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 «¿Por qué siento angustia?»

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«¿Por qué siento angustia?»

—¿Una semana? —Taehyung hace una mueca cuando la enfermera le dice que ese es el tiempo que tendrá que quedarse en el hospital.

—Sí, lo siento mucho —se disculpa ella sonrojada. La chica tiene nuestra edad, no pasa de los veintidós años y creo que es una enfermera en entrenamiento ya que las manos le temblaron por unos diez minutos antes de inyectarle más suero a las cánulas —. Pero si vemos progreso antes de los cinco días, puede que hasta en tres días ya puedas regresar a casa.

—No puede comer, ¿cierto? —le pregunta Seokmin.

Trato de no notar la manera en que ella se sonroja evidentemente cuando él le habla mirándola a los ojos. Seokmin no parece verlo, ya que la mira como a cualquier otra persona mientras espera una respuesta. Pero yo soy mujer, y sé muy bien cuando alguien nos llama la atención. La enfermera sonríe tímidamente.

—Sí, puro líquido por el momento —responde ella. Gira sobre sus talones y me observa —. Sus diseños son muy hermosos, señorita Kabakov. Amo los vestidos de novia que su familia hace.

—Muchas gracias —le digo, tratando de no sonar descortés —. ¿Eres nueva aquí? No te había visto antes con las otras enfermeras.

—¡Oh! Sí, soy una enfermera en entrenamiento —dice con una sonrisa —. Lamento si me ven un poco nerviosa.

—No te preocupes, a todos nos ha pasado alguna vez —le dice Hoseok.

—¿Hay algo más que tengamos que saber sobre la salud de Tae? —pregunta Seokmin.

La enferma de castaño cabello oscuro y ojos mieles se sonroja una vez más, y decido que no me agrada la forma en que parece imaginar un mundo al lado de Seokmin cada vez que lo mira. El castaño no parece notarlo, es ajeno a ello, pero sí le sonríe tímidamente.

—No, ¡quiero decir! ¡Sí! —Seokmin quiere reír, mientras que yo solamente quiero estrellarla contra la pared —. Traeré los resultados más tarde de su análisis de sangre.

—Vale, muchas gracias —digo, antes de que Seokmin pueda hacer algo más —. La llamamos cualquier percance.

—Sí, por favor. No duden en hacerlo —sonríe ella. Gira para ver a Taehyung, quien la saluda con la mano —. Lo veo luego, señor Neon.

La chica cierra la puerta detrás de ella y Hoseok rompe a reír escandalosamente al igual que Ji-Woo, lo cual toma por sorpresa a todos. ¿Qué es tan gracioso? Yo no lo encuentro la gracia a nada de lo que acaba de suceder.

—¿Qué es tan chistoso? —pregunta mi tío Axel, confundido.

—Pobre chica, se veía tan nerviosa —le dice Ji-Woo.

—Pensé que le iba a clavar el suero a Taehyung por los ojos en vez de por las venas —ríe Hoseok. Mira a Seokmin —. Y tú, eres tan ciego que no todas cuenta que a la pobre la ponías más nerviosa tú que las inyecciones.

Hasta el Infinito ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora