Capítulo 14

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Marinette.

Gracias a quién sabe qué, el timbre sonó, dándole cierta alegría a mi cuerpo. Bostecé a la vez que estiré mi cuerpo, y Alya me miró con cierta gracia.

—Parece que llegar pronto te pasa factura.

Resoplé. —¡Alya!

Entre risas, las dos salimos y nos dirigimos a la cafetería en busca de algo para meternos al cuerpo. Estar dentro de esa clase pensando siempre me da hambre. Las dos nos adentramos en ella, y Alya cogió unas galletas mientras que yo cogí un croissant junto con un zumo de manzana.

Empezamos a hablar de cosas triviales hasta que por el rabillo del ojo, vi a Nino junto con Adrien mirando la cafetería con atención. Adrien estaba igual que Nino, pero al vernos a Alya y a mi, nos señaló con su cabeza, y rápidamente el de la gorra roja nos localizó.

Empezaron a acercarse a nosotras, y yo la verdad, después de la charla de Adrien, mi cuerpo estaba un poco más relajado, aunque aún duele; y la verdad es que también me jode, pero bueno, la vida es así, ¿no? Te pone rocas que tenemos que atravesar para poder seguir adelante.

—Oye, Mari. —la voz de Alya me sacó de mis pensamientos. —Como vas con lo de Adrien... —sentí su mirada intentando analizarme, y me dio a entender que era para no hacerme sentir incómoda.

Sonreí y la miré con sinceridad. —Hemos estado hablando... —miré de nuevo, y vi como se encaminaban hacía nosotras, dándome el tiempo justo para responder. —Y bueno, somos amigos, aunque aún siento cosas por él, es obvio.

—¿En serio? ¡Me alegro mucho, remolino!

Asentí con la cabeza, y cogí mi zumo para empezar a beber. —El viernes hemos quedado para ir a la pista de hielo. —dije justo antes de que Nino le diera un beso en la mejilla a Alya.

Sonreí como una tonta al verlos, y me alegré por mi amiga. Es tan atenta y buena conmigo, que me alegraba de que Nino le pusiera su mundo al revés. Sentí la presencia de Adrien en mi lado, y como silenciosamente, empezaba a comer. Para darles privacidad a mis amigos, giré mi cuerpo hacia Adrien y sonreí.

—Que aproveche. —dije viéndolo comer un bocata bastante grande.

Él me miró a la vez que comía, y no pude evitar soltar una gran carcajada. Me observó unos momentos y también empezó a reírse. Cuando ya nos relajamos, pasó una servilleta por su boca, quitando todo rastro de comida.

—Gracias. —sonrió. Su sonrisa hizo que mi estómago hubieran mariposas, pero esta vez, intenté no hacerles caso.

Como si de un ángel se tratara, Luka apareció por la puerta de la cafetería junto con Julen. Mis ojos se abrieron como platos, y rápidamente levanté mi mano para poder llamar su atención. Julen me miró y me sonrió, para después darle un codazo a Luka y que se percatara de que yo estaba allí.

Sonreí y Posé de nuevo la vista en Adrien. Miraba con muy mala cara en la dirección en la que venían Lula y Julen, y ladeé mi cabeza mirándolo con curiosidad. Cuando se percató de que lo estaba mirando así, sus mejillas se pusieron rojas, e intentó "esconderse" con el bocata. Una sonora carcajada se escapó de mi garganta mientras lo miraba, y le revolví el pelo.

—¡Ya era hora de que se acabara la primera jornada! —la voz de Julen hizo que Alya y Nino dejaran de estar encaramelados, y observaran al ojiverde con curiosidad.

—Si, una hora más, y no salgo vivo de ahí. —Luka dijo mientras se sentaba delante de mi, y me guiñaba un ojo.

Alya movió su mano. —Nosotros también, aunque con Marinette se pasan las horas volando.

Todos los de la mesa pusieron sus ojos en mi, y empezaron a reírse. Mis mejillas se pusieron rojas, y como Adrien hizo antes, cogí mi croissant e intenté esconderme con él.

