Mi nombre es Estaban Radle, aparentemente soy un chico normal; sin embargo, hay algo diferente en mí, hay algo especial en mi genérica. Yo, junto con un grupo de chicos más, somos parte de una raza extinta conocida como, Los Silver Element.
Es algo...
Los gritos, y sonidos de destrucción, se escuchaban hasta cinco cuadras antes de que yo llegar a la escena. Al llegar ahí, no podía creer lo que veía, había una especie de gato lampiño, purpura gigante, claro que tenía atributos más terroríficos. Esa cosa, estaba destruyendo todo a su alrededor, y de su boca disparaba un rayo purpura muy destructivo... ¡Es la cosa más extraña que he visto hoy!... Esta criatura, me vio, se quedó quieta por unos segundos, y poco después, me fue a atacar, me prepare para atacar, pero en el momento menos esperado, una cadena legendaria arcoíris hizo caer a la bestia.
Claramente se trataba de Makoto, este, hizo su dramática aparición, levitando de una forma espectacular, con su armadura purpura puesta, el mismo modelo que la mía, pero en ese color. Cuando la criatura se levantó, se dispuso a enfrentarnos a los dos, en ese momento, se escucharon disparos, eran los benditos policías... eso último fue sarcasmo por si no lo notaron. Lo último que queríamos era que esto se hiciera público, poco después llego la prensa, pero bueno, ya no podemos hacer nada, llegamos demasiado tarde.
La criatura se dirigió a atacar a los policías, claramente las balas no le hacían daño. Poco antes de que pudiéramos hacer algo para defender a los policías, un muro de hielo separo a los policías de la bestia; Dániel hace su aparición portando su armadura azul, este se puso a lado de mí. La bestia, se dirigió a atacarnos, pero Rajá, con un puño naranja gigante lo derribo, y Marco le dio una descarga mandando a bolar por los aires a la criatura; todos nos reunimos, en una hilera, mirando hacia la bestia.
— ¿No que nunca Esteban?
— Cierra la boca Makoto.
— Sinceramente, me alegra que estés aquí. — las palabras de aliento de Marco siempre son bien venidas.
La bestia se levantó, Rajá estaba algo alterado, pero Marco lo tranquilizo con un golpe en el casco. De la nada, una persona se acercó a la bestia y comenzó a aplaudirnos de forma sarcástica. Nosotros solo nos limitamos a mirar, no sabíamos lo que estaba pasando.
— ¿Y quién carajo es este? — preguntó Rajá en voz alta.
— Vaya, debo admitir que ustedes son impresionantes — Aquel hombre portaba ropas negras; no parecía ser humano, ostentaba algunas pequeñas protuberancias en su frente, además de orejas en forma de punta, y una piel color rojiza — yo soy la sombra, me presento.
¡Espera! ¡¿Él es la sombra?! Eso quiere decir, ¡Que él me mandó matar!
— ¡Eso no es posible! — Makoto responde a aquel hombre — la sombra no es solo uno, son varios, y se extinguieron hace milenios.
— Como verás, no fue así... hace tiempo éramos miles... poco después de la devastación del punto B del universo, fuimos cientos... y ahora solo quedo yo.
— Eso, es imposible.
— ¡Justo lo que quería, todos ustedes, reunidos, de esta manera, los podre destruir!
— Tengan, cuidado, el pude aprender casi todas las técnicas existentes. Lo más probable es que ya sepa demasiadas. — la preocupación de Makoto era evidente.
— Ustedes, ya han perturbado mis planes lo suficiente, los eliminare ahora, para poder concretar mi plan.
— No sé a qué te refieres, — Makoto no lo sabe, pero yo sí — pero estas destruyendo mi ciudad, y por lo tanto, debemos destruirte, ¡Silver Element!
— No tienes que gritar. — expresó Dániel.
Todos, espesamos a correr hacia la sombra y su gato lampiño gigante, Dániel, se elevó utilizando una columna de agua, la cual se movía a donde él quería. Marco, toco el suelo, y creo una gran descarga; la sombra solo se elevó por los aires, para evitar ser alcanzado por la descarga. La criatura, recibió la descarga, se detuvo por un rato pero luego se levantó nuevamente; Rajá recibió a la bestia con un fuerte golpe, de un puño gigante de tierra que el creo. Makoto y yo, fuimos por la sombra; Makoto, lanzo su cadena legendaria hacia él, este solo la desvió con un movimiento, y lanzo a Makoto por los aires, este callo frente a la bestia. Al verlo, la bestia trato de matarlo, usando su cola como látigo.
Bueno solo quedo yo, yo no puedo evitar así que desde aquí lo tengo que enfrentar. Lance una fuerte ráfaga de energía pura concentrada, este, erigió una barrea, y me devolvió el golpe que le envíe, rápidamente, lo esquive.
— Al fin te conozco Silver Puro, — su voz es extraña, no es muy gruesa, pero es algo intimidante — de no haberte entrometido en mis planes, nada de esto habría ocurrido. Habría matado a Esteban sin problemas, pero no, creo que primero te matare a ti, y luego a Esteban.
— No explicare que si me matas a mí, prácticamente matas dos pájaros de un tiro, pero bueno.
El solo dio vueltas en su eje demasiado rápido, disparando unas especies de dagas por todas partes, me vi obligado a proteger a las personas. El resto de Silvers, trataban de someter a la bestia, la cual era un hueso duro de roer.
— Rajá protege a los civiles, eso incluye a los policías y reporteros. — Makoto trataba de coordinar a todos.
— ¡Uh! ¡¿La prensa está aquí?! Ahora vuelvo.
Makoto se elevó por los aires, embocando el espejo leyenda, creando una fuerte luz que hizo caer a la bestia; posteriormente, del espejo, brotó un clon exacto de esa criatura, el reflejo de aquella bestia, reflejo que comenzó a atacar a la original. La sombra, creo un choque de onda, destruyendo parte del edificio de atrás de él; desde donde estaba, pude ver a personas abajo de ese edificio, por lo que corrí a socorrerlas. Generé un escudo de energía pura, y lo coloque como tejado, para que los escombros cayeran en él, salvando así a las personas. Necesito ayuda, no podré solo. Muy cerca de mí, apareció Marco, al cual le pedí que me ayudara; este, al ver a la sombra, se empezó a llenar de energía eléctrica, todo su cuerpo despedía rallos. Marco, toco el suelo, y emboco el relámpago; cientos de rallos pasaron por en sima de mí, tratando de herir a la sombra.
Rajá llego, haciendo caer una lluvia de clavos gigantes sobre el enemigo, este, los esquivo todos. Posterior mente, Rajá fue atacado por la bestia, la cual ya se había librado de su clon; Rajá se defendió con una lluvia de rocas. En ese momento, para ayudar a Rajá, Dániel, lanzo una ráfaga de hielo, los cuales se convirtieron en picos gigantes que atravesaron a la bestia, terminado con su vida.
— Estoy harto, ¡Mefritas! — Expresó la sombra, mientras comenzaba a preparar su ataque.
— Imposible.
¡¿Mefritas?! ¡Pero si ese es un poder propio de la dimensión del punto B del universo! Ese poder es muy peligroso: consiste en múltiples estructuras mucho más finas que la arena, las cuales penetran en la materia más dura, creando devastación a nivel molecular, y cuando esta se aleja, la materia explota, sin importar si es orgánica o inorgánica. Todos nos reunimos perplejos por lo que estaba pasando, pero la única forma de que el domine esos poderes, es... ¡No! ¡¿No será que él es en realidad... el hijo directo del líder del punto B del universo?!
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