Adrien.
Comprendí entonces, que gracias a Luka, ella había podido salir adelante. No estaba como esta mañana, al contrario. Sus ojos no estaban tan apagados, y su sonrisa era un poco más tímida.
—No, no. Chat, no me molestas, solo que me extraña ahora tu interés hacia mi. —ella se acercó a mi y me cogió la mano.
Por mi espina dorsal pasó una especie de electricidad, cuando ella posó su mano con la mía. Apreté con fuerza su mano, y clavé mi vista en sus ojos celestes.
Ella sonrió, y posteriormente me abrazó. Creo que en este momento no hacían falta las palabras por parte de ninguno de los dos, las acciones ya nos lo decían todo. De pronto, empecé a sentir un llanto en mi pecho, y mi corazón se apretujó.
Marinette estaba llorando, y era por mi culpa. La abrace más fuerte, e intenté acercarla aún más a mi si eso era posible, y dejé que descargara toda la adrenalina que llevaba encima.
Sobé su pelo, y puse mi barbilla en la coronilla de su cabeza. No podía hacer nada, más que dejarla llorar. No iba a presionarla a que me dijera lo que le ocurría, sería aún más cruel.
Con cuidado, empecé a caminar hacia atrás, e hice que se sentara junto a mi en su diván. Ella seguía abrazada a mi con fuerza, mientras las lágrimas aún caían por sus mejillas.
Cuando por fin logró calmarse, se separó de mi, y posó su ojos celestes en los míos. Sentí un escalofrío al ver sus ojos apagados, sin vida... Todo por mi culpa.
Llevé mi mano a su mejilla, y empecé a quitar todo rastro de lágrimas.
—¿Qué ha pasado, Marinette? —dije haciendo leves caricias en su mejilla con mi dedo pulgar.
Ella sorbio su nariz y me miró.
—Hoy me he declarado al chico que me gusta. —apartó su vista de la mía. —Y me ha rechazado. —puso la mirada en el suelo, y vi como se perdía en sus pensamientos.
Torcí mi boca e hice que me mirara.
—Entonces eso quiere decir que no era el indicado para ti, ¿no crees? —dije intentado subirle los ánimos.
Ella poso de nuevo su Vista en la mía. —Pero él me dijo que también gustaba de mi, pero que su sentimiento era más fuerte hacia otra persona. —ella me miró, y sentí como mi corazón se volvía a romper.
¿Cómo he podido destruir los sentimientos de una persona tan hermosa, tanto por dentro como por fuera?
—Y... ¿Qué piensas al respecto? —dije mientras la acomodaba más cerca de mi.
Ella suspiró, y empezó a rascarse la parte trasera de su cabeza. Mordió su labio, y puso su vista en el suelo.
—Honestamente, creo que debo seguir adelante. No puedo esperar por alguien a quien ya tiene otra persona en su corazón, ¿Sabes? —sus palabras fueron como dagas directas a mi corazón.
Quiero a Marinette un montón, y no quiero que se olvide de mi, pero... La entiendo perfectamente, y sé que lo mejor será dejarla ver nuevos horizontes.
Y fue ahí cuando me di cuenta de que Marinette me gustaba mucho más de lo que yo pensaba, pero ahora demasiado tarde. La había rechazado tontamente por una persona que ya me ha rechazado millones de veces.
Suspiré y quite mi mano de la mejilla de Marinette. —Si te sirve de consuelo, yo también estoy jodido en eso del amor.
Me tiré hacia atrás en su diván, y ella imitó mi acción. Los dos mirábamos el techo, con los sentimientos a flor de piel.
—¿Qué sucede, Chat? —la dulce voz de Marinette me trajo de nuevo al mundo.
—Hace tiempo me gusta una chica, pero ella siempre me rechaza, y me acabo de dar cuenta de que he rechazado a una de las mejores personas en el mundo. —mi vista de clavó al lado contrario de ella.
Había sido muy directo, y a lo mejor se daba cuenta de que yo era Adrien en realidad, pero quería aunque fuera indirectamente, que supiera que me dolía tanto como a ella ese rechazo.