—No diría lo mismo de Luka. —dijo Julen mientras movía el vaso que tenía en la mano. —Se la pasa suspirando y escribiendo sobre...

Luka le tapó la boca con la mano—Creo que ya has hablado de más, bocazas.

Sonreí, y le di un mordisco a mi croissant mientras los demás empezaron a hablar de cosas triviales. Los miré a todos hablar agradablemente, a excepción de Adrien. Tenía la vista puesta en su plato, y de vez en cuando sacaba su teléfono para ver la hora.

Toqué su hombro con delicadadeza sin que los demás me pusieran atención; él dio un pequeño respingo, pero al verme, sonrió levemente.

—¿Te encuentras bien?

—Yo...

—¡Hola chicos! —una tercera voz se escuchó, llamando la atención de todos. Quité la vista de Adrien y la posé en Chloé, que estaba delante de la mesa, sonriéndonos. —¿Me puedo sentar?

—¡Claro, ponte aquí a mi lado! —la voz de Julen fue la que más resaltó de los seis que habíamos en la mesa. Empujó un poco a Luka para dejarle sitio a Chloé.

Luka se quedó un poco desconcertado, y casi se cae del suelo, lo que hizo que Adrien y yo rieramos por la bajo.

—¿Qué tal la clase, Chloé? —preguntó Julen con demasiado interés, diría yo.

—Bua, siempre igual de aburrida, pero bueno... ¿Y a vosotros? —dijo preguntándole también a Luka, pero su atención estaba puesta en Julen.

Humn, yo huelo a romance por aquí. Pensé a la vez que sonreía y veía a Chloé coquetear. Ella había dejado de coquetear con Adrien desde que vio que no podría hacerle cambiar de sentimientos por aquella "chica misteriosa" de la cual estaba pilladísimo.

Creo que debí seguir el mismo ejemplo que Chloé.

Ilusa de mi creer que yo le podría gustar a Adrien Agreste.

—Tengo muchas ganas de que llegue el viernes. —escuché la voz de Adrien susurrarme por la bajo. Posé mi vista en sus esmeraldas, y sonreí.

—Yo también.

—¿Qué pasará el viernes? —la voz de Luka hizo que me sobresaltara. Todos en la mesa dejaron de hablar de sus temas, y posaron la vista en Luka, que como la tenía puesta en Adrien y en mi, rápidamente las miradas también se dirigieron a nosotros.

Mordí mi labio muerta de la vergüenza, y miré a Alya en busca de ayuda. Ella captó el mensaje, por ello carraspeó su garganta para llamar la atención de todos.

—Adrien y Marinette irán a la pista de hielo ese día.

El alma cayó a mis pies y me congelé por unos segundos. ¡Cómo era capaz de decir eso! En verdad, no había recibido el mensaje como yo. Maldición, no quería que nadie lo supiera. Bajé la vista al suelo, y observé mis pies, que se movían con nerviosismo.

—Si, es verdad. Iremos a la pista de hielo. —la voz de Adrien me dejó sorprendida, dejándonos a todos en un completo e incómodo silencio.

Yo miraba a Alya con una cara asesina y sentí a Tikki moverse en mi bolso. Supongo que habrá detectado las malas palabras que le estaba diciendo a mi amiga internamente.

Una idea se cruzó por mi cabeza rápidamente. —¿Podría venirse Luka? También los demás, si quieren.

—No creo que... —dejó escapar de sus labios Adrien, hasta que otra voz lo cortó.

—Yo voy encantado, ¿por qué no invitas a Kagami, Adrien? Como aquella vez. Sería divertido. —Luka no me miraba a mi, sino que sus ojos estaban clavados en Adrien.

El timbre sonó indicándonos que ya era la hora de volver a clase. Suspiré, y salí escopetada de la cafetería, cogiendo a Alya por el brazo. Teníamos clase de física y química, y por primera vez, lo agradecí internamente.


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u ain't my bf... n i ain't ur girlfriend...

uuh, esa canción identifica más o esta historia xD

Wee, m voy :v

Au revoir 🚀✨

one last time ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora