Cap. 20 -. Mil y un locuras juntos

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Serena

Dichosa... Si... Me sentía dichosa, feliz y altamente emocionada, sinceramente no creo que mis padres se nieguen a mi relación con Darién y aunque así fuera jamás lo dejaría ir, aunque él es tres años mayor que yo y está apunto de graduarse e ir a la universidad no puedo dejar de sonreir, lo amo tanto y tan intenso que hasta mi corazón siente reventar de pura felicidad, me acerco a mi ventana y lo veo estudiando, ya han pasado tres días desde que estuvimos juntos y aunque me ah insistido mucho no le eh permitido hablar con mis padres y es que la realidad de todo esto es que tengo temor a que la respuesta sea una negativa, se que mis padres lo quieren mucho pero papá jamás estaría de acuerdo si él es mayor que yo, lo veo voltear hacia mí cuarto y me sonríe.

Darién

Me asomo a la ventana de mi cuarto y la veo sonreír en mi dirección me siento tan dichoso por tenerla en mi vida, las cosas parecen ir bien aunque ahora solo pienso en hablar con sus padres aunque a ella la idea la aterra, me entra mucha nostalgia al saber que pronto la dejaré sola, iré a la universidad y nos vamos a separar, aunque se que la distancia no va a hacer que deje de amarla como lo hago.

Abro la ventana y ella se acerca a la suya, se sienta en la baranda y me sonríe tan dulcemente que siento que él corazón se me saldrá del pecho, me emociona ver lo bella que siempre está, sus ojos tan dulces y azules, su cabello largo y sedoso y su olor... Mmm su olor es tan embriagador que opaca todas las esencias que existen, la observó y vienen a mi mente aquellos momentos en los que fue mía y comienzo a desearla con toda el alma.

—Hola preciosa, ¿Que haces? —pregunto curioso mientras me acomodo sobre la ventana.

—. Estaba revisando mis correos, nada importante ¿y tú? —cuestiona con la voz más dulce.

—. Llenando mi solicitud a la universidad, mis padres creen que ya es momento aunque no sé si aún quiero estudiar medicina. —comento triste.

—. Serena me mira algo confundida. —¿Pero estudiar medicina siempre ah sido tu sueño o no? Debes hacer lo que amas. —dice tratando de animarme.

—. Tengo miedo de dejarte, no quiero separarme de ti... —siseo bajo en tono triste. —te amo y ahora que estamos juntos no me veo alejado de ti.

—. ¿Quieres venir? —pregunta coqueta. —mis padres no están y llegarán hasta muy tarde.

—. Sonrió por su petición moviendo la cabeza de lado a lado. —estaré ahí en un minuto. —chillo mientras corro a la puerta.

Llegó a su porche y toco la puerta ella me recibe con un enorme abrazo enredando sus piernas en mi cintura y besando mis labios tan ardientemente que realmente me sorprende. —¿Me preguntó si acaso eh creado un monstruo? — sonrió por mis pensamientos mientras mis manos la toman de la cintura y la junto aún más a mi cuerpo que arde por tenerla cerca.

—. Oh. Por Dios ¿qué ah pasado con la Serena tímida que casi llora por miedo de que nos encontrarán hace dos días? —pregunto sonriendo en sus labios.

—. Mmm no sé, creo que ah desaparecido y en su lugar está esta nueva Serena que te ama con locura y que está dispuesta a estar a tu lado no importa que... —sisea mientras me besa el cuello provocando que mis piernas tiemblen cual gelatina.

—. Pues está Serena también me encanta, te amo cariño. —siseo en su oído mientras atraigo su cuerpo al mío.

La levantó en brazos y subo con ella las escaleras, se lo que quiero y tengo el presentimiento de que ella también lo desea, sonríe divertida mientras me abraza tiernamente dejando reposar su cabeza sobre mis hombros, llegó a su habitación y cierro la puerta a mis espaldas, ella camina y cierra las cortinas pues desde mi habitación se puede ver la suya y no queremos que mi madre o alguien más pueda vernos,  me acerco y la abrazo por detrás besando su cuello mientras ella ladea su cabeza para darme un mejor acceso a su piel, paso mis dedos sobre la piel de sus manos y sus bellos se levantan por la sensación que causó en ellas.

