Cap. 18 -. Eres mia...

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Estando sentado ahí en el sofá ya no podía contenerme más, entonces me puse de pie bruscamente dándome cuenta que Serena me miraba algo extrañada, la verdad es que el tenerla tan cerca de mi hacia hervir mi sangre, no podía estar más tiempo así añoraba tenerla entre mis brazos, hacerle el amor pero no quería hacer nada que fastidiara lo nuestro, todo era nuevo y ella era lo más importante para mí en este momento.

—. Voy a la cocina a... ¿quieres algo...? Emm... Ahora vuelvo... —dije tratando de contener los nervios.

—. ¿Daríen sucede algo? ¿que te pasa? acaso... ¿no quieres estar conmigo? —pregunto con la mirada baja.

—. Al notar su incomodidad me acerque rápidamente a ella tomando su rostro con mis manos y levantando su mentón para tener frente a frente sus ojos. —no... Serena claro que me gustas, realmente estoy loco por ti, me encantas en serio pero...

—. ¿Pero que? —exige.

—. No quiero arruinarlo, no quiero hacer nada que te incomode o que te haga alejarte de mi, eres lo más importante que tengo, jamás pienses que no me gustas porque la realidad es que me encantas, me fascinas, me vuelve loco tú sola presencia. —la abrazo y la beso.

Ella sonríe tímida mientras acaricia mis mejillas con sus dedos, la veo tan hermosa, tan sexi, tan sensual que realmente millones de mis neuronas enloquecen por tenerla entre mis brazos, ¿es algo extraño desearla tanto? Es mi mejor amiga y deseo con todo mi ser hacerla mía, besar cada centímetro de su piel, devorar sus labios con mi boca y amarla tanto como si no hubiera mañana.

—. ¿Tú... Quieres esto? ¿Estás segura? —pregunto algo nervioso.

—. Ella se hacerca y me regala un corto pero tierno beso en los labios. —te quiero a ti... Sin importar nada.

—. Quiero que sea especial, podría haber sido aún mejor... —confieso bajando la mirada.

—. Ella toma mi barbilla y sube mi rostro sonriendo para mí. —cualquier momento es especial en tanto estemos juntos, ¿que más romanticismo quieres? Estamos solos en una hermosa cabaña, nada de ruido, solo el lago, las estrellas y la luna que son testigos de nuestro amor, solo te necesito a ti...

Entonces casi al borde de la histeria la tomo en brazos y camino hasta mi alcoba, al llegar cierro tras de mí la puerta y la planto lentamente en el suelo, ella me observa llena de nerviosismo, esta será la primera vez para ambos y estoy muriendo del miedo, me acerco y la abrazo atrayendo su cuerpo hacia mí, pego mis labios a los suyos y siento como su boca se abre dándole paso a mi lengua, juego con la suya sintiendo en mis labios el delicioso néctar de su saliva que me exita a cada momento.

Mis manos bajan hasta su cintura y acarician su piel bajo la camiseta, siento su piel erizar y la mía tambien, mis labios buscan su cuello bajan hasta el besando cada centímetro dejando en el rastros de mi amor, ella arquea la cabeza con los ojos cerrados disfrutando el momento, sus manos suben por mi espalda desnuda acariciandome lenta y dulcemente, mis dedos recorren su abdomen hasta llegar a sus pechos desnudos, puedo sentir como mi exitado ego se incha bajo mis pantalones, ella gime por el delicioso toque que dejan mis dedos sobre sus pezones endurecidos.

—. ¿Estás segura Serena? Porque creo que ya no tengo voluntad para detenerme... —siseo en su oído mientras sus manos bajan hasta el borde de mis pantalones.

—. No te detengas... —responde con éxtasis en sus palabras.

Subo lentamente su camiseta por sobre sus hombros hasta retirarla por completo, contempló sus perfectos pechos su abdomen plano y su piel tersa, ella baja mis pantaloncillos hasta desasherse de ellos, puede notar mi imponente erección frente a su rostro y entonces sin siquiera pensarlo y sin yo esperarlo baja mis boxers y toma mi exitado miembro entre sus manos y lo desliza poco a poco dentro de su boca lamiendo cada centímetro de el, esto me vuelve loco y solo puedo gemir y gemir exitado hasta el punto de soltar varios rugidos que resuenan en la habitación, instintivamente tomo su cabeza y le marcó el paso a seguir, jamás había experimentado sensación así, siento que mi pene está apunto de explotar en su boca, la tomo en mis brazos mientras ella enrolla sus piernas en mi cintura besándome con ardiente deseo.

—. Me estás volviendo loco... Te amo mi pequeña traviesa.

—. Hazme tuya es lo que más deseo... —sisea en mi oido mientras su lengua lame mis pómulos haciéndome enloquecer.

La recuesto en la cama y con mi húmeda lengua bajo por sus pechos, sus pezones, su abdomen hasta llegar a su parte más íntima, retiro su pequeño shorts y hundo mis labios entre sus piernas haciendola enloquecer al primer toque de mi lengua en su clitoris, ella arquea su espalda consumida por el torrente de espasmos que acaparan todo su cuerpo, sus gemidos se escuchan por toda la habitación mientras yo tomo mi miembro con una de mis manos y lo masajeo de arriba abajo haciéndolo crecer aún más, puedo saborear en mi boca el jugo de su intimidad, me levanto y subo de nuevo para besar sus labios, ella abre aún más las piernas como dándome su permiso para entrar, tomo mi erección y la hundo suave y lentamente en ella, por un segundo su rostro refleja dolor al penetrarla y romper su imen pero al moverme un poco más ella lo olvida y solo disfruta de este fantástico momento, beso su cuello mientras mi pelvis sube y baja sacando y metiendo nuevamente mi ereccion en ella, no pasa mucho tiempo antes de sentir que su cuerpo se contrae y su piel se eriza dejándole sentir espasmos de placer que se disparan desde su clitoris avanzando por todo su cuerpo, un orgasmo glorioso se apodera de su ser haciéndola gemir tan alto y tan fuerte que eso provoca en mi unas terribles ganas de correrme así que lo hago, dejo que mis sentidos se desboquen e inunden mi cuerpo y cada partícula de mi cuerpo, el glorioso momento de este orgasmo que había estado guardando en mi solo para ella.

Se ah entregado a mi y yo a ella, hemos sellado nuestro amor con este hermoso encuentro que ahora me llena de inmensa felicidad, la amo más que antes por ser ella la primera mujer en mi vida, totalmente agotados por hacer el amor nos recostamos uno frente al otro mirando nuestros ojos, mi mano sube a su rostro y acaricio sus mejillas, ella me sonríe y me besa en los labios delicadamente.

—. Gracias por esto, es la mejor noche de mi vida... Te amo Darién... —dice mientras sus piernas suben sobre mi cintura.

—. Gracias a ti por ser mía y por no abandonarme, esta noche a sido la mejor de mi existencia, te amo mi pequeña traviesa. —acaricio sus piernas desnudas y sonrió para ella.

Nos acurrucamos uno junto al otro mientras dejamos que el sueño nos envuelva, dormimos cansados y totalmente enamorados.

Aposte al AMOR.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora