Capítulo 2

2.4K 151 17
                                    


Ella empezaba a preocuparse. Él estaba muy quieto y su respiración era acompasada y regular. ¿Qué debía hacer? ¿Despertarlo o algo? Ahora mismo él tenía un paño con agua fría en su frente para poder bajar la fiebre.

Marinette miraba a Tikki preocupada.
¿Y si había pillado una pulmonía?

—Marinette, relájate. —la alentó su pequeña mancha roja. —Él está durmiendo ahora mismo. Creo que lo mejor sería que lo despertaras, y le dieras una pastilla. —dijo con una pequeña sonrisa consoladora.

La azabache posó de nuevo su vista en Chat. Le dolía ver a su felino amigo así, pero Tikki tenía razón. Si quería verlo de nuevo haciendo sus locuras gatunas, debía despertarlo.

—Tienes razón, Tikki. —dijo acariciando los cabellos rubios de su amigo. —Si no se toma algo, será peor para él.

La pequeña motita roja se fue a la estantería que Marinette tenía detrás de su cama, y observó la escena atenta.

Ella sabía quien se escondía detrás de la máscara, y se preguntó el porqué hacía todo lo contrario en cada una de sus facetas. Pero ahora que lo pensaba, la realidad llegó de inmediato a su cabeza.

En su formal civil, él, según lo que había descubierto Marinette los últimos meses que lo estuvo espiando, era que tenía demasiadas actividades, y su vida era bastante repetitiva, por ello, imaginó que cuando se convertía en Chat Noir, no tenía el porqué  esconderse de nada, y podría hacer lo que le diera en gana.

No lo había pensado nunca.

Por otro lado, la azabache empezó a zarandear suavemente al rubio por los hombros.

—Chat... —susurró dulcemente la adolescente mientras miraba el rostro de su amigo. —Hey Chat...

El rubio empezó a moverse mientras escuchaba medio dormido como alguien lo llamaba a lo lejos. No podía distinguir, ya que esa voz era demasiado débil.

—Chat, despierta... Necesito que te despiertes. —Marinette puso su mano en la mejilla del adolescente, y empezó a acariciarla con delicadeza.

El gato negro empezó a abrir su ojos al reconocer la voz de Marinette. Quería verla, era una necesidad que se acababa de instalar en su cuerpo.

—Marinette... —dijo el rubio cuando abrió sus ojos lentamente.

Pudo observar como su compañera de clases le sonreía con dulzura, y sentía como ella tenía su mano en una de sus mejillas. Aquella acción reconfortó demasiado al rubio.

El corazón de Marinette se relajó al ver que él estaba despierto, pero su voz seguía igual que antes de desmayarse.

—Chat, debes tomarte una pastilla. No debes resfriarte. —dijo la de coletas mientras se separaba del rubio.

Éste de inmediato la paró cogiéndola del brazo. Ahora mismo lo único que él quería era un abrazo de aquella azabache.

—¿Puedes abrazarme? —dijo mirando los ojos celestes de su compañera. Aquella propuesta sorprendió a la chica. —Necesito un abrazo ahora mismo. —dijo quitando la mirada de la Cheng, para posarla en la manta con la que estaba tapado.

La azabache se inclinó y abrazó a su felino amigo con delicadeza. Él hizo un movimiento que hizo que la azabache estuviera más cerca de él, y empezó a acariciar su espalda.

Probablemente la fiebre le estaba haciendo delirar, por que estar en esas confianzas con Marinette, era algo nuevo.

Por otra parte, la mencionada tenía la mente en otro sitio. No tenía relación con Chat en su forma civil, y que ahora él le acabara de pedir un abrazo, era bastante extraño para ella.

one last time ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora