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«Puedes tocarme con manos lentas»

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«Puedes tocarme con manos lentas»

—¡Cinco, seis, siete, ocho!

Los pies me palpitan con cada paso que doy, de la misma manera en que mis brazos piden a gritos un descanso después de haber estado alzándolos por más de ocho horas. No hemos tenido ningún descanso, solamente dos de diez minutos para tomar agua y desentumecer los músculos. Mi cuerpo, el cual ya está acostumbrado a este tipo de rutina, cede con facilidad a pesar del esfuerzo. Demuestro flexibilidad ante los demás, los bailarines teniendo que sentarse a descansar por varios minutos mientras que nosotros tres continuamos moviéndonos al ritmo de Ji-Sung.

Tengo perfectamente en claro que mis músculos se cobrarán su esfuerzo después de hoy. Agradezco cuando me traen hielo y me lo colocan en la parte baja de la nuca para relajar la tensión acumulada. Le encuentran haciendo masajes a Hoseok mientras que él cierra los ojos luciendo demasiado cansado. Seokmin está en el suelo, a lo que un muchacho del equipo de producción le ayuda a relajar sus piernas.

—¡De nuevo!

Coloco ambas manos sobre el suelo blanco de madera, para acto seguido contornear mi cuerpo hacia la izquierda dando un giro de trescientos sesenta grados moviendo mis pies. Los dos bailarines a mi lado rápidamente se deslizan, a lo que me echo con gracia en el piso para tomar sus manos fuertemente entre las mías. Las venas de mis brazos se aprecian ante los ojos de los demás, quienes admiran cada detalle sin parpadear. Ellos inhalan aire antes de ayudarme a saltar en el aire sobre Hoseok, quien se desliza por debajo para terminar detrás de mí.

Me gano los aplausos de los demás en la habitación, a lo que los chicos del equipo de grabación hacen su trabajo sin perderse ni una sola toma. Me coloco detrás de Seokmin, quien abre el gran abanico negro en su mano derecha. Los bailarines a nuestro alrededor abren los suyos cubriéndonos por completo al hacer un círculo. Empiezan a batirlos levemente, a lo que nosotros pretendemos quitarnos las prendas que tenemos puestas para cambiarlas por las otras respectivas a la siguiente canción.

Termino en el suelo con mis amigos, exhausto y sudoroso. No tenemos más que media hora de descanso antes de ser llevados en la camioneta hacia el inmenso estadio en el que se organizará el desfile anual de Neon Demons. Somos recibidos por la seguridad del lugar, quienes nos guían detrás de las bambalinas hacia el escenario correspondiente en el que vamos a presentarnos.

—Ustedes cierran la noche hoy —nos explica Jason, haciéndonos sonreír —. Terminan en el escenario principal.

—Son los cantantes de la sección más importante del desfile —los cuatro nos volteamos al escuchar la voz de mi padre detrás de nosotros. Sus ojos azules brillan con emoción —. Dark Demons.

Hasta el Infinito ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora