Capitulo 20

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Bueno, siendo sincero, seguía preocupado, pero aun así tenía que ir a la escuela, era mi responsabilidad, además, mi madre no me iba a dejar quedarme, como sea. El día estaba gris, literalmente; el cielo estaba nublado, a pesar de que ayer, había sido un día muy despejado, pero, mi sorpresa llego cuando descubrí que, al menos, un estudiante de cada salón, había faltado a clases, ni siquiera Sahionje llego.

El día estuvo muy flojo, las clases se hicieron más pesadas de lo usual, inclusive Rajá estuvo muy calmado, pero aun así, seguía siendo fastidioso. Las clases terminaron antes de lo pensado, Michel no llegó a clases, la razón, es algo obvia, al igual que Futsino, y Angélica, bueno... pues ella fue la causa de esto.

Caminaba solo por la calle, como si de un perrito abandonado a su suerte se tratase, y en sima, que lo había cagado una paloma; sí, así, de mal estaba. Entre esa soledad extrema, no sé por qué, pero miré a lo lejos; de esta manera, pude ver a la hermosa Sahionje, en sus manos, traía lo que parecía ser una caja mediana... ¿Me pregunto qué cosas llevará ahí? Venía de frente, así que no había manera de esquivarla, ¿Por qué rayos alguien querría esquivarla?, al verme, ella apresuró el paso.

— ¡Hola! — me saludó con mucho entusiasmo.

— Hola.

— ¿Qué trae por acá?

— Nada, solo paseaba, y cuando hago eso, no suelo ver por dónde voy, — después de esa respuesta tan tonta, dejé salir una pequeña sonrisa — ¿Por qué no fuiste a la escuela?

— Mis pares discutieron, creo que están reconsiderando lo del divorcio; pero aun así, no me daría muchas esperanzas, aparte, no tenía ganas de ir, y me sentía un poco mal.

— Ya veo, y ahora cómo te sientes.

— La verdad mucho mejor — una hermosa sonrisa se formó en sus labios. — ¿Me acompañas a mi casa?, está a solo unas cuadras sobre esta calle, debo llevar esta caja, y pesa mucho.

— Sí, ¿Por qué no?, negarte algo a ti será pecado... déjame ayudarte con eso.

Tome la caja que ella traía en sus manos, y la acompañe, siempre caminado a su lado derecho, evitando que ella vaya del lado de la carretera. Sinceramente no sé porque, pero considero que eso es de caballeros.

— ¿Y qué hicieron en la escuela? — preguntó ella para romper el hielo.

— Nada interesante, solo nos repartieron las actividades para el festival o baile, como le quieras llamar.

— ¿De verdad... y qué me toco?

— Se organizaron por filas, a nuestro salón le toco los arreglos del baile de noche en el auditorio de la escuela, y a nuestra fila, arreglar el escenario.

— ¡Vaya, que lindo!... y, ¿Ya tienes pareja? — yo iba tan tranquilo por la vida, sinceramente no me esperaba esa pregunta; por lo que me puse sumamente nervioso.

— ¡¿Qué, no... no?! Bueno, en realidad aun no, aunque me encantaría ir contigo...

¡Esteban Radle, eres un gran idiota! ¡¿Pero qué carajo acabo de decir?! ¡Idiota, idiota, idiota! Solo me rasque la cabeza, bastante nervioso, esperando una respuesta de parte de ella. Solo espero no ahuyentarla, vamos calma Esteban; a quien engaño, claramente, estoy sonrojado.

— Lo siento, no quería decir eso, — ahí voy yo a tratar de revertir la situación, realmente soy un idiota. — ¿Te incomode verdad?, lo lamento, en realidad no quería...

— Si. — su respuesta fue tan contundente que, me dejó atónito por unos segundos.

— ¿Qué?

— Sí, me gustaría ir contigo.

— ¿De... de verdad... tu arias eso por mí... digo conmigo?

— Si ¿Por qué no?, a fin de cuentas, eres mi mejor amigo.

¡¿Neta?! ¡Claro, lo típico! Primero te ilusionan, y poco después te mandan a la friendzone, vaya ironía. Poco después de eso, ella se detuvo en frente de un edificio, parece ser un edificio de departamentos, casi en el centro de la ciudad.

— Bueno, aquí vivo, ya tengo que entrar así que... bueno...

— Si, si claro si...

— Entonces nos vemos mañana... yo me voy por acá.

— Si y yo por allá, je... — empecé a retirarme algo nervioso; sin embargo, la vos de Sahionje me detuvo nuevamente.

— He, Esteban...

— ¿Sí?

— La caja... ¿Me la das?

— ¡Claro, claro! ¿En qué carajo estoy pensando?, toma tu cajón, digo la caja... — ella tomó la casa con sus hermosas y delicadas manos — nos vemos, hasta luego.

Ella solo me sonrío, y posteriormente hizo una pequeña reverencia, para después irse. ¡Ah! No podía creer lo que había pasado, no sé ni cómo lo hice, pero, lo hecho, hecho está; tal vez digan que lo hizo por lastima, pero, si fue así, creo que, prefiero vivir engañado. El martes pasó como un día fantasma, algunos alumnos ya habían vuelto; pero, no vi ni rastro de Michel por ningún lado. Sigo preocupado por ella, solo espero verla en taller de dibujo este miércoles, de otro modo, iré a tirar la puerta de su casa, aunque ella no quiera.


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