

—Oye, Niall. 

—¿Sí? —Cuando lo miro ya parece estar inserto en sus estudios otra vez. Me pregunto si su cerebro no se funde de tanto estudiar cada día. 

—Eh, este viernes mi hermano y yo vamos a celebrar nuestro cumpleaños, y pensé que tal vez te gustaría ir. Louis va a estar ahí. 

Levanta la vista de su cuaderno para dármela a mí. 

—Claro, me encantaría. Solo espero que no te arrepientas a mitad de semana de haberme hecho la invitación. 

—Sí, también lo espero —digo riéndome y dándole una falsa mirada de insuficiencia. Sin embargo, cierta parte de mí no está bromeando cuando lo digo, porque realmente espero que no me fastidie tanto en los próximos días como para arrepentirme de haberlo invitado. Cuando mi turno termine me preocuparé de poner su nombre en mi lista. 

Comienzo a caminar, ahora sí, a las otras mesas, pero es Niall quien me detiene esta vez. 

—¿Vins? 

—¿Sí? 

—¿Ya estás cumpliendo tus 17, entonces? —pregunta con una sospecha en la cara. Mi pulso se acelera un poquito mientras comienzo a idear una respuesta con suma rapidez. 

—Ah, ¿por qué la pregunta? 

—Sólo creí que cumplías más adelante, desde que te faltan dos años aún para terminar el colegio. 

—Sí, eh... cumplodieciséis —suelto de una sola vez, esperando avergonzada su reacción. 

Su rostro se vuelve serio y sus ojos gigantes y muy, muy abiertos. 

—¿Tienes 15? 

Me muerdo la lengua y asiento con la cabeza. 

—Dijiste que tenías 16. 

—Porque estaba por cumplirlos. 

—¡Vins, no le mientes a las personas sobre tu edad! 

Si tan solo supiera que aquel día en que le dije que tenía 16 años estaba totalmente exasperada y harta de él, y que por nada del mundo iba a darle una razón extra para reírse de mí, y eso incluye mi edad. Entonces probablemente lo entendería. De hecho comprendería un montón de cosas si tuviera que soportar todo el tiempo a alguien como él mismo. 

Enarco una ceja, de pronto recuperando mi orgullosa personalidad habitual. 

—¿Estás preocupado porque, teniendo 18, saliste con una de 15? —pregunto divertida y desafiante. 

Yo invito (fanfic n.h)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora