Trilogía Lux in Tenebris (I)
A pesar de los años llenos de fama y dinero, Taehyung siempre ha pensado en aquella niña de ojos azules que robó su corazón desde el primer momento en que la vio. Nunca dejó de amarla a lo lejos.
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«¿Por qué no puedes mirarme a los ojos?»
Entro al apartamento siendo seguida por Jason, quien está con una cámara en las manos para grabar la reacción de mi enamorado al verme. Es una pequeña sorpresa que hemos organizado con su representante, debido a que ambos sabíamos a la perfección lo triste que él estaba ante la idea de no poder tenerme a su lado durante todo un mes. No quiero estar lejos de él ni un solo día más, porque me hace feliz como nadie lo ha hecho antes.
Acabo de aterrizar en Perú hace solamente treinta minutos. No he querido perder más el tiempo para venir a ver al chico de ojos mieles que me tiene sonriendo sin parar desde que acepté iniciar una relación a su lado. A pesar de que ha sido un viaje inesperado y de último minuto, no me arrepiento de mi decisión. Quiero estar con él.
Jason me indica que es la primera habitación, debido a que al parecer se quedó a compartir cuarto con el menor del trío. Retengo la respiración cuando la puerta se abre, pero suspiro de alivio al ver que solamente se trata del pelinegro. Mi amigo abre los ojos, despertando completamente de su sueño al verme delante de él. Río en silencio y abro los brazos para rodearlo con ellos.
Sonríe al ver mi intención, y le indica a Jason que él grabará la reacción. El representante aprovecha para decirme que subirá mis maletas con Ken, lo cual agradezco con un rápido abrazo. Le indico a Hoseok que estoy lista, y él asiente con la cámara entre sus manos, dándome el visto bueno para comenzar.
El chico que me tiene suspirando está profundamente dormido sobre la cama. Sin camiseta y con sus largos mechones castaños revueltos. La vista es hermosa, y no puedo evitar sonreír al sentarme a su lado sobre la suave superficie. Llevo mis dedos a su melena, acariciando la deliciosa textura entre ellos.
—Hoseok, cinco minutos más —pide.
—Está bien, esperaré cinco minutos más para abrazarte —respondo.
—Muchas gracias por... —río junto al pelinegro cuando deja de hablar y sus ojos se abren de golpe al escuchar mi voz.
—¡Sorpresa, amor! —exclamo entre risas cuando se incorpora sin perder ni un solo segundo para rodearme fuertemente con sus brazos.
Seokmin me abraza como si su vida dependiese de ello, lo que me hace sonreír emocionada. Hoseok apaga la cámara en silencio y me indica que estará afuera con una señal de cabeza para darnos algo de privacidad. Acaricio el cabello de mi enamorado con las manos, y dejo un par de besos en su cuello que le hacen sonreír sobre mi piel.
Acuna mi rostro con sus manos, y apoya su frente sobre la mía. Sus ojos mieles se conectan de inmediato con los míos, y siento como soy invadida por un cálido sentimiento de paz, de seguridad. No tarda mucho en besarme, pleno y largo. Entreabro los labios para dejar que su lengua entre a jugar con la mía. Se siente eterno a pesar de que solamente hemos estado separados un día.