La nieve empezó a caer lentamente, adornando las calles de un color blanco. El frío seco que se daba en Francia, soplaba a sus anchas por las avenidas de la gran capital del amor: París.Bajo sus pies, la nieve la acompañaba. Su extraña sensación de que algo no iba bien, empezó justo cuando comenzó a nevar.
No sabría decir porque. La verdad, era una de esas ocasiones en las que tu intuición te lo dejaba caer, y no podías estar tranquila. Era como nadar con un tiburón en una piscina; podrías nadar con él, pero nunca estarías tranquila.
El vaho salió de sus labios, y sus mejillas se tiñeron de un adorable rojo. Puso sus manos encima de sus mejillas, para darles calor. Giró la vista, encontrándose a sus dos amigos morenos, cogidos de la mano, sonriendo.
Se imaginó a su rubio favorito y a ella cogidos de la mano, e inevitablemente su cara se volvió más roja debido a su pensamiento.
—¡Marinette! —una voz muy conocida para los tres amigos, se dejó escuchar.
La chica de coletas paró en el acto y observó a Chloé acercarse con Julen, con una cara bastante preocupada.
—¿Qué pasa, Chloé?
La rubia negó con la cabeza, cogiendo a la azabache del brazo, y apartándola de los oídos curiosos.
—Aquí la pregunta sería ¿dónde está Adrien? —preguntó la hija de los Burgeois, un poco alterada.
Su mejor amigo de la infancia estaba desaparecido, no respondía a ninguno de sus mensajes. Incluso había llamado a Natalie, pero nadie estaba por la labor de darle respuestas.
Y la última persona que estuvo con él, fue Marinette (se lo había confesado anteriormente, en el pequeño descanso).
La garganta de Marinette se cerró —No tengo ni idea.
Chloé emitió un chasquido con la lengua, llevándose las manos a la cabeza —Debemos ir en cuanto antes. No podemos dejarlo más tiempo así —la rubia cogió a la azabache y se la llevó de la mano —. Además, hay algo en esta situación que no tiene buena pinta.
Cuando las dos amigas empezaron a caminar hacia sus amigos, una gran explosión se escuchó a lo lejos. Todas las personas que estaban ahí, empezaron a gritar y correr aterrorizadas.
Las pupilas de Marinette se achicaron, y sintió una corriente eléctrica pasar por toda su espalda.
La mano de Chloé se apretó en su brazo, sacándola del pequeño estado de shock en el que había entrado. Giró la cabeza, para ver a Alya y Nino mirarla con severidad.
La azabache asintió con la cabeza, y todos empezaron a correr.
—¡Chloé! —la voz de Julen se escuchó a lo lejos, cosa que hizo parar a la rubia en el acto.
Los demás héroes pararon también al ver que la pequeña Burgeois se paraba de insofacto.
—Chloé, ¿qué haces? ¡Debemos ponernos a cubierto! —la desesperación en la voz del chico, hizo que el corazón de la abejita diera un vuelco.
—No puedo ir contigo, Julen —todas las demás personas, observaban alejadas el pequeño momento que se estaba dando entre ellos. La rubia se giró, observando atenta al chico de ojos verdes.
—¿Qué? —sus pupilas se movían, preocupados alrededor del cuerpo de la chica —¡Claro que si! Debemos irnos en cuanto antes.
La garganta de Chloé se cerró unos segundos, y se acercó a él. Sus ojos estaban conectados, y sus corazones palpitaban con fuerza. La rubia posó con delicadeza sus manos en las mejillas del chico, y las acarició con cariño.
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one last time ✔
Fanfiction"Solo una última vez... Una última vez déjame dormir a tu lado. Déjame ser quien te cuide en tus noches de insomnio. Quien te apoye cuando nadie más lo haga..." Solo te quiero de vuelta, Marinette... Una declaración que no había salido como a nuest...