Capítulo 41: ¿Nauseas?

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-¿____, estás bien?- escuché que las chicas me llamaban preocupadas, pero si me quedaba a explicarles iba a vomitar ahí mismo. Corrí escaleras arriba hacía el baño, entré en uno de los cubículos y vomité todo mi desayuno. Terminé, salí del cubículo, y me enjuagué la boca.

-¿Qué te pasó?- preguntó Cady entrando al baño junto con las chicas.
-No lo sé, me dieron unas náuseas horribles. Quizás fue el jamón.- respondí secándome la boca.
-Quizás se te bajó el azúcar, ¿quieres que te traiga una soda?- preguntó Karen.
-No, está bien, Karen, gracias.- el sólo hecho de pensar en consumir algo más me daba náuseas.

El timbre tocó y era hora de nuestras últimas dos clases.

-Vayan ustedes yo ahorita voy.- les dije a las chicas.
-¿Segura?- preguntó Cady.
-Sí, no se preocupen, las veré en el salón.-
-Ok..- las chicas salieron del baño y yo me quedé dando un respiro. Saqué de mi mochila mi cepillo de dientes y un pequeño tubo de pasta dental y me lavé los dientes muy bien. Guardé mis cosas y salí del baño.

-¿No deberías de estar en el salón, guapa?- James se me atravesó y me rodeó. ¿Acaso había estado esperando a que saliera del baño?
-Tú también deberías de estar allá.- le dije seria.
-Yo llego a la hora que se me da la gana.- guiñó un ojo.
-Bien.- traté de irme pero él me tomó del brazo.
-¿A dónde vas?, ¿y por qué estás tan pálida?- preguntó acercándose a mí.
-Es mi color, ¿qué quieres que haga?- le dije sarcástica.
-No, no, no, normalmente no te ves tan pálida...¿estás enferma?- preguntó haciéndose el interesado.
-No. Y debo ir a clase, no me quites más el tiempo.- me safé de su mano, pero él volvió a tomarme y esta vez me pegó a la pared y puso sus brazos alrededor de mí.
-Que hermosa estás...- dijo oliendo mi cuello.
-¿Tú quieres otra paliza, verdad?- le dije con repulsión.
-Sí, otra paliza pero para tu estúpido noviecito que rompió mi maldita nariz.- se acercó más a mi cara.
-Eso te lo mereces por no respetar a las mujeres.- le dije enfadada.
-Hmm...no tienes por qué hacerte la difícil conmigo..- se acercó aún más a mí.
-Aléjate de mí.- dije volteando la cara para no verlo.
-No creó querer.- tomó mi mentón y se acercó a mis labios, no lo iba a permitir, levanté mi rodilla y golpeé fuertemente su entrepierna haciéndolo caer de rodillas del dolor.
-Idiota.- le dije para luego darme la vuelta hacía mi salón.

Mis clases terminaron y yo salí de la universidad para encontrarme con Dante haciéndome señas desde su camioneta. Me despedí de las chicas y me acerqué a la camioneta. Extrañamente empecé a tener un terrible antojo por paletas de caramelo. Extrañamente ya que hace rato había vomitado todo mi desayuno.

-Dante, voy a la tienda, ¿quieres algo?- le dije desde la ventanilla.
-No, mil gracias, señorita, pero la acompaño.- Dante salió de la camioneta y me acompañó, entré a la tienda mientras él me esperaba afuera.

-¿Así que te gusta patear bolas, no guapa?- escuché la voz de James atrás de mí. Puse los ojos en blanco.
-Las tuyas sí.- le dediqué una sonrisa burlona mientras pagaba mis caramelos.
-Hmm...sabes, me fascinas demasiado.- dijo detrás mío mientras yo guardaba mi dinero y mis caramelos.
-¿Por qué? Si te pateé las bolas.- lo miré.
-Precisamente por eso, porque tú no te portas como una tonta cuando me acerco a ti. Eres un reto y a mi me encantan los retos.- sonrió de lado.
-Un reto que jamás lograrás...hazte a un lado.- le dije con seriedad.
-Uyyy...¿así pides siempre las cosas, lindura?- dijo sarcástico.
-Ella dijo que te hicieras a un lado.- Dante había entrado. James volteó a verlo pero al ver el arma puesta en su cinturón sólo levantó las manos burlón y salió de la tienda.

