Mi nombre es Estaban Radle, aparentemente soy un chico normal; sin embargo, hay algo diferente en mí, hay algo especial en mi genérica. Yo, junto con un grupo de chicos más, somos parte de una raza extinta conocida como, Los Silver Element.
Es algo...
Al día siguiente, nada extraño paso, solo trate de ponerme al corriente con las actividades que no entregué ayer, no me fue nada mal, pero bueno. ¡Ah! Al parecer Wasabi y William también se van el mismo día que Michel, vaya, no creí que este día llegaría. Pero bueno, al menos me siento bien, debido al hecho de que Sahionje está conmigo, como sea, no creo que nada malo pueda pasar.
Obviamente estaba equivocado, ya que el día miércoles, paso lo extraño. Makoto, me dijo en la escuela que me esperaba en su mansión a las siete de la tarde, ¿Por qué siempre me citan tan tarde? Como sea, supongo que debo ir. Al finalizar las clases, me dirigí a mi taller de dibujo, Michel ya se encontraba ahí, haciendo un hermoso dibujo; al verla ahí sentada, recode la primera vez que hable con ella... claro sé que solo fue un intercambio de palabras muy pequeño, pero, yo atesoro ese momento.
Primera vez que llegó temprano a clase de dibujo, y el profe no llega, como sea. Al final, aproveche el tiempo, y charle con Michel un rato, hasta que comenzó la clase. Claramente, tenía una extraña mezcla de felicidad y tristeza, es decir, Michel, se irá muy pronto, así como esos dos viajeros del tiempo; felicidad, porque se había terminado todo esto, y tristeza, porque ellos se iban a ir. Al llegar la tarde, me dirigí a la casa de Makoto, tal parece que no hay nadie, ni siquiera el jardinero se encuentra; entré a su cochera, un lugar enorme, donde al parecer guardaba bastantes autos, pero, ni siquiera estos estaban ahí, pero que raro.
— Vaya, si viniste, temía que no lo hicieras. — Makoto apareció de la nada, eso me dio un tremendo susto, solo que, sorprendentemente, esta vez no grité como niña.
— ¿Qué paso, porqué me citaste a esta hora?
— Dime una cosa, y se sinceró, ¿Lo conoces?
El saco a un chavo que quien sabe de dónde viene... es que en verdad no lo conozco, pero el sí que se muestra asustado. El tipo está atado con un lazo de energía legendaria.
— ¿He? No, no lo conozco, ¿Makoto que te pasa? Me estas asustando.
— El día de ayer, detecte en él una esencia extraña, así que lo seguí, y cuando me acerque a él, me ataco con una esfera de plasma. Logre esquivarla, pero el saco una espada azul, y trato de matarme; en un movimiento rápido, lo encere en mi prisión legendaria, pero, en ese momento, antes de matarlo, me dijo que él te conocía. También menciono a Michel, que de hecho tiene sentido ya que en ella también detecte la misma esencia extraña.
¡Me lleva, ya lo descubrió!
— Dime, ¿Qué es lo me estas ocultando? — Makoto se acercó a mí, de una forma muy intimidante.
— Makoto, yo no te oculto nada... — me lleva, el nerviosismo se está apoderando de mí — suelta al pobre hombre ahora.
— Él no es un hombre... claro que me estas ocultando algo, dime, o lo asesinare.
Si hace eso, Michel lo sentirá, no puedo dejar que eso ocurra de nuevo, bueno, acabemos con esto. De mi bolsillo del pantalón, discretamente, saque el aparato que Michel me dio el domingo, y accione el botón discretamente.
— Bien Makoto, te voy a contar todo... te lo explicare, solo, deja al muchacho en paz ¿Ok?
— Claro, eso es lo que haras, me lo explicaras todo ahora.
El lanzo a él joven a una distancia considerable, pero cuando me disponía a contarle todo, la pared comenzó a agrietarse. Cuando la pared se destruyó por completo, de ella, salió Michel, la cual, se puso justo en frente de mí, vaya forma de hacer su aparición. Makoto se alejó un poco por precaución.
— Lo sabía, tú no eres humana, — Expresó Makoto con algo de satisfacción — ¡Tú pones en riesgo la seguridad de este planeta!
— Makoto, espera, te explicare todo.
— Si quieres dañar a Esteban, tendrás que pasar por en medio de mí. — una cosa que jamás debes de hacer, jamás, retes a Makoto.
— ¡Ese no será problema!
Makoto, se notaba furioso, sinceramente, creo que nunca lo vi tan enojado. Makoto, emboco la armadura morada legendaria, y lanzo un hechizo legendario contra Michel, esta bolo por los aires, yo claramente no podía quedarme así. Emboque la armadura dorada del ser puro, y me dispuse a proteger a Michel; pelee con Makoto unos segundos, pero él es tremendamente superior a mí, por lo que terminó venciéndome, y me lanzo hasta una de las paredes. En ese lapso de tiempo, Michel se dirigió a él joven y le advirtió que no digiera nada a nadie, ni a los grandes regentes de alto rango.
Makoto, lanzo el espejo leyenda, este, reflejo una luz que hizo que Michel cayera; el reflejo de Michel estaba apunto de salir del espejo; sin embargo, el mismo Makoto no lo permitió. Makoto emboco la espada legendaria, al ver esto Michel creo su espada para protegerse; ambos chocaron espadas; desde donde estoy, la pelea parece bastante igualada; pero Makoto tenía que hacer de las suyas. Makoto, le dio varios golpes a Michel, embocando distintos portales, por medio de los cuales desorientó levemente a Michel. Ella, generó una esfera de plasma en su mano, pero Makoto se anticipó dándole un golpe en el vientre, esta voló hasta la pared, en donde, con unas barreras legendarias, le bloqueo el paso por ambos lado, y el emboco la cadena legendaria arcoíris. Michel estaba acorralada.
La cadena se dirigió hacia ella, pero con la esfera de plasma, destruyo parte de esta, pero el resto, le penetro el hombro, sacando un chorro de sangre. Michel, tomó la cadena, y con su mano la destruyo, y con una expresión de terror en el rostro, se fue hasta donde la pared.
— Esta vez, no abra errores.
Makoto, emboco la mano del ser leyenda, una mano morada gigante la cual, al ras de suelo se dirigió a aplastar a Michel contra la pared... ¡No puedo permitir esto... la asesinara! Rápidamente, me levante, di un gran salto, y me adelante a la mano, me puse en frente de Michel, y cree un escudo de energía pura, evitando a toda costa que fuera aplastada por la mano.
— ¡¿Qué es lo que haces?! — me reclamaba Makoto
— ¡No permitiré que le hagas daño! — me lleva, no creo que resista más, la presión que esta mano ejerce es demasiada.
— ¡¿Por qué, por qué?!
— Porque ella es mi amiga... y... yo la aprecio demasiado. — ¡No creo resistir más!
— ¡Yo también era tu amigo... me duele que no hayas tenido la confianza de contarme todo! ¡Se supone que todos somos compañeros... un equipo... amigos!
— ¡Lo siento! Es solo que, no me sentía con la confianza para hacerlo... lo lamento... por favor, no la lastimes... te lo ruego. — Makoto me miró desde donde estaba, logró ver mi determinación, por lo que, resignado, dio un suspiro.
— Está bien... me vas a contar todo... con lujo de detalle. — Makoto rompió el hechizo de la mano, provocando que cayera al suelo de rodillas, bastante cansado.
Él estaba bastante decepcionado de mí, se notaba en sus ojos, en parte tiene razón, debí contarles esto desde el inicio, todo esto es mi culpa... sinceramente, ahora, no sé qué abra de pasar.
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