Antes.
En línea.
«Escribe» —pienso—. «Vamos, escribe algo. Lo que sea. Aunque me odies.»
En línea.
Ult. vez: hoy a las 12:30.
—Maldita sea.
—¿Qué te pasa? —Tom me pregunta. Está acostado a mi izquierda, también boca arriba y sosteniendo su teléfono con los brazos medio estirados.
—Niall no va a hablarme nunca.
—¿No es obvio?
—Tal vez.
Lo veo teclear con suma rapidez y concentración. ¿Estará hablando con aquella chica de la cita del viernes pasado?
—Oye, ¿qué pasó con la chica de equipo de basquetbol?
—Voleibol.
—¿ Voleibol?
—Era un poco aburrida.
—¿No te odia por no haber salido con ella finalmente?
—No creo. Es amable. —Se encoge de hombros.
—Niall también es amable —digo—. A veces. Y aún así me odia ahora.
Me mira como si fuera una niña y estuviera preguntando banalidades sobre la creación del universo. Baja el teléfono y me mira con esa expresión de lograste que te de mi atención, ahora escúchame. Se acomoda de lado con un codo sobre la cama.
—No creo que te odie. Pero sea como sea, si no quiere hablarte es porque probablemente le hiciste pensar que habías cambiado de opinión con respecto a salir, cuando en realidad no lo hiciste.
—¿Sabes qué me enoja? Que no soy la primera persona que lo hace alguna vez. Los chicos siempre lo hacen y ni siquiera les importa dañar a la chica en cuestión. Simplemente lo pasan bien y, aunque ella crea que va en serio, jamás ofrecen ni tan siquiera una disculpa, de hecho la chica siempre es, como, la tonta que asumió cosas que en realidad no iban a suceder. Pero basta que yo lo haga y no sólo yo misma estoy acriminándome, sino también las personas a mi alrededor.
—Nadie está juzgándote.
—Pero están apoyando a Niall. Mis amigos.
—Déjame decirte por qué cuando un hombre besa y luego desaparece a nadie le importa y por qué cuando tú lo haces, eres la única culpable —dice. Espero a que ordene sus ideas, él se aclara la garganta y explica—: Bueno, además de que la sociedad está jodida y a todos les parece normal que un hombre esté con un millón de mujeres, pero no al revés, todo está en la actitud que tu tomas al respecto. Quizá si hubiese sido al contrario, si él te hubiera besado y ahora tú lo odiaras, nadie se daría cuenta por el simple hecho de que a él no le importaría. No te hubiese llamado para pedir disculpar ni se hubiera sentido culpable. Simplemente habría continuado con su vida.
«Niall no es así» —pienso.
—No digo que pueda ser Niall específicamente, me refiero al chico promedio —aclara—. Lo que quiero decir, es que una chica, tú, te sientes mal por romper las ilusiones de otra persona. Porque te importa. Tal vez no del modo en que tu le importas a él, pero de una u otra manera, Niall te importa ¿No es así?
Asiento con la cabeza.
—Como le das importancia al asunto, las personas saben lo que hiciste, y al verte ser dura contigo misma, ellos van a criticarte también porque saben que cometiste un error. Pero si no te importara y lo hubieras ignorado, si no hubieras vuelto a mencionar el tema, a nadie le habría importado tampoco, además de a él mismo. Y por eso es que cuando nosotros besamos a alguien y luego no comenzamos a salir con la chica nadie nos critica. Porque nosotros no le damos importancia, y por lo tanto, no pareciera que cometimos un error. Todo se trata de la seguridad de las personas y esas cosas.
ESTÁS LEYENDO
Yo invito (fanfic n.h)
FanfictionDespués de la enorme tragedia que sacudió la feliz vida de Vinka Stambuk, fue muy difícil para ella seguir viviendo como una adolescente corriente, sin embargo, lo logró. A dos años del accidente automovilístico que causó su novio, ella puede consid...