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Antes.

Theo vuelve a llamarme el jueves por la noche. No sé qué es lo que pretende haciendo esto, pero ya estoy harta. Estoy harta de él y de sus amigos y de sus bromas y de la forma en que vuelve a aparecer una y otra vez cuando creo que por fin comienzo a superarlo. Es como un cuento de nunca acabar. 

Peleo un buen rato contra la parte de mí que está muriendo por contestar el teléfono mientras su nombre figura insistente en la pantalla. Realmente necesito terminar con este círculo vicioso, cerrar el ciclo y dar por acabada la era de Theo. Incluso si él insiste en hacer mi vida imposible. 

Después de la cuarta llamada consecutiva recibo un mensaje de texto. Bueno, no pensé que llegaría a esto, como si de verdad le quedara algo por decirme. Mi pulso se acelera un poco antes de decidirme a leer lo que sea que tiene para mí. Estoy asustada, porque cada día parece meterse en un nuevo aspecto de mi vida, y su acoso ya no es sólo en el colegio, no bastó con ir a mi trabajo, ahora también es vía mensaje de texto. Durante todos estos días en los que ni siquiera se me acercó después de llamarme el viernes, tenía la esperanza de que finalmente se hubiera detenido. 

Me levanto rápido para cerrar la puerta de mi habitación y vuelvo a lanzarme de estómago sobre mi cama. Mis manos torpes abren el mensaje. 

«Por favor contesta el teléfono, Vinka. Necesito hablarte. Por favor» 

Cabe destacar que en este punto ya siento los latidos de mi corazón en los oídos. Cierro los ojos y suspiro. Golpeo mi frente despacio con el mismo celular, tengo que pensar con cuidado. No puedo controlar el temblor en mis manos, ni lo rápido que bombeo la sangre, ni lo pesado que se siente incluso respirar profundo. Estas son las cosas que Theo me provoca. 

Mierda, no sé qué hacer. Esta podría ser la última oportunidad que tenga para volver con él, o al menos arreglar las cosas entre nosotros. Tal vez funcione. 

Presiono el botón verde en la pantalla, totalmente consciente de que Sam va a matarme cuando le cuente todo esto mañana. Siempre ha odiado a Theo, pero desde que terminamos no sólo lo odia, ahora prácticamente le desea cosas malas cada vez que puede. 

Sólo suena una vez el silbido de espera. 

—Vinka. —Siento un escalofrío recorriéndome con sólo oír su voz al otro lado de la línea.  

—¿Estás bien? 

—No —dice—. O sea, sí. Pero necesitaba hablarte. Lo siento, Vinka. Lo siento por todo. 

¿En serio? 

Cierro mis ojos con fuerza y me muerdo los labios. Mi mano presionando muy fuerte el aparato contra mi oreja.  

—Te amo. —Y con eso es suficiente para hacerme olvidar cómo respirar y cómo hablar en mi propio idioma. No puedo creer que en realidad esté diciéndome esto—. ¿Estás ahí? 

—Sí —digo—. Lo siento. Estoy aquí. Sí. 

—Dime algo antes de que vaya a lanzarme por la ventana —medio se ríe.  

No sé si debería sentirme feliz o frustrada con esto. Dejó de hostigarme y comportarse como un niño de 10 años, me está pidiendo disculpas y diciendo que me ama, pero es muy difícil lidiar con sus cambios constantemente. Siento que la carga de odio hacia mí sería aún muchísimo peor si el vuelve a enojarse y romper conmigo. 

—¿Por qué haces esto, Theo? —pregunto despacio y mis ojos pican al aguarse un poco. No quiero llorar, estoy aburrida de llorar por él y por las cosas que dice y hace. Esto es tan frustrante y confuso. 

Yo invito (fanfic n.h)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora