Capítulo 31: ¡Sí, entrenador!

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El segundo trimestre de Imperium brinda la oportunidad de elegir dos extraescolares entre las cuales hay: teatro, fotografía, dibujo, música, matemáticas avanzadas, fútbol americano y la lista se alarga.

Hoy, mi hermano y yo, hemos ido a apuntarnos.

Cuando llegamos, las listas ya están casi llenas y me arrepiento de no haber venido antes. Por suerte aún quedan huecos allí donde yo me quiero apuntar.

Cojo un bolígrafo que he metido en mi bolsillo y apunto mi nombre en la lista de clase de música y entrenamiento de fútbol americano. Shawn se apunta a las mismas que yo.

A veces da miedo, que tengamos los mismos gustos.

- Te lo repito, Skylar. No me gusta que hagas fútbol americano. Puedes hacerte daño.

- Te lo repito, Shawn. No hago nada para que te guste, lo hago para que me guste a mí. Además, todos tenemos la misma probabilidad de hacernos daño y no por eso la gente se deja de apuntar.

- Lo sé. - lo oigo reír.

Pasa el brazo por encima de mis hombros y yo lo abrazo de la cintura mientras volvemos a la habitación. Por suerte tenemos los fines de semana libres porque, de no ser así, a penas tendría tiempo para nada que no fuera estudiar.

Caminamos hasta salir fuera del edificio de clases y nos dirigimos hacia el edificio de los dormitorios.

Pero en el camino nos cruzamos con Luke, que al parecer también va a apuntarse a las extraescolares.

Me mira y luego mira a Shawn, para volver a mirar hacia mí. Entrecierra los ojos cuando ve cómo estamos abrazados y creo que se ha cabreado.

¿Por qué? ¿Por abrazar a mi mellizo?

Este chico cada día está más raro.

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El casco y las hombreras me van grandes. Mucho.

Mike, Ash, Calum y Shawn se ríen de mí.

Ellos también se han apuntado a fútbol americano. Hoy, lunes, es el primer día.

Hoy nos harán una prueba para saber si somos jugadores de campo o reserva.

- Cerrad el pico o os comeréis un puñetazo. - les amenazo, al ver que no paran de reír.

Se quedan quietos, con las manos en la espalda y serios. Pero a Calum se le escapa la risa entre los labios y todos se echan a reír de nuevo.

Si no puedes contra el enemigo, únete a él.

También me río de mí. La verdad, soy como una niña pequeña que se ha puesto los zapatos de tacón de su madre: ridículamente adorable.

Voy hacia el entrenador, un hombre de unos cuarenta años y con una gorra del equipo, y le pido la talla más pequeña de protecciones.

Me las da encantado pero es obvio que no puede aguantarse el mirarme raro. Aún llevo el casco que me va grande y creo que no ha podido ver que soy una chica. Pero sí que me ha visto poco musculosa.

No como todos los chicos que hay ahora a mi alrededor sin camiseta y todos con cuerpos trabajados.

Bendito sea el universo. Sí, señor.

Me vuelvo a probar las protecciones dentro de un lavabo con el pestillo echado, para ocultar mi desnudez de los chicos, y ahora me sientan como un guante.

Casco, hombreras, riñonera, protector de costillas, mallas que me llegan hasta las rodillas, calcetines altos y la camiseta del equipo.

También unas bambas con tacos en la suela.

Imperium (5 Seconds of Summer) {EDITANDO}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora