Llegué hasta un club de aspecto tropical. Leila amaba ese sitio. Era su cumpleaños y no era ninguna sorpresa de que lo quisiera pasar allí, pues tenía ese aspecto de estar bajo los efectos de la marihuana. Las luces neón brillaban detrás del montón de plantas que había por todos lados, haciéndonos sentir como que estábamos en una jodida jungla. Estaba oscuro y apenas podía ver las siluetas de las personas. Nos hicimos sitio en unos cómodos sillones, ordenamos un par de botellas y me dejé consumir por la aburrición, sorprendiéndome a mí mismo al mirar hacia la entrada de manera obsesiva, esperando a que Sophía apareciera, contoneándose como el diablo mismo.
De algún modo, Leila de pronto estaba fascinada por ella, y no la culpaba. Esa mujer era tan capaz de colarse hasta en el último poro de la piel de cualquiera. Así que, también me tenía esperanzado con la posibilidad de verla esa noche. Pero, después de nuestro incómodo y desgraciado encuentro en ANCORA, esperaba que me evitara por el resto de su vida. Gran parte de mí lo deseaba. Estar sin ella era tan cómodo. Aunque, por otro lado, debía admitir que me moría de ganas por sentir todo ese subidón que ella provocaba en mi sistema. Cosa que únicamente lograba pasarme con Sophía. Me habían gustado otras chicas antes, pero ninguna me había afectado tanto como ella. Comenzando por ese tortuoso nerviosismo y el hormigueo en todo mi cuerpo, a causa de la necesidad por sentirlo todo malditamente de nuevo.
El mesero sirvió una ronda de tragos para todos y mientras nos repartíamos las bebidas, la silueta por la que tanto esperé hizo su entrada triunfal, junto con su contundente personalidad. La sutileza de las luces le besaban la piel, mismas que ella se encargó de absorber para abofetear mi pobre cerebro. Vestía completamente de negro: falda corta, ajustada y una blusa con un escote terriblemente sensual que me hizo resoplar de inmediato. Se acercó tan amarilla hasta la mesa, desafiándome con la mirada. Era intimidante y me fascinaba arriesgar los ojos enfrentándose a los de ella, disfrutando enteramente de todo el caos que desataba dentro de mí. De modo que, mi cuerpo se aferraba a no dejar de verla, como si ella supiera lo que provocaba, arrastrándome cual imán, o bien, como a un animalillo ciego; tan incapaz de hacer otra cosa que no fuera correr hacia la muerte.
(♪) Haciéndose lugar a un lado de Leila, Sophía se unió a la ronda de tragos. Platicó con las chicas por apenas un par de minutos, para después ponerse todas a bailar como desquiciadas, y ella... Meneándose tan deliciosamente que me mantuvo el cuerpo y la mente desbocada, bebiendo aquel polvo rojo que le besaba la piel entera; nadando de un lugar al otro como si el viento soplara suave dentro de ella. Aunado a esto, la música cosquilleó por toda mi piel hasta mis ojos, mismos quienes también se sumergieron tan sensibles, entre los colores fluorescentes de todo el recinto.
Estaba tan entretenido como un chiquillo, viendo como las luces color púrpura la pintaban, de manera que yo salivaba al sentir lo agridulce de su desquiciante figura. Se giraba al contonearse, permitiéndome recorrer por completo su espalda a la que apenas la cubría una tela delgada y translúcida, dejando a la vista su dorso con la luciérnaga dibujada tan tenue bajo la transparencia de la tela.
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LUCIÉRNAGA ROJA
Romance"𝐸𝑙 𝑝𝑜𝑑𝑒𝑟 𝑒𝑠𝑡𝑎́ 𝑒𝑛𝑡𝑟𝑒 𝑙𝑎𝑠 𝑠𝑜𝑚𝑏𝑟𝑎𝑠 𝑑𝑒 𝑡𝑢 𝑟𝑒𝑓𝑙𝑒𝑗𝑜". Inspirada en la mitología mesoamericana, la Serpiente Emplumada, después de haber estado rodeada de huesos antiguos como resultado de un genocidio oculto, como ca...