Yo invito (fanfic n.h)

16

Ahora. 

Comienzo a pensar en una forma de distraer a Tom de mi conversación telefónica en caso de ser Niall quien llama. ¿Qué tipo de cosas dicen las personas cuando fingen hablar por teléfono? Dios, ni siquiera puedo pensar bien, no hago más que ver mis dedos torpes y temblorosos mientras trato de sacar mi celular del bolsillo. Qué alivio. 

Es Sam. Oh, joder, es Sam. Es sólo Sam.  

—Hola Sam. 

—¡Heey! Sólo llamo para decirte que en un rato estaré en tu apartamento —dice fuerte, por sobre el ruido que hay en el fondo.  

—¿Dónde estás? No estás ebria, ¿verdad? 

—¿Qué? ¿Por qué infiernos lo estaría?  

—No lo sé —admito. Sam siempre habla muy fuerte y es muy inquieta, por lo que jamás puedes estar seguro de si está ebria o no, a menos que comience a pronunciar realmente mal, pero entonces significa que ya ha pasado el límite—. ¿Dónde estás? —pregunto otra vez. 

—Sólo pasé a comprar unas cosas. 

—Hay mucho ruido ahí —me quejo. 

—Sí, hay un montón de gente aquí, es asqueroso. Oh, gracias. 

—¿Qué? 

—No hablo contigo, hablo con el chico de la caja. Oye, ya voy a tu apartamento, espérame como en diez minutos. O veinte, o treinta, no lo sé. 

Suspiro después de cortar y lanzo el teléfono sobre el sillón. Cierro los ojos y echo mi cabeza un poco hacia atrás. Cuando los abro, comprendo que Tom espera que diga algo respecto a nuestra discusión.  

—Sam vendrá —cambio el tema. 

—Eso es bueno, su compañía te hará bien. 

Esbozo una sonrisa fantasma, rasco mis ojos con el dorso de mi mano. Me siento muy cansada, y ni siquiera sé de qué.  

—Lo siento, V —suelta afligido. 

—No, está bien. Yo reaccioné mal, estoy un poco nerviosa últimamente. Seguro es porque pronto volveré a clases —miento. 

Mi hermano sonríe en un suspiro y me abraza por un segundo, luego besa mi pelo. Y antes de ir a su habitación, dice, 

—Te quiero, Vinka. 

Cuando lo escucho cerrar la puerta suelto todo el aire de mis pulmones, se siente como si hubiese estado muchísimo tiempo aguantando la respiración. Niall Jodido Horan. Me está volviendo loca otra vez. 

Veinte minutos más tarde, Sam toca la puerta con un ritmo muy particular. 

—Hola, mi amiga —dice fuerte y con una enorme sonrisa—. Traje Mc Donald's para ambas. 

Me hago a un lado para dejarla entrar y ella va directo a la cocina. Deja dos bolsas de papel con la enorme «M» sobre el mesón y suspira. 

—Estuve como media hora formada en la línea para comprar. ¿La gente no tiene nada más que hacer que ir a comer comida basura a Mc Donald's? 

—Son vacaciones, Sam, las personas hacen eso —digo medio riéndome—. Como sea, ¿Estamos celebrando algo? 

—Exacto. 

Comienza a abrir y cerrar todas las puertas del mostrador hasta hallar el lugar de los vasos. Saca dos y toma un jarrón de jugo que seguramente Tom preparó hoy, entonces lo vierte equitativamente en ambos. Me da uno y lo choca con el suyo.