Dante me llevó de nuevo a la camioneta y una vez los dos adentro le extendí desde el asiento de atrás una paleta.

-Sé que me dijiste que no querías nada, pero es un obsequio por esperarme todo el día.- le dije amable.
-Es mi trabajo, señorita. Pero gracias.- río y me aceptó la paleta. Yo reí y metí una a mi boca.

En el camino pude notar como Dante se desvíaba.

-Matt me acaba de mandar un mensaje, me dijo que la llevara a un restaurante. Ahí está él esperándola.- dijo sin dejar de conducir.
-Ok Dante.- respondí.

Al llegar Dante aparcó cerca de un restaurante por lo que veía muy lujoso. Yo ya tenía la lengua y los labios rojos de tanto comer paletas de caramelo. Seguía extrañada con ese antojo ya que casi no comía dulces. Dante abrió la puerta y me ayudó a salir.

-Linda...- escuché esa voz tan familiar a mis espaldas, volteé y vi a Matt con un pantalón de vestir, una camisa azul y un saco negro, se veía guapísimo.
-Hola...- dije retirando la paleta de mi boca para babear a gusto. Se acercó a mí y me tomó de la cintura para besar mis labios.
-¿Cómo te fue preciosa?- preguntó con una sonrisa coqueta.
-Bien, cariño, gracias.- sonreí al mismo tiempo que mis mejillas se ruborizaban.
-Excelente. Dante, gracias por traerla.- Matt se volvió hacía Dante.
-Es un placer, amigo.- Dante sonrió.
-Puedes irte, yo me quedaré con ella el resto del día. Mañana pasas por ella en la mañana.- le dijo Matt.
-Claro...hasta luego señorita.- se despidió Dante.
-Hasta luego, Dante.- subió a la camioneta y se fue.
-¿Y esto qué es?- pregunté confundida.
-Ya cumplimos un mes y no lo habíamos celebrado por lo del accidente que tuviste. Pero ahora que estás mejor, vamos a celebrar.- me tomó de la cintura y caminamos hacía adentro del restaurante.

Era un restaurante bastante lindo y tranquilo, la decoración e iluminación junto con la música eran muy agradables.

El mesero nos guió a nuestra mesa que Matt previamente había reservado, ya estando sentados comenzamos a ver la carta. Pedimos nuestra comida, pasé una tarde bellísima al lado de Matt, conversabamos, nos besábamos y reíamos. Jamás había estado así de enamorada.

Mientras terminábamos el postre Matt llamó a uno de los meseros el cual llevaba un enorme arreglo con rosas rojas y girasoles. Todo lo tenía preparado.

-Amor...no debiste...- dije cubriendo mis labios mientras el mesero ponía el arreglo en la mesa.
-Claro que debí...eres mi reina hermosa.- besó mis labios y yo sentí mis ojos llorosos de tanta felicidad.
-Te amo.- le dije soltando una lágrima pero sin dejar de sonreír. Él limpió mi lágrima con su pulgar.
-Yo te amo más.- dijo viéndome a los ojos.

Tomé una foto de mi arreglo.

-¿Podrías tomarnos una foto?- le di mi celular al mesero.
-Seguro, señorita.- el mesero tomó mi celular y se preparó para tomar la foto. Me senté en las piernas de Matt, rodeé su cuello con mis brazos, mientras él ponía sus manos en mi cintura y sonreimos para la foto. El mesero me devolvió mi celular y yo subí ambas fotos a mi instagram.

Salimos del restaurante y regresamos a la casa, Matt y yo nos pasamos el resto de la noche viendo películas juntos hasta quedarnos dormidos.

~

Narra Matt*

____ ya se había ido a la universidad y yo estaba en la casa con los niños esperando a su mamá quién vendría a visitarlos...genial.

Extrañaba a ____ así que decidí enviarle un mensaje.

Matt: ¿Qué tal si desde mañana ya no vas a la universidad y te quedas todo el día conmigo?

____: ¿Qué tal si me dejas poner atención a la clase, amor? 😂❤

Matt: Te extraño, mi reina hermosa. :(

____: Yo también te extraño, cariño.

Matt: ¿En qué clase estás, mi vida?
U
____: En cálculo, sólo que ya me aburrí. 😂

____: ¿Tú qué haces, cielo?

The babysitter. [Matt Shadows Y Tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora