Imperium (5 Seconds of Summer) {EDITANDO}

Capítulo 12: Halloween (1a parte)

La puta alarma no dejaba de sonar, y lo peor de todo es que no se de donde venía.

Mis ojos permanecían cerrados y aún así sabía perfectamente que no estaba en mi blandita y reconfortante cama.

Giro un poco hacia la derecha para chocar con la nariz de alguien. Abro un poco los ojos, sobresaltada, y veo que solo es Calum. Él sigue dormido como si nada.

Oigo algún que otro gemido a causa del molesto "beep-beep-beep" continuo de la alarma.

Cierro los ojos de nuevo, esperando volver a dormirme a pesar del ruido, pero no funciona.

- Michael, para la alarma. - oigo a Jade decir lentamente, con una graciosa voz adormilada.

- No es mía. - contesta Michael desde el otro lado de la habitación, en el mismo tono.

- Pues que la pare alguien. - digo yo, con una molestia bastante notable.

Al oírme hablar, Calum me coge de la cintura y me pega a él. Estoy demasiado cansada como para alejarme. Dejo descansar mi cabeza en su blando pecho, que sube y baja con un ritmo tranquilo y pausado a pesar del ruido que no para de sonar.

Claramente nadie hace ningún esfuerzo para pararla y gruño entre dientes de frustración.

El orgullo y el sueño me impiden levantarme a parar la alarma, así que solamente me dedico a "dormir".

- Que alguien la pare, joder. - el señorito bipolar parece haber despertado, aunque con el pie izquierdo.

- Levántate y hazlo, idiota dependiente. - le suelto con frialdad y a la vez con un tono de burla.

Casi puedo ver a Luke mostrándome su dedo del medio, aunque no abro los ojos por si acaso.

- ¡¡¡ME DA IGUAL QUIEN LO HAGA PERO QUE LO HAGA YA!!! - grita Jesy, sobresaltándonos a todos.

Pero la puta alarma sigue sonando.

Ashton se levanta del suelo, levanta las manos con exasperación y casi se me escapa la risa por el ridículo gesto del chico.

Éste coge el reloj digital que está en la mesita de noche de Leigh. Lo aplasta con una mano, haciendo que la alarma deje de sonar.

Vuelve a dejar el reloj, ahora destrozado, en la mesita de noche de Leigh y se dirige de nuevo hacia donde dormía antes. Se tumba en el suelo con tranquilidad, junto a su cama y me pregunto vagamente por qué no duerme en su cama.

Yo lo haría si el cuerpo me respondiese.

Todos suspiramos aliviados por la falta de ruido y el silencio vuelve a la habitación.

Aunque no dura mucho.

La malnacida de la alarma sigue sonando, ésta vez con más estridencia a causa de los fallos en el circuito provocados por Ashton.

Oigo a Michael gritar de frustración y abro los ojos para ver como coge el destrozado reloj, se acerca a la ventana y lo tira con todas sus fuerzas.

A ver, su padre es el mismísimo Thor. Como mínimo debe de estar a unos tres kilómetros de aquí.

- Te quiero, Michael, pero me debes un reloj digital. - dice Leigh desde algún lugar recóndito del dormitorio.

- Perra, era tuyo. - observa Perrie.

- Que lista que es esta rubia. - comenta Jesy con sarcasmo.

- Aún que sea tonta, me seguís queriendo.

Sigo durmiendo después de oír eso y unas risas sumadas a unos murmullos me despiertan más tarde.

No sé cuanto tiempo más he estado durmiendo pero no lo suficiente para estar completamente descansada.

Me siento observada pero ignoro el sentimiento y me acurruco más contra Calum, quien supongo que también esta dormido.

Los murmullos incrementan y abro un ojo para ver qué pasa.

Veo, desde el suelo, un círculo de cabezas sobre Calum y yo que nos miran con sonrisas socarronas.

- ¿Qué hacéis? - pregunto, volviendo a cerrar el ojo.

- Admirar la bonita pareja que formáis. - me responde la voz de Leigh.

- Gracias. - dice Calum, riendo con suavidad y provocando que mi cabeza se mueva levemente.

- Bueno, no podemos estar admirándoos todo el día. Ciertas personas deben ir a una fiesta esta noche. - informa Michael.

- Y una de esas personas soy yo, y no voy a poder ir si no tengo pareja así que... - Ashton me agarra del tobillo y empieza a arrastrarme hacia no-se-dónde. Permanezco con los ojos cerrados y una sonrisa se me empieza a dibujar.

- ¿Ésta chica no duerme por las noches, o qué? - pregunta Perrie, refiriéndose a que aunque Ashton me esté arrastrando permanezco "dormida".

En ese momento abro los ojos sólo para mandarle una mirada cómplice a Lukey, quien me mira mientras se ríe por una broma que sólo entendemos nosotros dos.

Después de que Ashton me soltase en el medio del comedor, desayunamos todos juntos y, al acabar, las chicas me "secuestraron" (por así decirlo) también para llevarme al dormitorio.

Una vez allí cerraron con pestillo y no dejaron entrar a nadie, excepto a Ashton y Luke que necesitaban sus disfraces (pero los echaron de seguida), hasta la noche.

Nos peinamos, nos vestimos y nos maquillamos (yo he necesitado la ayuda de un "experto" en heridas falsas de la habitación de al lado). También he conseguido unas lentillas que te hacen los ojos completamente blancos. ¿De dónde las he sacado? El listo de Ashton me compró un par, pensando que yo no me acordaría.

¡Gracias Ashton, estés dónde estés, por tener plena confianza en mi (ejem sarcasmo) y por las lentillas!

Y por fin he averiguado saber de qué van disfrazadas las chicas. Redoble de tambores, por favor...

SÚPER HEROÍNAS.

Lo sé, mis mejores amigas son las personas más originales que han existido jamás en la faz de la Tierra.

Pero hay que reconocer que los disfraces son absolutamente geniales, coloridos y les sientan de muerte.

En cambio, yo, doy más miedo del que debería.

Me han hecho dos coletas en lo alto de la cabeza y me han maquillado demasiado bien para mi gusto. Ahora no puedo mirarme en un espejo sin asustarme al ver mi reflejo.

Mi vestido de animadora, rojo y negro, me llega hasta medio muslo y la falda del vestido está hecha tiras simulando que está rota. Llevo también unos calcetines blancos que me llegan justo por encima de la rodilla y unos tacones negros. Y por último, como no, sangre falsa por todas partes.

Ah, y los pompones.

Al acabar completamente, nos hacemos una foto con la tablet de Jade para inmortalizar el momento.

Salimos de la habitación y entramos en el ascensor. La musiquita del ascensor hace que nos pongamos a hacer un baile tonto todas juntas, moviendo la cabeza y las manos.

Las puertas del ascensor se abren y el contraste de la musiquita de éste con la música que hay puesta a toda mierda en el comedor hacen que mi corazón se salte un latido.

Tengo el presentimiento de que esta noche será recordada durante mucho tiempo.