Capitulo 15

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Si ellos llegaran a decirme algo fuera de lo común, no me sorprendería del todo, a fin de cuentas, ya he pasado por algunas situaciones extrañas, ¿Qué me podría causar una más?

— Esteban, debo preguntar — Wasabi colocó una mirada seria sobre mí — ¿La chica Michel ya se acercó contigo?

— Si, — lo suponía, algo tiene que ver estos tres — supongo. Esperen, ya sé lo que dirán; son seres extraterrestres que han venido a investigar a una chica, a la cual se le nota su enorme belleza hasta el otro lado del universo, ¿No?

— No exactamente, pero me sorprende tu acerbidad. — William me regaló una enorme sonrisa; parece que le gustó mi respuesta.

— Nosotros somos parte de una organización especializada en los viajes en el tiempo, y las anomalías espacio temporales. — Wasabi se acercó un poco más hacia mí — En resumen, somos viajeros del tiempo, y venimos del futuro; aunque no somos de carne y hueso, sino de carne y acero: es decir, somos cybors.

— Bueno, eso es nuevo — es claro que me sorprendió su respuesta, pero creo que será mejor denotar indiferencia — y, ¿Tu propósito?

— Vaya, no cree. — Tal parece que William es más incrédulo que yo.

— Sí, casualmente me he convertido en una persona que es capaz de creer en cualquier cosa; claro, después de que Michel me rescatara de la loca asesina que resulto ser Hiyori, la cual ustedes me presentaron.

— Lamentamos eso, — por primera vez en toda la conversación, una leve sonrisa se formó en el rostro de Wasabi, aunque esta es de incomodidad — no pensamos que ella nos traicionara, pero creo que será más fácil para nosotros.

— Bueno venimos a investigar una anomalía espacio temporal, presentado en esta época, creemos que Sahionje podría ser la causa de esta anomalía...

Técnicamente, ellos me dijeron las mismas cosas que Michel me dijo, aunque aún tenía mis dudas, esta vez les creí lo que me dijeron; no cometería el error de no creerles esta vez, para después quedar como un idiota. Posteriormente, volvimos a nuestra misma rutina del día, y para cuando me di cuenta, el día ya se había terminado. Y luego, la semana también.

El día sábado, Angélica, me recordó lo de la cita del día domingo, en clase de deportes, claro está; yo, por mi parte, le recordaré a Dániel. Esa misma tarde, ya cuando el sol estaba a punto de caer en el ocaso, me encontré con Sahionje en el parque. No puedo evitar suspirar cuando la veo, es que en serio, ella siempre aparece en el momento menos esperado; ella es como una maldición, pero una maldición que no me quiero quitar de en sima.

— Hola, Esteban. — creo que es bastante obvio que es lo que pienso de esa sonrisa; aunque esta vez, se nota algo raro en la misma.

— Hola.

Pero que le pasa, se ve demasiado deprimida.

— ¿Estás bien? — no puedo evitar preguntar.

— Lo siento, no te quiero preocupar.

— Descuida, para eso estamos lo amigos ¿No?, para apoyarse — espera un minuto, ¿Qué fue lo que dije? ¿Amigos?, ¡Oh no que hice!

— Es solo que... ¡Ya no puedo más!

Ella, rompió en llanto, y me abrasó fuertemente, se veía demasiado desconsolada. Siendo sincero, no sé muy bien que hacer, solo correspondí su abraso, y la acerque a una de las bancas del parque, aunque aún no la invito a sentarse. Al parecer, quiere seguir abrazándome.

— ¿Qué te sucede, dime? — ella se alejó un poco de mí, y comenzó a limpiarse las lágrimas.

— Mis padres... creo que se van a separar.

— ¿Pero qué paso?

— No lo sé, pero si eso pasa, me voy a volver loca, y lo peor es que yo tengo que pagar los platos rotos. Ayúdame Esteban, necesito a alguien que me consuele, te necesito a ti Esteban. — su mirada se veía tan desgarradora, en sus ojos, se podía percibir el alma rota de una niña; una niña que acaba de perder la esperanza en todo.

Yo, solo, la invité a sentarse en una de las bancas del parque; parecerá algo egoísta, pero, siendo sincero, me sentía feliz por estar a solas con ella bajo la luz de la luna. Pero, de igual manera, me sentía triste por ella, no la quería ver sufrir de esa manera. Trate de consolarla, mientras me explicaba todo, sin embargo, no podía compartir su dolor, supuse que solo lo comprendería, si yo estuviera en su lugar.

— Sahionje, — ella me miró con esperanza, con los ojos llorosos aún — yo no soy la persona indicada a la cual decirle esto, es decir, no soy un psicólogo o algo así, ¿Por qué me lo dices a mí?

— Es solo, que; no lo sé, si te soy sincera... me siento bien contigo, contigo, siento que puedo ser yo misma.

Yo solo le agradecí, o algo así, lo que si se me noto, fue el pequeño rubor que se me formo en las mejillas.

— Esteban, dime, ¿Qué piensas de mí, sobre mi persona, como es que te parezco física y emocionalmente?

— Bueno, no sé qué decir.

— Solo se sinceró conmigo por favor.

¿Describir a Sahionje? ¿Qué podría decir?... es la chica más hermosa que he conocido, sus ojos levemente rasgados me encantan, al igual que su pelo lacio y castaño; aunque tengo que admitir que cuando le hace rulos de ver hermosa. Me gusta su cuerpo, es una chica demasiado sexi y atractiva; sin embargo, me duele que no pueda describir lo que más me atrae de ella, ya que no sé qué sea. Cada que estoy con ella, siento que no hay nada más en el mundo, siento una inexplicable atracción hacia ella, una atracción que no puedo explicar... Ahora, ¿Qué se supone que le deba decir?

— Bueno... yo... — mi nerviosismo es más que evidente... di algo idiota — está bien; tú eres una persona muy interesante... eres buena persona, y siendo sincero me agrada la idea de estar contigo. Y pues, bueno, eres demasiado linda... no lo malinterpretes, es solo que, bueno, tú sabes ¿No... tu entiendes?

— Nadie me había dicho algo así nunca. — es obvio que mi respuesta es decepcionante, pero a ella, parece gustarle.

— Bueno, lamento que algo más poético no haya arribado a mi mente, pero es lo que pude decir.

En ese momento, nos miramos fijamente; ella, de nuevo, comenzó a cerrar los ojos lentamente, y comenzó a acercarse a mi rostro. Yo, todo idiota, no sabía qué hacer, sabía que este era el momento, por lo que, solo correspondí la acción. Solo faltaban centímetros para que yo besara esos hermosos y perfectos labios; sin embargo, mi maldito teléfono tuvo que vibrar, ¡¿Por qué a mí?! ¡Me lleva!

— Creo que debes contestar. — ella fue la primera que recobró el sentido.

— ¡No!, digo... puede esperar ¿No? — ella se veía demasiado apenada; no creo que quiera continuar con esto... ¡Maldita sea! — Bien, mejor contesto... no tardo... permite me un minuto.

Me alejé un poco de ella para contestar, ¡Si es Makoto les juro que lo mato!

— ¡¿Quién carajo me habla a estas horas?!

— "Yo Michel" — la voz casi imperceptible de Michel se escuchó detrás de la bocina del teléfono.

— Oh, lo siento; hola, perdón por gritarte ¿Qué paso? — ¿Cómo le pude haber gritado a Michel?

Ella me dijo que necesitaba verme en su apartamento, justo ahora. Genial, otra vez a escuchar sus disparates; con toda la pena del mundo, me despedí de Sahionje, y me fui al apartamento de Michel, solo espero que sea importante. 


 

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