Ella cogió mi mejilla, e hizo que girará mi cabeza para mirarla. Sus ojos brillaban, y su sonrisa era un poco tímida. Su flequillo se iba un poco para adelante, pero aún así, era preciosa.
Apreté mis ojos con fuerza y rabia. ¡Por qué seré tan idiota!
—Chaton, lo mejor será que te olvides de ella como yo me voy a olvidar de él. —abrí mis ojos abruptamente.
—¿Y quien fue quien te rompió el corazón? —imité su acción, y puse mi mano en su mejilla.
Ella apartó sus ojos celestes de los míos y posó la vista en el suelo. Su ceño se frunció, y achinó los ojos un poco.
Sabía que estaba pensando en decirme o no el nombre de "aquel" estúpido que le rompió el corazón, que simplemente, era yo.
Suspiré y por acto de inercia, levanté su vista. Ella de nuevo puso sus ojos en los míos. Sentía como chispas ardían dentro de mi, y las ganas de besarla se hicieron reales.
Ella empezó a acercar su rostro al mío. Empezó a cerrar los ojos a cada centímetro que se acercaba más a mí. Mi sangre empezó a correr más rápido por mis venas, y acerqué mi cara a la suya.
Cerré los ojos, y sentí el roce de sus labios con los míos. Un sentimiento extraño se incrustó en mi estómago, e hice el amago de besarla. Los dos rozabamos nuestros labios, pero nadie hacía el primer paso.
La cordura volvió a mi cuerpo, junte su frente contra la mía, y aparte delicadamente sus labios de los míos.
—Marinette... Esto está mal. —dije un poco dolido. —Sabes que lo que hacemos es para olvidarnos de aquellas personas que nos han roto el corazón.
Ella tenía sus ojos cerrados mientras yo hablaba. Su cercanía me ponía los nervios a cien, como no, ella es increíble, pero ahora mismo no me siento completamente sincero si la beso.
Suspiró y se separó de mi con la vista gacha. Joder que raro, yo siempre cagándola. Rápidamente se separó de mí, y se sentó al lado mío en su diván.
Mordí mi labio, y me senté en el pequeño diván a su lado. Los dos desviabamos la vista del otro, hasta que pude sacar un tema nada raro en mi.
—Bueeeno. —alargue la "e" y me estiré en el sillón y puse mi cabeza en las piernas de Marinette. Abrí mis ojos e hice pucheros. —¿Podrías traerle a este gatito un poco de quiché? —ella empezó a reírse y una sonrisa se instaló en mi cara. —Soy un gato abandonado al cual nadie quiere.
—Deja de actuar ya, Chat. Eres malísimo. —con cuidado, me aparte de ella para que fuera a la cocina a por quiché.
Subí a su cama, y la esperé allí. Cuando llegó allí, empezamos a hablar. Empecé a conocer un lado de Marinette bastante divertido y adorable. Era increíble la soltura que tenía conmigo al hablar, no como con mi otro yo. Supuse que era por que le gusta Adrien.
De un momento a otro, ella abrió sus ojos como platos.
—¡Mañana es la visita al Louvre! —ella llevó la palma de su mano a su frente. —¡Se me había olvidado por completo!
Abrí mis ojos también. No me acordaba que mañana íbamos todo el día gracias al sector de plástica, que nos habían organizado una excursión para poder intentar copiar algún cuadro o escultura.
Cosa que no haría en mi vida.
—Entonces, será mejor que me vaya. Ya es muy tarde. —dije de una manera exagerada.
Ella me miró horrorizada. —Está bien.
Cogí su mano, Le di un beso en ella y salí corriendo como alma que me lleva el diablo. Necesitaba un cuaderno especial con hoja especial, y se me había olvidado por completo.
Bah, mañana le diré a Nathalie que lo necesito urgente, y ya está.
Llegué a mi casa con una sonrisa amplia en la cara. Si es que, no soy más inteligente por que no soy más mayor.
Le di queso a Plagg, me cambie y me metí en la cama.
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one last time ✔
Fanfiction"Solo una última vez... Una última vez déjame dormir a tu lado. Déjame ser quien te cuide en tus noches de insomnio. Quien te apoye cuando nadie más lo haga..." Solo te quiero de vuelta, Marinette... Una declaración que no había salido como a nuest...