—. ¿Estás segura de esto? —pregunto al grado de sentirme enloquecido por tenerla entre mis brazos. —no quiero que te sientas presionada.

—. Ella voltea y me mira a los ojos. —solo quiero estar contigo, tres días se me han hecho una terrible eternidad sin ti. —sisea desabotonando mi camisa dejando mi torso desnudo.

Sin pensarlo un segundo más la beso tan apasionadamente que resbala en mis brazos gozosa y anciosa por estar conmigo, mis manos bajan hasta los botones de sus pantaloncillos cortos desabotonandolo dejándolos caer al suelo mientras ella se queda solamente en bragas, mis pantalones también caen dejando ver mi exitado miembro que ruega por estar en su ser, bajo los tirantes de su camiseta mientras mis labios besan cada centímetro de su hermoso cuello hasta llegar a sus pechos desnudos que endurecen por lo exitante del momento.

—. No sabes cuánto te amo... —gruño mientras mis manos acarician sus glúteos hermosos.

La levantó a orcajadas sobre mi y la llevo a la cama recostando su cuerpo lentamente en ella, Serena se acomoda y desde mi lugar puedo ver su pecho subir y bajar exitado, subo a la cama posando mi cuerpo sobre el suyo besando sus labios jugando con su lengua dejando explorar la mía dentro de su boca, bajo mis brazos y subo sus piernas hasta que abrazan mi cintura, tomo mi erección y me hundo lenta y gloriosamente en ella dejando salir alaridos de puro placer que recorren todo mi ser que se inunda de pasión y deseo por esta preciosa mujer que me vuelve loco, mis movimientos son lentos y suaves, quiero disfrutar el tenerla entre mis brazos, su cuerpo se arquea deliciosamente bajo el mío provocando que mi pulso aumente.

Sus gemidos me exitan de sobremanera logrando que mi pene lata dentro de ella anunciando un orgasmo fatídico para mí, la observó ahí con sus ojos cerrados disfrutando de este momento íntimo de amor, de repente me mira de una manera agobiante deseosa de correrse para mí e impulsivamente aumento las embestidas para lograr mi cometido, ella se corre e inive sus quejidos mordiendo la sábana de su cama para no alertar mientras que yo salgo de ella tan rápido como puedo para no terminar dentro, Serena toma mi erección y masajea con sus manos haciéndome eyacular placenteramente, tanto que no puedo evitar cerrar los ojos mientras siento en mi pene la suavidad de sus manos que aún lo sujetan.

Caigo a su lado totalmente exhausto mientras nos reímos divertidos por lo que acabamos de hacer, me pongo de pie y coloco mis boxers temeroso de que alguien pueda encontrarnos, ella se coloca sus bragas y su camiseta cuando de pronto escuchamos abrirse la puerta de la sala y a sus padres entrar sonriendo.

—. !Serena hija, llegamos cariño¡ —grita su madre desde la planta baja.

Mis nervios y los suyos se disparan, nos miramos totalmente desconcertados sin saber cómo reaccionar, ella corre a colocar el seguro de la puerta mientras yo corro de un lado al otro metiendo una pierna en el pantalón dificultosamente, ella se pone rápidamente sus pantaloncillos y me ayuda a mi a ponerme la camiseta.

—. ¿Qué hacemos? Mis papás me matarán si te descubren aquí. —dice con la cara descompuesta por el terror que la sola idea le causa.

—. Observó la ventana y se me ocurre una idea. —por aquí... —digo abriendo las cortinas mirando hasta el suelo, que aunque se ve algo alto no me importa pues solo quiero que ella esté tranquila.

—. ¿Estás loco? está muy alto... No, déjame pensar en algo. —gruñe nerviosa.

—. Es la única forma, a menos que quieras que hable con tus papás de una vez. —digo para convencerla mientras diverdito me encojo de hombros.

—. No, no está bien pero baja con cuidado. —chilla mientras me regala un fugaz beso en los labios.

Me armo de valor y bajo agarrándome de donde puedo con el miedo de caerme pero con el cuidado de no hacer ruido, ella me mira desde su ventana sonriendo por lo loco que resulta todo esto, al fin llegó al suelo, volteo hacia arriba y le lanzó un beso sonriendo embargado por la felicidad que me da el tenerla en mi vida.

Aposte al AMOR.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora