Capítulo 12

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Marinette.

Todo se quedó en completo silencio. Las caricias que Chat me daba en la mejilla, no habían cesado, al contrario, se hicieron más dulces, más... Suaves.

Él suspiró. —Lo siento mucho, Marinette. —dijo dolido.

Abrí mis ojos, y vi como me miraba con tristeza. Su mirada bajó al suelo. Me encogí de hombros y puse mi mano encima de la suya, que estaba situada en mi mejilla.

Él volvió a subir la mirada y mezclamos nuestros colores. Verde esmeralda y azul zafiro se encontraron, pero esta vez era diferente.... Había algo nuevo en esa mirada.

Y eso hacía estremecerme. Me acurruqué más hacia él, y nos acomodamos para ver las estrellas.

—No tienes por qué sentirlo, Chat. —dije con la mirada en el cielo. Sentí su mirada abrasando mi mejilla derecha. —En el fondo, agradezco la sinceridad que tuvo conmigo.

—Pero... ¿Ahora os lleváis bien o...? —él dejó caer la pregunta ligeramente.

Mordí mi labio y posé mi vista en él.

—Siendo sincera, aún me gusta Adrien. —mis mejillas se sonrojaron, y aparté la mirada de él. —Pero sabiendo que él no lo hace... Tendré que olvidarlo. —Suspiré y moví mi pierna.

Chat suspiró y apartó su vista de la mía.

—¿Nunca... Te has sentido como si estuvieras estancada en la misma situación? —su pregunta me sacó de mis pensamientos. —¿Cómo si hicieras lo que hicieras, se repitiera la historia una y otra vez?

Apreté su mano. —La verdad es que si... —puse mi cabeza en su pecho e hice círculos en su mano. —Haga lo que haga, va a ser lo mismo.

Mi tono era triste, y empecé a sentir el latido de su corazón al compás del mío. Aquello me puso más nerviosa, pero intenté aparentarlo.

¿Pero qué me está pasando? ¿Por qué estoy empezando a centrarme en Chat? ¿Y por qué narices también me empieza a llamar la atención Luka?

Suspiré y me levanté del pecho de Chat.

—Tengo frío, voy dentro. —dije mirando al suelo. —¿Vienes o te vas? —empecé a encaminarme hacia la buhardilla que conducía hacia mi habitación, pasando por el lado del rubio.

—Voy, voy, obvio. —dijo en tono bromista, para a continuación, hacer un salto bastante extraño.

Aquel salto llamó mi atención y empecé a reírme. Negué con la cabeza y me fui a la parte baja de mi habitación. Quedé estática.

Fotos y más fotos de Adrien me llegaron de lleno, sin recordar que las solía tener. Suspiré, y sentí la respiración de Chat en mi cuello.

—Vaya, cuantas fotos. —soltó con un tono un poco amargo.

Sin aviso alguno, me acerqué a las fotografías que estaban cerca de mi ordenador y las empecé a quitar. Sentía la mirada esmeralda de mi compañero en mi espalda, pero me era completamente indiferente.

Las iba a quitar si o si.

Por el rabillo del ojo vi como Chat se acercaba a la otra pared y empezaba a quitar las demás fotografías. Entre los dos, las quitamos todas, y él me las entregó.

Sonreí en forma de agradecimiento, y me acerqué al cajón donde solía guardar recuerdos y objetos de cuando era pequeña, y deposité las fotos con delicadeza.

Las miré por última vez, y cerré el cajón rápidamente.

Me di la vuelta y cerré los ojos.

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