Ahora.
Una voz masculina atiende la llamada.
—¿Hola? —Tengo la sensación de conocerla, pero es tan común y la contestación tan corta, que no puedo llegar a descubrirlo. Tengo algo más importante que hacer ahora, por lo demás.
Me quedo congelada por un momento, incluso sostengo mi respiración a medio camino. No pensé en qué decir una vez que respondieran.
—¿Hola?
—Es Vinka —digo al fin. El silencio incómodo que se genera me desespera más por cada segundo que pasa—. Yo... —comienzo a hablar, pero el tono de la llamada finalizada me interrumpe—. Genial, gracias —comento con sarcasmo, entre lágrimas.
Golpeo la pantalla del teléfono con las uñas mientras intento pensar racionalmente. El problema es que ahora mismo ningún aspecto de mi vida es racional, no puedo pensar en ni uno sólo.
Vuelvo a llamar, aunque con bajas expectativas. El chico coge la llamada después del segundo tono, pero no dice nada.
—Sólo quiero que le digas que no iré con él. Por favor. —me apresuro a decirle y corto la llamada. Meto el celular en la guantera.
Suelto todo el aire de mis pulmones al apoyar la cabeza en el respaldo del asiento. ¿Ahora qué? ¿Voy a casa y Tom me bombardea con sus sugerencias ridículas para que mejore mi estado mental? ¿Voy con Sam a arruinar su felicidad por estar de vuelta con Zayn? Jamás. Ella me ha soportado por demasiado tiempo.
Enciendo el auto determinada, antes de comenzar a flaquear, como cada vez que tomo una maldita decisión, y conduzco sólo media cuadra hasta la casa de Maura.
Greg abriendo la puerta me pilla volando bajo. Esperaba ver a Maura, sin embargo él es lo suficientemente familiar también como para permitirme a mí misma el completo desmoronamiento apenas lo veo.
—Siento venir así, pero es que no sé a dónde más ir —le digo. Él sólo me abraza y avanza conmigo al interior de la casa para cerrar la puerta.
Han pasado muchos meses desde la última vez que lo vi. Probablemente un año ya, pero aún así me da esta sensación de apoyo y confianza. No puedo creer que estoy llorando, en cierta medida por Niall, en su propia casa. No es algo nuevo, de todos modos. La diferencia es que el accidente ya no es un suceso reciente, ya no debería tener una razón tan grande para venir aquí, patética y débil, a llorarle a mi ex cuñado.
—¿Quién es, Greg? —La voz de Maura viaja desde el pasillo—. Dios mío —dice de pronto. Supongo que acaba de verme. Entre los dos me guían hasta los sillones de la sala y me siento.
—No es nada nuevo —les advierto antes de que comiencen a estresarse pensando en quién sabe cuántas razones para que haya venido así, tan de la nada.
—Ve por un vaso de agua, hijo —dice Maura, con la voz serena que tanto la caracteriza.
Siento su peso junto a mí sobre el sillón y sus brazos no tardan en llegar a mí para rodearme y confortarme. Estoy tratando controlar los hipos del llanto tanto como puedo.
—¿Qué es, cariño?
—Todo —mascullo—. Absolutamente todo.
Suspira profundamente, logrando transmitirme el genuino pesar que le estoy causando. No creo que se haya referido a esto cuando dijo que viniera a visitarlos más seguido.
Antes.
Maldita sea. Mierda, no.
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Yo invito (fanfic n.h)
FanficDespués de la enorme tragedia que sacudió la feliz vida de Vinka Stambuk, fue muy difícil para ella seguir viviendo como una adolescente corriente, sin embargo, lo logró. A dos años del accidente automovilístico que causó su novio, ella puede consid...