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Ahora

Un golpe tímido pero insistente rompe el silencio del apartamento, y tardo un poco en volver a la realidad y comprender qué es lo que está sonando así. Mis ojos se abren pero siguen flojos y mis párpados pesan. Se siente como si fueran las 3 de la mañana, cuando no deben ser más de las 12. La luz de mi habitación aún está encendida .  

Niall vuelve a insistir en la puerta, haciéndome reaccionar al fin. Está aquí.  

Me levanto de un impulso y camino a paso apresurado hasta la sala. Levantarme tan rápido me dejó un poco mareada, pero lo ignoro mientras me pongo en las puntas de mis pies para mirar por el ojo de la puerta. Sí es Niall. Cuando abro él se asusta un poco, pero aún sonríe.  

—Hey —dice. Me hago a un lado para que pueda entrar y cierro la puerta detrás de él—. ¿Estabas durmiendo? Lo siento, vengo desde lejos, esperaba tardar men.. 

Se detiene cuando mi cuerpo obedece al estímulo de abrazarlo. 

—...Eh, menos —termina la oración. 

No sé qué estoy haciendo, honestamente, pero me siento malditamente culpable y apaciguada a la vez mientras rodeo su cuerpo con mis brazos y aterrizo mi cabeza sobre su pecho. Cierro los ojos y suspiro. Y extraño el olor de su perfume, que ha sido reemplazado por nada. 

Es increíble la velocidad con que su corazón empieza a latir, sin embargo lo que me sorprende en realidad no es la velocidad en sí, sino el sólo hecho de que se acelere siquiera un poco por mí teniendo algo de contacto físico con él. Desde que volvió no había tocado ni tan siquiera un centímetro de él, y aquí estoy ahora. Abrazándolo por mi cuenta. Tomando la iniciativa de algo que no debería estar haciendo. 

—¿Estás bien? —titubea un poco, yo asiento con la cabeza aún sin separarme de él, y recién entonces siento sus brazos posarse vacilantes al rededor de mí. En serio. No sé qué estoy haciendo. 

—Yo, eh, ¿Quieres algo? ¿Agua, té? —me apresuro a dar un paso atrás y mirar al suelo. Cuando vuelvo a mirarlo tiene esta pequeña sonrisa en sus labios cerrados, y los presiona entre sí para disimularla.  

—Tal vez té. Gracias. 

Caigo en la cuenta de lo dormida que sigo cuando me quedo de pie más tiempo del que debería antes de dirigirme a la cocina. Niall me sigue riéndose por lo bajo.  

—¿Tanto tardé en llegar? —pregunta risueño. 

—Sinceramente, ni siquiera sé qué hora es —admito, medio riéndome también.  

Después de llenar de agua el hervidor y encenderlo en su base, doy un saltito para sentarme sobre el mesón, me rasco los ojos con los dorsos de mis manos y luego me deshago del pelo que me cubre la cara. Mi ex novio mirándome en silencio. Suspiro volviendo a mirarlo y sus ojos celestes me sostienen en el aire, congelada por un momento. Pestañea una vez, muy concentrado en lo que sea que está pensando, el único sonido en la habitación es el del agua comenzando a burbujear y el de mi corazón bombeando en mis oídos. 

—Entonces... —digo, tratando de llegar al punto de su visita. 

—Entonces —dice en un suspiro—, tengo algunas preguntas. 

—También yo. 

Niall eleva un poco sus cejas y sonríe de medio lado. —Sí, me imagino. 

Esta conversación comienza a darme ansiedad porque no está fluyendo. Pero ahora mismo no sé si quiero que continúe. Intento imaginar la clase de preguntas que podría tener en mente, pero sólo consigo crear la imagen en mi cabeza de mí odiándolo y gritándole otra vez. ¿Qué se supone que haces cuando la persona a la que amabas arruina tu vida de este modo? 

Yo invito (fanfic n.h)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora