Prologo

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Ya ha pasado tiempo, siendo sincero, no sé cómo empezar esto, bien tal vez sea buena idea presentarme. Mi nombre Esteban Radle, soy, aparentemente, un estudiante normal como muchos otros, es decir, en el exterior no hay exactamente especial en mí, mido uno setenta y siete, tengo el cabello de color negro; así como unos normales ojos marrones, aunque mi madre y el resto de mi familia digan que estos son especiales. La verdad no sé ni porque lo dicen, si les soy sincero, creo que mi familia está loca. Y, bueno, no tengo el cuerpo de un deportista, pero tampoco estoy gordo o algo por el estilo, como sea, soy un chico completamente normal, aparentemente claro.

Sin embargo, pese a todo lo que dije anteriormente, hay algo especial en mí que nadie sabe, algo especial en mi genética. Yo y unos cuatro jóvenes más somos especiales, no profundizaré mucho en esto, por ahora. Bueno, comenzaré contando lo que paso hace dos meses, o uno, no estoy seguro, y sinceramente ya me da igual.

Poco después de la batalla que se libró en Japón contra el líder del punto B del universo, bueno ese país quedo devastado. Cuando el punto B del universo entro en contacto con nuestra dimensión, hizo que del núcleo de la tierra se liberara radiación, la cual obviamente dejo inhabitables algunas ciudades de Japón. Obviamente, gran parte del Japón estaba destinado a desaparecer.

Después de ese trágico suceso, que, bueno, creo yo fue totalmente mi culpa, la jornada escolar comenzó. Debido a lo ocurrido, irónicamente nos adelantaron las calces, ¡¿Vamos es en serio?! Como sea a fin de cuentas, yo tuve la culpa de que el líder del punto B del universo entrara a nuestra dimensión, de haber actuado antes, tal vez Japón se habría salvado.

Los gobiernos del mundo evacuaron a cuanta gente pudieron. Muchos murieron, pero otros se salvaron, algunos huyeron a las ciudades del sur de Japón, las cuales aún eran habitables; muchos otros, y para no abarrotar las ciudades del sur, se dispersaron en distintas partes del mundo, para recomenzar sus vidas desde cero.

Pero bueno, heme aquí, camino a la escuela un lunes de enero, pensando en todo lo ocurrido. Como era de esperarse, algunos estudiantes japoneses han llegado, supongo que no puede ser tan malo, a fin de cuentas, siempre he querido ver a una auténtica colegiala japonesa, y no me juzguen por favor, todo el mundo ha querido eso, ¿Verdad?, por favor que alguien me diga que no soy el único raro aquí... como sea.

¡Ah! Como sea, el invierno aún no termina, y yo ya estoy asqueado de las fiestas navideñas, pero bueno, veamos que nos depara el futuro. Por favor no se vayan, esto recién comienza, traigan un muy buen abrigo, porque el frío de diciembre aún se encuentra presente en enero.

 Por favor no se vayan, esto recién comienza, traigan un muy buen abrigo, porque el frío de diciembre aún se encuentra presente en enero

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