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Antes.

—¿Disculpa? 

—Sal conmigo —repite tranquilo, pero reprimiendo una sonrisita burlesca—. Una cita. 

No puede estar hablando en serio. Lo miro boquiabierta esperando a que comience a reírse y a decir que sólo está bromeando, pero no lo hace. Definitivamente está disfrutando de mi reacción, sin embargo.  

—No estás hablando en serio, estás tratando de burlarte de m... 

—Estoy hablando absolutamente en serio. —Sonríe desafiante. 

Pongo los ojos en blanco y suspiro. Se necesita infinita paciencia para hablar con él, pero al menos el Niall enojado ya se ha ido. Y realmente espero no verlo otra vez porque es muy intimidante.  

—¿Entonces? —presiona. 

Suspiro derrotada. 

—¿Cuándo? 

Su sonrisa se expande al oírme, incluso cuando yo debo lucir algo fatigada. 

—Viernes —dice—. Deberías anotarlo en tu libreta, así no lo olvidas. 

Pongo los ojos en blanco y él eleva las cejas y las deja caer, entonces me dispongo a subir a mi bicicleta. 

—Nos vemos —digo y comienzo a andar fuera de su patio. 

—¡Hey, Vins! —Pongo un pie en la calle y lo miro. Estoy comenzando a perder la paciencia—. Linda bicicleta. 

¿Qué tan mal puedo estar de la cabeza para que esa frasecita corriente me produzca un cosquilleo en el estómago? 

—Gracias —digo, casi sólo para mi misma. 

Tengo que ir a mi casa y encerrarme en mi habitación para digerir todo lo que acaba de pasar y recuperar el aliento. 

  

Ahora. 

No, no, no. No es Niall. El no estuvo aquí, no podría.  

No estuvo aquí.  

Me paso las manos por la cara en un recorrido que termina en las raíces de mi cabello en un intento por despejar mi mente. Me apresuro a cerrar el libro atosigada y me dejo caer sobre la silla. Resoplo.  

No hay modo de que haya entrado al café, los chicos lo abrían visto. Más de una persona aquí lo conoció y sabe toda la historia. Es completamente imposible. Tal vez él siempre dijo la verdad con respecto a los mensajes.  

Me levanto de súbito e ignoro el malestar nauseabundo que camina conmigo hasta la cocina.  

—¿Chicos? —pregunto y sueno más exaltada de lo que me gustaría. Kate y Liam se voltean a verme de la forma más casual. 

—¿Sí? —Kate sonríe—, ¿vuelves a familiarizarte ya con el café? 

—S-sí.  

¿Cómo le preguntas a tus amigos si han visto por casualidad a tu ex novio prófugo de la ley paseándose por tu lugar de trabajo?  

—¿Qué es? —Liam pregunta. 

—¿Cómo? 

—Ibas a decir algo —dice mirándome con expresión confundida y divertida al mismo tiempo. 

—Oh, sí. Quería saber si Emma ha estado por aquí hoy —miento. 

—Sí, vino a abrir el local, dijo que estará en el local del centro durante la mañana y en la tarde estará por aquí. 

Yo invito (fanfic n.h)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora