Cap. 41 -. Nuestra boda

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Por amor... Los años que deba esperar, por él... La vida que deba aguardar... Por sus besos... Las veces que deba morir, porque jamás nadie a enamorado a mi corazón como él, como desde aquel día que por primera vez aún siendo niños nos vimos por primera vez con amor...

—. Te vez hermosa cariño... —exclama mi madre a punto de llorar mientras me observa de pie frente al espejo de mi habitación.

Me miró de arriba a abajo intentando contener las insesantes ganas dellorar, preguntándome como ah pasado el tiempo tan rápido que hoy estoy aqui vestida de blanco observando mi silueta que modela un precioso vestido blanco señido a mi cuerpo, el ...

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Me miró de arriba a abajo intentando contener las insesantes ganas de
llorar, preguntándome como ah pasado el tiempo tan rápido que hoy estoy aqui vestida de blanco observando mi silueta que modela un precioso vestido blanco señido a mi cuerpo, el dorso de mi mano sube a mis mejillas para limpiar una lágrima rebelde que resbala sobre ella, el dolor y la tristeza este día no adornarán mi vida, hoy es solo felicidad y alegría, volteo y miro los ojos cristalizados de mi madre, me acerco a ella y la abrazo sintiendo solamente el latir de su corazón.

—. La puerta de mi habitación se abre y mi padre entra mirándome con ojos llenos de sorpresa. —cariño... Yo... Te vez hermosa —comenta tomando mis manos entre las suyas —pero es hora de irnos, tú prometido espera...

—. Esta bien. Vamos —murmuro tomando el ramo de rosas blancas que aguarda en mi mesita de noche.

Salimos de casa, mi padre alcanza el auto y mientras mi madre me ayuda con el velo, de pronto veo a Seiya parado frente a nuestra casa, sus ojos se clavan en mi... Su mirada llena de ternura y tristeza es evidente, sonrió hacia él, mamá Ikuko se da cuenta y nos da un par de minutos a solas, él se hacerca hasta mi y toma mi mano dejando sobre ella un dulce beso, la verdad es que no se cómo reaccionar, que decir, que hacer... Esta visita es algo que no me esperaba.

—. ¿Que haces aquí? —pregunto sonriendo.

—. No quiero molestarte, yo... Solo quise venir a desearte suerte... Te ves preciosa Serena... Se que serás feliz ya lo verás...

—. Seiya... Yo... Lo lamento, jamás quise lastimarte, debí decirte la verdad desde un principio pero... Crei que podía cambiar lo que sentía... —confieso bajando la mirada entristecida.

—. Oye... Oye no... Nada de lágrimas este día... —dice mientras levanta mi mentón con su mano —hoy es tu boda y solo debes sonreír, esos bellos ojos azules deben brillar de felicidad...

—. Gracias... No sé qué más podría decirte, solo que deseo de todo corazón que la felicidad pronto llegue a ti...

Me despedí con un dulce beso de aquel pasado que alguna vez crei formaría parte de mi futuro, lo ví alejarse sin mirar atrás, camine hasta el auto, mi padre habría la puerta y mi madre me ayudaba con el velo, mis damas ya estaban esperando por mi en la iglesia, la realidad aquejaba mis pensamientos, estaba feliz y asustada, la vida había dado un giro de ciento ochenta grados y a partir de hoy todo cambiará, Darién decidió irse a londres conmigo pues mi vida ya está hecha en ese lugar, dijo que fácilmente obtendría un empleo y que no me preocupara, lo ame por haber pensando en mí y por haber decidido seguirme hasta londres cuando él ya tenía un trabajo fijo. el auto avanzaba más lento de lo normal o quizá solo eran los nervios y la emoción de por fin llegar a la iglesia y ser su esposa.

De repente... Como en un sueño me veo observándolo... ahí está él... De pie al final del pasillo esperando por mi... Enfundado en un traje gris y azul que lo hace lucir gallardo y elegante...

Me regala una bella sonrisa y sus ojos se cristalizan al verme de pie en la puerta, mi padre toma mi mano y la cruza por debajo de su brazo, lo miro sonriendo, caminamos a paso lento mientras veo los rostros amistosos y sonrientes a los lados, mis...

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Me regala una bella sonrisa y sus ojos se cristalizan al verme de pie en la puerta, mi padre toma mi mano y la cruza por debajo de su brazo, lo miro sonriendo, caminamos a paso lento mientras veo los rostros amistosos y sonrientes a los lados, mis damas al final del pasillo, mis piernas tiemblan y mis manos sudan, estoy totalmente fuera de mi misma.

Al llegar al final del recorrido, me despido de mi padre con un tierno beso, Darién extiende la mano hacia mí, lo veo directamente a los ojos mientras los suyos se clavan en mi, le entrego el ramo de rosas a Amy, el sacerdote sonríe y comienza a celebrar la ceremonia.

—. Dios los ah unido desde siempre y a pesar de las adversidades, a pesar del tiempo y las barreras ustedes han decidido venir aquí a pedir su bendición... —nos pide que nos tomemos de las manos —...bendice señor está sagrada unión y a esta pareja que hoy viene ante ti para unir sus vidas en sagrado matrimonio.

Los anillos se bendicen y cada uno coje uno para sellar nuestra unión, lágrimas resbalan por mis mejillas, mis manos temblorosas toman las de mi casi esposo esperando que los minutos pasen a prisa para poder por fin escuchar esa frase que tanto anhelo...

—. Serena... Acepta este anillo como símbolo de fidelidad, de amor y respeto, con el... Prometo amarte y respetarte todos y cada uno de los días de mi vida, estar contigo en las buenas y en las malas, en la salud y en la enfermedad para toda la vida... —repite mientras desliza la sortija en mi dedo y me mira regalandome una bella sonrisa.

Yo imitó sus palabras y deslizó al igual que él la joya que yace en la almohadilla frente a nosotros, él sacerdote nos mira y bendice nuestra unión, las arras caen de nuestras manos destellando brillantes, mis ojos se clavan en los suyos cada vez más enamorada, cada vez más decidida a pasar el resto de mi vida a su lado, porque amarlo no es un trabajo... Amarlo es un privilegio, amarlo es el camino que quiero labrar hasta que la vida se me termine.

—. El sacerdote al fin réplica con aquella frase que por tantos años espere escuchar tomada de su mano —Por el poder que ah sido investido a mi por Dios... Hoy los declaro marido y mujer... Que lo que Dios a unido por amor jamás lo separé el hombre por envidia... —exclama final mientras nos rocía con agua bendita para sellar sus palabras. —puedes besas a tu esposa... —murmura sonriente.

Darién toma mi rostro con sus manos, acerca sus labios a los míos tocandolos suavemente, bajando sus manos hasta mi cintura mientras mis manos se enredan por detrás de su cuello acariciando su piel, entonces... el mundo desaparece... Todo está de más y lo único que siento son sus labios sobre los míos.

—. Ahora eres mía por siempre pequeña... —susurra en mi oído tiernamente.

—. Siempre tuya...

Chicas hermosas un capítulo más y termina esta linda historia...

Les agradezco infinitamente el haber seguido esta historia que estuvo llena de amor, lágrimas y risas.

NO SE PIERDAN HOY EL ESTRENO DE MI NUEVA HISTORIA "A TRAVÉS DEL TIEMPO"...

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