Trilogía Lux in Tenebris (I)
A pesar de los años llenos de fama y dinero, Taehyung siempre ha pensado en aquella niña de ojos azules que robó su corazón desde el primer momento en que la vio. Nunca dejó de amarla a lo lejos.
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«Recuerda diciembre»
El abuelo observa con ternura la manera en que mi enamorado se sienta al lado de los gemelos para enseñarles cómo resolver un problema de matemáticas con el que están teniendo problemas. Taehyung, quien una vez más me muestra lo inteligente que es, en menos de un minuto resuelve la ecuación y les explica brevemente una forma más rápida para llegar al resultado. Mis hermanos le agradecen antes de tomar sus cuadernos y regresar a la mesa para continuar con sus quehaceres.
Mi nono niega con la cabeza cuando mamá le cuenta el por qué hemos tenido que venir a la casa del padre de mi novio. Sus manos se encuentran unidas a las de mi abuela, quien apoya su cabeza en su hombro como siempre. Cada vez que los veo, me pregunto si hay un amor tan puro como el de ellos. Se conocen desde que eran unos adolescentes, y a pesar de todas las cosas, siguen amándose como desde el primer día.
Taehyung se acerca para sentarse a mi lado. Sus labios dejan un beso en mi cuello que eriza cada vello de mi piel. El hecho de que no tenga miedo de mostrarme su amor delante de los demás, que no le importe tomar mi mano o cruzar miles de obstáculos para poder verme a su lado, llena mi corazón de ese cálido sentimiento que solo él sabe provocar. Su mano se entrelaza con la mía por acto reflejo cuando estas se encuentran en medio del sofá.
—¿Sabes qué estaba pensando? —dice en un susurro.
—¿Qué?
—Recuerdo cuando venías aquí a ver esas películas de princesas que tanto te gustaban —admite, haciéndome sonrojar.
Solía pasarme horas aquí en su sala viendo con él esas viejas películas. Pero, no pienso dejarle olvidarse que él solía cantar conmigo cada canción con el propósito de hacerme reír. A diferencia de él, no poseo la mejor voz de todas, pero escucharlo llenar la sala de la dulce harmonía que sus labios saben desprender, era lo que más ansiaba de ver esos viejos filmes.
—Venía porque tú me ayudabas a cantar todas las canciones de las películas —respondo, ocasionando que ría por lo bajo —. Esa era la mejor parte.
—¿Cuál era esa que te gustaba cantar?
—Un mundo ideal —responde Liam por mí, a lo que ríe junto a Taehyung al ver el rubor que se apodera de mis mejillas —. Hasta ahora la canta cuando está duchándose.
—Gracias por el apoyo —le digo.
—Puedo cantar todas esas si es lo que quieres —me asegura Taehyung.
Asiento sin decir nada más gracias al rubor que continúa creciendo en mi rostro. Ese que aumenta cuando los gemelos empiezan a cantar la canción animada con el solo propósito de fastidiarme. Termino riendo con mi familia ya que Liam no tarda en unírseles al igual que Taehyung, quien opaca a mis hermanos con su hermosa voz, la cual llama la atención de mi abuelo. Mi nono le observa con sus ojos avellanas brillando, igual de encantado que los demás.
