Cap. 9 -. Tu eres la razon

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Tal vez lo que hice realmente acabará por terminar mi amistad con Serena, aún no puedo creer que la bese, pero... Al recordar el sabor de sus labios y la textura de ellos se encendió en mi una ardiente llama que consumía enteramente mi ser, como decirle que en realidad siento algo profundo por ella, no podría jamás hacerlo.

Lo único que me queda es seguir adelante y buscar no perder su amistad, en fin... No salí para nada, me quedé en casa jugando video juegos tratando de dejar atrás los momentos que antes habíamos vivido pero por más que lo intentaba no podía, breves fragmentos llenos de recuerdos inundaban mi cabeza y hacían aún más difícil concentrarme en lo que hacía.

Al día siguiente salí de casa y toque el claxon esperando a Serena para llevarla a la escuela pero su madre salió y me comentó que ella se había ido hacia ya un rato, me sorprendí pues siempre me esperaba, tal vez habría hecho aquello por lo que habíamos pasado el día anterior, emprendí el camino a la escuela inmerso en mis pensamientos, tratando de mantener la calma, al llegar me encontré con una escena poco agradable, Seiya estaba con ella y la hacía sonreír, en sus manos una rosa roja, seguro él se la había obsequiado y me desquició el verla tan contenta.

—Gracias por la rosa pero no era necesario... —dijo Serena sonriendo.

—. Claro que lo era, la mereces, creo que la cita no salió como yo había deseado y me comporte como un completo idiota, lo siento Serena de verdad. —Seiya estaba sorprendido por lo que había hecho, para él era nuevo aquel sentimiento que surgía cuando estaba con ella, jamás le había regalado flores a nadie y ahora lo había echo debido a ella.

—. Nunca me habían obsequiado una rosa, es hermosa, lamento igual como terminó la cita, no te disculpes por nada. —ella lo tomo del brazo y él se erizo por el toque de sus manos y sonrió tontamente.

—. ¿Te parece si repetimos esa salida? Solo si tú quieres, no quiero precionar. —Serena sonrió y acepto la invitación, pensó en mi pero al recordar mis palabras su tristeza aumento y aún más desidida acepto salir con él.

—. Está bien, saldremos de nuevo, pero ahora yo elijo lo que haremos ¿vale? —Seiya sonrió y acepto encantado.

—. Entonces pasaré por ti a las siete ¿Te parece?

—. Es perfecto... Bueno te veo en clases, nos vemos.

Serena se fue y yo camine rápido hasta darle alcance a Seiya, al llegar a él lo empuje bruscamente lleno de enojo y rabia por lo que había descubierto de él.

—. ¿Que demonios? ¿Qué crees que haces idiota? —grito furioso devolviéndo el empujón.

—. Sé que todo esto de pretender ser bueno es una maldita farsa tuya, se que ves a otras chicas y que Serena no es la única, ¿Que demonios pretendes? —Seiya sonrió maliciosamente.

—. Ella jamás va a creerte y más te vale que mantengas el pico cerrado ¿entiendes? A menos que quieras que te lo rompa y que ella se entere que su amiguito me ayudó a conquistarla, será mía y gracias en parte a ti... —sonrió con hipocresía causando en mi una enorme furia.

Sentí hervir mi sangre y sin poder controlar mis impulsos le solté un puñetazo rompiendo su nariz, Seiya me miró limpiando con su mano la sangre que escurría por su nariz y queriendo devolverme el golpe se acerco a mi pero uno de los maestros que había visto todo lo detuvo.

—. Calma chicos ¿Que les pasa? !A la dirección ambos¡ —exigió el profesor.

—. !Maldito imbécil¡ Esto no se va a quedar así... —grito Seiya mientras caminábamos con el profesor.

En la dirección como era esperado nos dieron reporte y aviso a nuestros padres, saliendo de la oficina del director Serena estaba esperando por mi, al verme corrió hacia nosotros y mirándonos a Seiya y a mi pregunto que había pasado.

—. Nada... Solo molestaba a Seiya, es que pensé que te estaba molestando antes. —menti para no tener que revelar la verdad, Seiya me miró triunfante con una breve sonrisita burlona.

—. No, para nada... Estas loco, ¿Seiya estás bien? —pregunto a él mirando la sangre en su camisa. —. Dios mío Darién le rompiste la nariz, ¿Que es lo que pasa contigo? —Serena me miraba con enojo en los ojos y yo me sentía tan impotente por no poder hacer nada al respecto.

—. No te preocupes, no pasó nada, él solo se preocupa por ti, tranquila si... —comento Seiya mirándola con dulzura fingida y una sonrisa delicada.

—. Lo lamento mucho, Serena perdón...

—. No es conmigo con quién debes disculparte, ven Seiya vamos a la enfermería a que te revisen... —ambos se alejaron, Serena le tomo del brazo y Seiya le correspondió.

No puedo explicar lo que sentí, solo se que en ese preciso momento quería morir, no podía gritarle la verdad, no quería perderla y me faltaba el valor para aceptar que por culpa mía ella estaba con él, sentí un par de manos en mi espalda y al voltear era Mina que me miraba curiosa y sonriendo tan coquetamente como ella solo podía hacerlo.

—. ¿Me extrañaste ayer? —pregunto abrazándome y yo sin saber que hacer solo correspondo al abrazo.

—. Si, eh... Mucho dime ¿Estás bien? —intente disimular y prestar atención a Mina olvidandome un poco de Serena y de Seiya.

Mina se acercó a mí y me planto un beso en los labios, cruzó sus manos sobre mi cuello y yo coloque las mías en su cintura, sin darme cuenta Serena regresaba con Seiya, ambos nos vieron, ella se sintió terrible por la escena mientras Seiya sonreía burlón, las manos de Serena picaban y sudaban mientras su cabeza daba vueltas por la molestia que sentía, sintió morir, sintió caer su corazón al suelo, bajo la mirada abatida por aquel sentimiento de inferioridad e impotencia por no poder gritar lo que sentía, al separarme de Mina la ví y no supe cómo actuar mi instinto solo fue poner distancia y soltar el agarre de sus manos, Serena paso frente a nosotros y yo intenté hablarle pero ella me ignoro y siguio caminando, Mina totalmente molesta me dió alcance y me jalo del brazo haciéndome girar para mirarla.

—. ¿Porque me dejas sola? ¿Eres tonto o que sucede contigo? Sigues a esa mustia y me olvidas, ¿acaso la prefieres a ella que a mi? —estaba realmente furiosa por lo que había hecho pero en realidad no me importaba nada más que Serena.

—. Lo siento... —no dije nada más y salí corriendo tras ella dejando a Mina de brazos cruzados realmente furiosa.

Aposte al AMOR.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora