Cap. 34 -. Los celos y el adiós

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Siento como si estuviera desnuda frente a un contingente de personas que me gritan mil y una cosas, pensaba que ya nada podría salir mal en mi vida, los planes que tenía, las muchas veces que luche por olvidar mi pasado y las incontables lágrimas que derrame en busca de paz no sirvieron... Nada de eso valió en este momento, me duele... Debo admitirlo, me mata el solo pensar que las cosas pudieron haber sido diferentes pero todo se arruinó...

Sencillamente no me esperaba esto... Enterarme así de la verdad me ah dejado totalmente abatida y en shock, no sé si habría querido saber todo aquello de esta manera tan de repente y con la guardia baja, me duele el pecho de solo pensar que pudimos haber estado juntos, pero... Hoy y ahora no es posible hacer nada más que seguir hacia delante, ahora estoy comprometida con Seiya.

Me siento en una banca frente a una hermosa fuente decorada con blancas flores que se mueven ligeramente en el agua que adornan, aún no puedo respirar con normalidad, mis manos siguen temblorosas y aquel nudo que se ah formado en mi garganta sigue ahí bloqueando ese sentimiento de enojo y dolor que palpita en mi corazón que no me deja hablar... Me quito el collar que adorna mi cuello y lo dejo aún lado acariciando mi piel buscando sentir alivio.

—Con el collar te veías mejor... —escucho a mi espalda, volteo e inmediatamente me pongo de pie. —perdón si te asusté, esa no era mi intención.

—. Bajo la mirada evitando la suya. —N-o no te preocupes... Solo... Estaba descansando por los tacones. —exclamo sentándome de nuevo tomando el collar.

—. Darién se acerca y se sienta a mi lado tomando el collar en sus manos. —Dejame ponerlo...

Mi pecho sube y baja acelerado por el rose de sus dedos, cierro los ojos evitando el nerviosismo que causa en mi su sola presencia, Darién se acerca a mi cuello para abrochar el collar y puedo oler en mi nariz su fragancia embriagante, los bellos de mi cuerpo se erizan por la cercanía, siento su aliento golpear mi cuello y las ganas de llorar se apoderan de mi pero intento contenerlas, su rostro se aleja lo suficiente para quedar frente al mío, sus ojos se clavan firmemente en los míos escudriñando su interior, causando en mi una serie de choques eléctricos que recorren mis terminales nerviosas, sus manos suben a mi rostro acariciando mis mejillas y sin poder evitarlo sus labios se acercan lentamente besando el borde de los míos, cierro los ojos sin tan siquiera moverme... Así... aquel beso se hace más íntimo, más largo, más efímero, más tierno, más bello y en ese instante parece que todo lo demás ah desaparecido. De pronto se aleja bruscamente y puedo notar el dolor en su mirar, se aleja de mi y baja la mirada tal vez arrepentido por lo que ah sucedido.

—. Lo siento... —murmura poniéndose de pie.

—. No te preocupes, yo... Eh... No pasa nada... —exclamo bajando la mirada arrepentida.

—. No debí besar a una mujer comprometida... —levanto la vista sorprendida, ¿Como lo sabe?

—. ¿Quien... te... Lo dijo? —pregunto de pie admirando su rostro.

—. No vivo en una choza... Sabes que todo se llega a revelar algún día... —me mira y sonríe con hipocresía.

—. Darién yo...

—. Nadie encuentra a su alma gemela a los siete años... Porque habría de ser diferente para mí... En fin. —dice soltando un suspiro —solo deseo que seas feliz... —se aleja sin poder siquiera explicar nada, el ver el dolor reflejarse en su mirar me dice que él aun me ama.

Me quede ahí... Totalmente destrozada, queriendo desaparecer de este mundo, buscando una oportunidad para dejar de sentirme así de miserable.

Sin más que hacer me veo obligada a regresar a la fiesta, camino a la mesa donde esta mi madre que me mira intullendo tal vez lo que ah sucedido, me siento en silencio y me quedo mirando a la nada pensando en una y mil cosas y a la vez deseando desaparecer, la fiesta empieza y los novios hacen su acostumbrado baile de parejas, de pronto invitan a los demás asistentes a hacerles compañía y veo a Darién entrar a la pista acompañado de una joven de cabellos negros azabache largos y sedosos, cuerpo delgado y rostro bello, ellos sonríen divertidos y entonces mis celos se disparan, mi cuerpo arde cual chimenea e intento por todos los medios disimular aquel malestar que aqueja cada célula de mi ser. Darién la toma de la cintura y ella enlaza sus manos por encima de sus hombros, se miran de una manera poco usual y sus mejillas se acercan hasta quedar juntas... —¿Qué demonios está pasando aquí? —me pregunto sin dejar de mirar en su dirección.

—. ¿Cariño estás bien? —pregunta mamá tocando mi mano.

—. Reaccionó de inmediato volteando mis ojos hacia ella. —emm... Si, si mamá estoy... Bien... —bajo la mirada —voy... Al baño, en un momento regreso. —sentencio mientras me pongo bruscamente de pie con la intención de alejarme.

Camino entre la gente intentando desaparecer de aquel lugar, no puedo seguir en aquel sitio, camino a prisa por el jardín, los tacones se entierran en el pasto y sin pensarlo me los quitó. Mis pies sobre el césped frío... Se siente extraño y aunque arrastró el vestido es lo último que me importa... Cruzo un pequeño puente de madera aquel jardín es enorme y precioso, de pronto me encuentro llorando, mis lágrimas escurren por mis mejillas, alcanzo a ver un enorme y frondoso árbol, las ramas caen como cascada tocando algunas el césped con las puntas, el pequeño arrolló corre por debajo y la curiosidad me mata, con mis manos hago a un lado las ramas y me adentró, es hermoso, realmente bello y parece que no solo a mi me encanta... Supongo que alguien más ya lo ah visto y disfruta de el pues un columpio cuelga de sus frondosas ramas, me siento en el, solo pensando en lo que ah sido de mi vida...

Limpio mis lágrimas intentando recuperar la cordura, el viento sopla sigilosamente moviendo las hojas de un lado a otro, que tranquilidad...

—. Parece que a pesar de todo no puedo alejarme de ti... —escucho una voz que me hace sobresaltar.

—. Volteo y es Darién, me observa afligido con la mirada llena de tristeza. —¿A qué estás jugando? —pregunto molesta.

—. ¿A qué te refieres? —pregunta acercando sus pasos un poco más.

—. ¿Terminaste de bailar con tu novia y ahora vienes aquí conmigo? Por favor déjame tranquila... —murmuro soltando la cuerda que sostiene el columpio.

—. Darién sonríe burlón moviendo de un lado a otro su cabeza con las manos entre los bolsillos. —No es...

—. ¿Te burlas de mí? —pregunto furiosa dándole alcance.

—. Él levanta la mirada y de un par de sancadas se acerca hasta quedar frente a frente, me toma de la cintura fuertemente y me mira directo a los ojos. —¿Estás celosa? —gruñe sujetando mi cuerpo aún más cerca del suyo.

—. Las rodillas me tiemblan y me siento incapaz de articular palabra alguna estando tan cerca de sus labios. —N-o no... Estás loc...

Calla mis labios con lo suyos, parece que no podemos estar cerca uno del otro sin dejarnos llevar por el deseo que por tantos años quisimos ocultar, su mano derecha sube hasta mis cabellos ahogando mis labios con los suyos juegueteando con mi lengua al punto que resulta difícil respirar.

—. Pega su frente a la mía aún con los ojos cerrados recuperando el aliento. —Soy incapaz de alejarme de ti... Aún te amo... Aún soy tuyo, siempre lo eh sido... —murmura en mi rostro.

—. Yo... Darién... —pienso dejarme llevar pero inmediatamente la imagen de Seiya se posa en mi cabeza. —no puedo hacer esto... —me alejó repentinamente de su cuerpo.

—. ¿Lo amas? —pregunta repentinamente.

—. Si... —susurro por lo bajo.

—. Darién me mira con ojos cristalizados y levanta su rostro sonriendo con hipocresía, una lágrima rueda por su mejilla pero el la limpia casi de inmediato. —si es así... No ay más que decir... Espero que seas feliz... —murmura mientras da la vuelta y se aleja sin darme tiempo a reaccionar.

Probablemente me arrepentiré de todo esto pero sé que hago lo correcto, tengo un compromiso con Seiya y lo quiero, él siempre ah estado junto a mi, me ah apoyado y sé que seré feliz de su mano...

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