Cap. 5 -. No puedo hacerlo

1K 130 25
                                    

La cita con Mina paso de lo más normal, mientras ella hablaba mis pensamientos volaban con Serena, me preguntó ¿Que es lo que me está sucediendo? ¿Porque pienso en ella? Y es que no es solo un sentimiento de amistad, es que... Parece que dentro de mi pecho una llama enciende mi corazón al recordarla sonriendo en compañía de Seiya.

Parecía que el tiempo estaba pasando lento y yo, estaba tan desesperado por irme que no pude evitar bostezar sin darme cuenta.

—¿Acabas de bostezar? —pregunto Mina con una severidad que me Helo la piel.

—. !No¡ Es que... Mira anoche no dormí bien, por estar pensando en ti y en la cita de hoy. —la mire poniendo mi cara de súplica por su perdón.

—. Su rostro cambio de inmediato dejando ver una leve sonrisa que me hizo soltar un pequeño suspiro de alivio. -eres muy tierno... —comento rosando mi mejilla con sus delicados y suaves dedos haciéndome olvidar de todo cuanto me perturbaba.

Mina se puso de pie y camino para sentarse a mi lado, se acercó a mí y mirándome con sus bellos ojos azules me hizo perder el aliento, se acerco aún más peligrosamente dejándome oler su dulce aroma provocando en mi unas ancias locas de probar sus labios.

—. Me gustas Darién... —dijo tomando mi rostro entre sus manos.

—. Yo... Eh... Tu eres muy hermosa. alcance a decir hasta que sentí sus labios devorando los míos.

Subí mis manos a su rostro para acercar aún más a mi su boca, el calor inundó todo mi ser y no me percate que alguien nos observaba si no hasta que me separé de ella, Serena estaba parada frente a nosotros y nos miraba sonriendo, la ví feliz tal vez por mi... Pero yo me sentí muy mal, me puse de pie dejando a Mina sola en la mesa y me acerque a Serena buscando saber que hacía en ese lugar.

—. Hola Serena, ¿Que haces aquí? —pregunte limpiando mis labios mientras ella me observaba asombrada.

—. Aquí te quedó un poco... —dijo pasando sus dedos por la comisura de mis labios para limpiar el resto del brillo labial que había quedado en mi rostro.

Me tense al sentir el toque de sus manos en mi piel, Mina se acercó y me abrazo por la cintura jalando mi cuerpo hacia ella ante la mirada atónita de Serena, Mina se puso frente a mí de manera retadora ante ella que la miraba confundida por su repentina reacción.

—. ¿Quien demonios te creas que eres para estar tocando así a Darién eh.? —pregunto Mina.

—. Mina ella es Serena, es mi mejor amiga. —dije poniéndome a un lado de Serena.

—. A sí, pues mucho gusto, ¿Darién te parece si me llevas a casa? —comento mirándome a mi de vuelta y sonriendo como si nada hubiera sucedido.

—. Si, está bien, nos vemos Serena, platicamos en la noche. —Serena me regalo una dulce sonrisa.

Salí de la cafetería pensando que Mina venía tras de mí, de lo que no me di cuenta es que ella se había quedado un par de segundos más con Serena.

—. Me importa muy poco que seas amiga de Darién, él es mío ahora, así que por tu bien, no quiero que vuelvas a tocarlo; ¿me entendiste? —Serena se quedó mirando asombrada a Mina.

—. Si estás tan segura de que él es tuyo porque me pides alejarme, solo somos amigos. —ella no se dejó intimidar y reprendió a Mina.

—. Ella sonrió fingidamente y contesto. —vas a caer, haré de tu miserable vida un verdadero infierno. Cuídate. —dió la vuelta y salió detrás de mí.

Serena se quedó totalmente petrificada por la amenaza de Mina, sabía que siendo la chica más popular debía tener cuidado, Mina había arruinado muchas vidas dentro de ese colegio y era fácil para ella hacerlo de nuevo, se arrepintió inmediatamente de haberle contestado de aquella manera.

Lleve a Mina a casa estando frente a ella, Mina me miró y poniendo sus manos en mi entre pierna me invitó de manera seductora a pasar, sus padres no estaban y ella podía hacer lo que quisiera, lo pensé por un par de segundos pero al sentir sus manos sobando mi parte media mis sentidos se dispararon y cegado por la excitación del momento acepte.

Entramos a su casa que era enorme, me tomo de las manos y me llevo hasta el sofá de la sala, me empujó haciéndome sentar en el mueble mientras ella se subía a orcajadas sobre mi besando mi cuello, pasando su húmeda lengua por mis orejas hasta llegar a mi cuello, podía sentir como se inchaba mi ego sintiéndose aprisionado por mis pantalones, con mis manos subí su vestido por sobre sus muslos acariciando sus opulentos y firmes senos, la tome de la cintura ancioso de poseerla y la coloque sobre el sofá conmigo sobre ella, comencé a besar sus labios y ella a acariciar mi imponente y exitada erección. -. Al fin la chica más popular será mía, le haré el amor a Mina. -pensaba mientras seguía devorando sus labios.

—. Vas a cog...me si o no, vamos déjate llevar. —siseaba en mi oído mientras quería desesperadamente arrebatar mi camisa.

Me separé por un momento buscando mirar su bello rostro, pero... Algo pasó, fue el rostro de Serena el que apareció frente a mis ojos, la mire detenidamente asustado intentando averiguar lo que sucedía, me aleje poco a poco hasta sentarme en el sofá mientras Mina me miraba atónita por mi reacción.

—. ¿Que pasa? ¿Porque paras? —pregunto mientras se acomodaba el vestido.

—. No puedo hacer esto, lo siento Mina, debo irme... —me puse de pie y salí de su casa sin decir nada.

Después de algunos minutos llegué a casa y subí de prisa a mi alcoba, cerré la puerta tras mi espalda y me deje caer en mi cama pensando en lo que había pasado, como es posible que Serena había estado ahí, ¿Que demonios me estába pasando? No puedo dejar que esto afecte aún más mi relación con Mina, aunque sabía que había cometido un grave error al dejarla sola en su casa.

Me quedé dormido pensando en lo que debería hacer para sacar de mi cabeza a Serena, más tarde escuché como tiraban piedritas a mi ventana, me puse de pie y me acerque, era Serena.

—. ¿Que tal tu cita? ¿Cómo terminó? —pregunto sonriendo.

—. Sonreí y me senté en el borde de mi ventana. —pues... Todo bien, espero que esto funcione.

—. ¿Que tienes? —pregunto escudriñando mi rostro.

—. Me quedé pensativo, solo quería alejarme de ella, no quería que notara en mi algún interés por ella. —nada, estoy cansado, nos vemos mañana.

No deje que contestará, sonreí levemente y cerré la ventana, corrí las cortinas mientras Serena me observaba llena de asombro por mi reacción, no quería lastimarla pero no sabía que más hacer...

Aposte al AMOR.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora